¿Y si por accidente le cuentas tus secretos íntimos a la estrella más famosa de Hollywood?
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Amanda consigue el puesto de sus sueños en la adaptación cinematográfica de su libro favorito, pero nada la hace feliz luego de perder al "amor de su vida...
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«Big reputation
You and me would be a big conversation And I heard about you You like the bad ones too»
Endgame - Taylor Swift
Ron K.
Para mí, el amor es como el alcohol: me da ganas de vomitar.
Es curioso como las personas siempre te quieren ver hacer lo que no quieres o nunca has hecho solo porque ellos sí. Es como si quisieran tenernos a todos iguales, la presión social se presenta maquillada de un "¿Nunca has tenido pareja seria? Debe ser que no te conformas solo con una", "¿Por qué no nos cuentas tu vida? ¿No confías en nosotros?", "Un trago no te va a hacer nada, no seas amargado". Lo que queda es fingir que no me molesta.
Todos hacemos performances de roles que no somos, todos fingimos ser personas que no nos representan, actuamos día a día de alguien diferente. La diferencia es que a los actores nos pagan.
Aun pretendiendo, tengo una reputación de mierda en el boca a boca de la industria porque no me quedo callado a las injusticias. De hecho, no me quedo callado nunca.
—Eres mi peor cliente, te lo juro —exclama Ginebra desde el otro asiento del avión—. Jamás conocí a alguien que sea tan descuidado con sus finanzas, ¿Para qué demonios necesitas tantos carros?
—Gine, son las seis de la mañana.
—¡Exactamente porque son las seis de la mañana! Si sigues sin tener un asesor financiero y dejándote llevar por tu obsesión de coleccionar cosas que no necesitas, vas a quedar en bancarrota.
Desde que empecé a ganar siete cifras para arriba me permití ampliar mi colección de autos, desde algunos usados en carreras importantes hasta modelos viejos invaluables, no hay sitio del mundo donde no tenga uno. Comprender a las personas que tienen dinero y no lo disfrutan simplemente no entra en mi cerebro.
—Esto se arregla fácil, mira —recojo las hojas de contrato en la mesa que pedí que ordenara de mayor oferta a menor, todo la de arriba—. aceptaré uno que sea el triple de lo que gasté —leo los números, hay más ceros de los que puedo contar—. Dame mi pluma.
—¿Hasta dónde con esta actitud altanera? —suspira al entregarme un montón de lapiceras—. Que sí, que ganaste el premio a mejor actor, ya lo sabemos —se burla, da vuelta alrededor de mi silla para revisar lo que firmaré—. Ah, es de uno de los libros de Tom.
—¿De Tom? —repito emocionado—. Con mayor razón, él es como mi mejor amigo en este país, aunque no he leído nada suyo —me fijo en el titulo—. "Astrológico deseo", Ginebra, ¿Cuál soy yo?
—Ocho de agosto señor, leo —informa fastidiada, ella odia los viajes mañaneros y que haga las cosas sin un plan—. Ya envío el contrato firmado, el documento dice que la filmación empieza en una semana una vez aceptado.
