—Puedes retirarte, te mandare a llamar cuando se oportuno el encuentro— dicto volteando la cabeza a los papeles que tenia.
No dije alguna palabra más, empecé mi ligera reverencia y me marche. ¿Esto ha sido afortunado o desafortunado?
Por el pasillo entre a la habitación en donde se había quedado esperándome Ayaka y junto a ella estaba Konro, se estaban riendo.
—¿Qué es tan gracioso?
—El señor Konro solo me estaba contando algunas anécdotas de él.
—¿Cómo le fue con el duque?— dijo Konro.
—Supongo que me fue bien— dije con una sonrisa— dijo que pronto me llamaría de nuevo.
—Eso es buen avance, señora— dijo Ayaka feliz.
—Me alegro de que no se hayan matado entre ustedes— siguió Konro.
—Mejor dicho, me alegro de que él no la haya matado, Konro— solté.
Ya una vez terminada la conversación salimos de la habitación, él se fue a seguir empeñando su rol como ayudante del duque y nosotras fuimos de regreso a la ala oeste.
—Señora, ya, ¡enserió! ¿Qué paso allá dentro?— dijo sin poder ocultar su curiosidad cuando entramos a mi recámara.
—Recuerda que le sucedió al gato, Ayaka.
—Pero usted no mataría, señora— decía con confianza.
—Yo no, pero el duque sí — le contesté haciendo que borrara su sonrisa orgullosa de sí misma— tranquilízate, eso no va a pasar. Simplemente en términos sencillos va a buscar los sentimientos que perdió.
—Señora... no entendí — dijo apenada.
—Intentaremos estar juntos.
—¿Sentimental o físicamente?
—Sentimentalmente hablando.
—Entonces en un futuro si habrá noche consumación y su posición se consolidará más en esta mansión, me alegra mucho por usted Señora.
—Eso depende.
—¿De qué?
—De ¿En que le puede servir esta muñeca? Soy un regalo, Ayaka. Un regalo que tiene vida. Si no me ama, tan solo me dejara en esta habitación y si me ama... bueno, primero tendrá que organizar sus sentimientos.
—Señora, ¿y si él la ama pero usted no lo puede llegar a amar?
—Seguiré siendo la señora de esta mansión Ayaka, no hay poder sobre la tierra que me puedan quitar ese título, a menos que Benimaru me desheche.
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Pasaron dos días, en que todo en la mansión fue igual. Excepto por dos personas. Benimaru intentaba agarrar las fuerzas para llamarla, no era algo fácil pues era de amor de que se hablaba. Por otro lado _______, quien intentaba prepara su corazón para todo lo que pudiera ocurrir.
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—El duque ha mandado a llamar a la señora a comer unos aperitivos en la sala común del ala norte— le dijo un criado a Ayaka en el quinto día consecutivo desde nuestra última charla.
"¿Cómo podré comer con mi máscara?" Pensé abruptamente.
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~ La Segunda Esposa ~ Benimaru X Lectora ~
Fanfiction______ Harada es aceptada en la familia Shinmon para ser la segunda esposa, pero los malentendidos entre Benimaru y ella crece, sin embargo, también crece el cariño por cada uno.