Parte 9

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-¿De qué tenías que hablarme Annaisha?

-Cásate con Benimaru

-¡¿Con el duque?!

-Si.

Annaisha te aprecio mucho pero es muy difícil creer que una esposa y noble como tú venga hacia una plebeya como yo a pedirle que se casé con su marido, El Gran Duque.

-Piénsalo— dijo dejándome en la sala de mi casa toda confundida.

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Una semana después.

-Acepto casarme con el duque Benimaru Shinmon— Annaisha solo me miró con una gran sonrisa.

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En los días siguientes ______ se levantó normalmente y las criadas, que tenían órdenes estrictas de que en las mañanas solo debían entrar si la señora aceptaba, esperaban afuera.

Aunque se quedaba despierta un buen tiempo durante la noche el silencio no le dio la paz de una respuesta, por lo que opto seguir usando su tan preciada máscara.

Le era difícil su rutina, el peso de las tradiciones le quitaban su movilidad e interacción con su vida normal.

Hasta que Annaisha la llevó a una plazoleta ubicada dentro de uno de los bosques de las afueras de la cuidad.

Acepte con mucho gusto el ofrecimiento de Annaisha a salir del castillo, me encantaba la idea de poder sentir la emoción de poder caminar libremente o ver cosas que no fueran solo el ala oeste o este.

Justo después del almuerzo partimos con unos cuatros hombres del castillo, eran los más fuertes.

Y el viaje en carruaje me desesperaba por saber en qué momento llegaríamos.

Tengo muchas ganas ver la plazoleta, de oler el aire con los aromas de los pinos, robles y fresnos; de oír mejor a los pájaros cantando como lo hacía antes de estar casada.

-Tranquila _________ ya vamos a llegar, no comas ansias.

-Lo sé Annaisha pero es que de verdad estoy muy emocionada.

-Jajajaja...— se río dulcemente— justamente ahora pareces la personificación de la emoción... que te parece ya hemos llegado.

Salí apurada como si mi vida dependiera de ello, tan vez mi vida no pero si cierras partes de mi estado de ánimo.

Respire hondo, vi los colores matices y llego a mi los dulces olores del bosque... todo eso estaba en en frente de mi y tan vivo.

-¿No es hermosa la sensación de sentirse bien?

¿O no?

-Pareces una niña chiquita _______, ven junto a mi hermana que no puedo seguirte los pasos.

-Hermana mía, discúlpame por no fijar mi vista en ti.

-No te preocupes... sientes eso ¿verdad? La emoción, la tranquilidad, las ganas de quitarte los zapatos y sentir la tierra bajo tus pies.

-Si hermana, eso es lo que siento... lo siento en el castillo no es malo, ni bueno son emociones normales pero no se comparan con esto, ha vuelto a mi la vida.

-La vida siempre está presente... te has fijado en la última flor del campo sin observar la belleza de las demás flores.

Nos quedamos en silencio buscando un lugar en donde sentarnos, en donde poder disfrutar la tarde.

-Sabes... siempre me pregunté algo que aún no encontrado respuesta ¿por qué aceptaste casarte con Benimaru?

-No lo sé... pensé en mi, en ti mi amiga, en el duque que nunca había conocido y no llegué a ninguna respuesta, al final solo se que el matrimonio en esta sociedad tiene muchos finales.

-¿Cuáles?—dijo mirándome intrigada.

-Esta el "El amor vendrá después del matrimonio" también le sigue el "no te preocupes yo tengo suficiente amor para los dos" a algunos les pasa esto "nunca nos amaremos" y la triste realidad "te dije que te amaría hasta la muerte pero... ¿quién dijo que sería la mía?"...

-¿Y cuál es la tuya?

-Supongo que... ninguna de esas o... supongo que no lo sé, creo que... mi vida amorosa estaría representada como si fuera un ave, no me importaría el estado en que me encuentre, libre o en cautiverio, la jaula en la que este atrapada eso me daría completamente igual... lo que me importaría es: ¿Quién es mi captor?, al final de cuentas estoy buscando amor. Acepto el estado en cual me encuentro pero eso podría cambiar, lo peor que el depende de todo... estoy esperando el amor después del matrimonio, pero por ahora solo hay tolerancia y viéndonos yo sere la que de más amor, si es que nos causamos daño no podríamos dejar crecer el amor, tendríamos que intentar con cada palabra, acto y suspiro dejar en claro que hay indiferencia y que la costumbre traiga a la rutina, en mi caso intentaría poner todo el amor que le tendría en papel y quemarlo, si el me hace daño no podría perdonarlo y si yo le hiciera daño me gustaría seguir haciéndolo porque a la final ese sería el único contacto que tuviera hasta que llegara el final de alguno de los dos...

-Estas divagando mucho hermana.

-Perdón hermana.

-Se que el amor se está asomando.— me sonrió como si pudiera ver la clara pintura de mi señor y yo juntos.

-Padre fue a verme hace unos días pidiéndome que pensara bien sobre llevar esta máscara de plata...

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-Waka, ha llegado el comerciante de textiles— dijo Konro.

-Hazle pasar— dijo el joven duque.

Abrio el paso un hombre alto de apariencia musculoso pero con la mirada suave.

-Buenas tarde señor Shinmon, me presento soy Jack Dante.

-Un gusto señor Dante sientese por favor— dijo sin sumarle importancia o afecto al tono de su voz.

No hablaron mucho, solo definieron unas cuantas cosas del contrato y del pedido que tendría que llegar a más tardar en un mes.

-Casi me olvidaba, señor Shinmon felicidades por sus nuevas nupcias aunque debe de ser difícil el matrimonio ¿no?

Benimaru para de hacer lo que estaba haciendo para recostarse en el respaldar para mirarlo fijamente con una mirada de fuego.

-¿Por qué lo dice?— dijo Waka con molestia en su voz.

El señor se dio cuenta de la imprudencia d ellos que había hecho y levantando para irse hablo.

-Discúlpeme señor Shinmon, no quise molestarlo con su atrevimiento pero... no se si usted lo sabe las mujeres que llevan una mascara de plata el día de su boda vienen de una tradición pequeña y antigua.

-¿Que más sabes?— dijo denteniendolo en seco.

-No se puede decir mucho excelencia, las mujeres la llevan en día de su boda, unas las llevan toda la vida y otras varia el tiempo días, semanas, meses, años. Los hombres quienes están casados con ellas no dicen nada del porque, esta prohibido y la tradición solo se pasa de mujer a mujer solo si son de la misma tradición o son parientes de sangre... con su permiso eso es todo lo que se excelencia.

-Puedes marcharte.

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... si una mujer nunca se quita la máscara esa mujer no es amada por nadie ni será ayudada.

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-Prometeme algo ______.-dijo Annaisha.

~ La Segunda Esposa ~ Benimaru X Lectora ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora