37. Una botella de Malibú

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«And the touch of a hand lit the fuse
Of a chain reaction of countermoves
To assess the equation of you
Checkmate, I couldn't lose
»

Mastermind - Taylor Swift 

MALIBÚ.

Amanda es una mujer increíble, con una capacidad terrible para elegir buenos chicos.

O eso pensábamos Bellini y yo hasta que nos invitó a una cena con el jodido Ron Kennedy como invitado. Casi se me sale el corazón, yo adoro las películas de Harvel, llevo años basando toda mi personalidad en ese universo cinematográfico.

Llevo media década con una cuenta fandom y otra en AO13 para escribir fanfics. Ella lo sabe, todas lo saben, me han oído gritar cuando mataron al soldado de cristal en las últimas entregas. Maldito sujeto morado.

La noche de la cena en la cabaña Bellini me detuvo un segundo en el comedor donde escogimos qué aperitivo probar, su susurro fue claro "Él está pilladísimo de Amanda, se gira hacia ella cuando ríe, el escritor lo acaba de insinuar, checa la forma en la que la ve".

Y tenía razón, sin embargo, Amanda no pasaría una noche entera ignorando a sus amigas por un chico, por muy maravillosos que este fuera. Nos aseguramos de servirnos primero, metí la mitad del bufet en el plato de Margarita, la otra mitad en la del escritor, el resto de los presentes entendió la misión: Arruinar la comida que quedaba.

Revolvimos la ensalada, mezclamos el helado semi derretido con las galletas, magullamos la tarta y el pastel frío quedó hecho un asco. Incluso aparté a Ron y Amanda de la mesa, no dieron dan cuenta por hasta coqueteando hasta que fue muy tarde.

Lo que planeaba sea un "quédense juntos a esperar el nuevo menú" se convirtió en subir a solas por nuevo helado. Aquello era ideal.

Amanda sabe que puedo hacer identificaciones falsas, abrir cerraduras con un clip de papel y descomponer la maquinaria de un elevador con una hebilla para cabello, sin embargo dudé que eso sea lo primero que piense al tener a ese hombre en los dos metros cuadrados del sitio. Quería lo mejor para ella, siempre le he deseado lo mejor.

En el baño para damas le conté a Bellini mi plan, ella es más inteligente que yo. Esperé que me frenara.

—Van a llamar por ayuda, o los empleados intentarán sacarlos, saben quién es él, eso es muy fácil de escapar —me recordó ella—. Hagamos esto, yo iré a cortar la electricidad. Aquí hay poca señal y creo que Amanda ya no tiene batería. Hay mal tiempo, culparemos a eso.

—¿Crees poder hacerlo? —indagué preocupada.

—Será pan comido, en peores pistas hemos danzado.

—Ten mucho cuidado, amor.

—No te preocupes, siempre traigo mis guantes aislantes en la cartera —Bellini envolvió sus brazos alrededor mío—. Te daré una señal cuando debas joder el elevador, por si acaso. Dentro no hay cámaras, lo revisé.

—Por supuesto —suspiré—. ¿Algo más que sugieras?

—Hay que ver la forma en la que no podamos llevarla nosotras a casa. Amanda no sabe conducir. Solo le quedará una opción...

Contuve una carcajada.

—Somos amigas increíbles.

—Lo somos —reafirmó—. Y también somos muy buenas guardando secretos.

—No lo creo, es que una cosa es tener una relación privada —limpié su labial corrido—. y otra cosa es ser absurdamente obvios, como ellos.

—No escupas para arriba, nosotras solo salimos juntas, estudiamos juntas, trabajamos en equipo la mayoría de las veces, vivimos en el mismo departamento de un cuarto —se burló—. Es muy bonito tener a mi pareja misteriosa para este tipo de actividades cuestionables.

—Vamos a lograr esto —murmuré—. Esta misión empieza en 3... 2... 1...

Como esperábamos, entraron al ascensor juntos. Desde allí la cuenta regresiva fue tan intensa como la de una bomba, no respiré, no pensé en nada, no parpadeé hasta que las luces se apagaron y oímos un grito que confirmó nuestro éxito.

Regresamos a la mesa como si nada hubiera pasado, tuve un mini ataque cardíaco cuando Ron llamó a su mejor amigo con nosotras presentes en la mesa a reclamarle lo sucedido. Él solo negó haberlo hecho, en lugar de ayudarlo, fue a sacar su laptop de su auto. Aquello alivió mis miedos.

Nos ocupamos en distraer a Margarita el resto de la noche, lo cual fue sencillo, se la pasó peleando con Tom sobre redes sociales. Nosotras pretendimos no hablar por estar incómodas en la discusión, pero en realidad nuestras pausas por agua eran patrullando el alrededor del ascensor.

Dejaron de insistir, ¿Eso significaba que murieron o que les gustaba estar juntos allí?

Cuando por desgracia los trabajadores del restaurant encontraron cómo solucionar la "falla eléctrica" y pudieron rescatarlos, el pelirrojo salió bastante nervioso, sonrojado. Amanda estaba distinta a lo usual, puede que alguien que no la conoce lo suficiente no lo notará, sin embargo nosotras sí.

—Está feliz. —murmuró Bellini.

—Es bueno saberlo.

La pobrecita cree que nos quedamos en la cena a esperarla. Amanda es muy ilusa a veces y eso nos viene bien, al salir insisto a las chicas en que suban al auto rápido, la retengo el suficiente tiempo para que se tope con él.

—Vamos al mismo sitio, si quieres te llevo. —ofreció él.

«Si, sí, sí».

—No gracias.

«Coño. Colabora un poco, hermana».

—Pues han tomado una decisión sin ti.

En el momento en que se giró a vernos, ya estábamos dentro con todas las puertas cerradas. Jamás la hubiéramos dejado sola si no quisiera, jamás la hubiéramos obligado a irse con él si no fuera su intención y mucho menos confiaríamos su seguridad a un hombre si no hubiera demostrado antes ser responsable.

Solté un largo suspiro cuando por fin se marcharon.

—Avisará cuando llegue. —informó Bellini.

—¿Qué se traen ustedes dos con ellos? —cuestionó Margarita.

—¿Qué te traes tú con Tom?

—Da igual —resopló—. ¿Creen que estén saliendo en secreto o algo así?

—Esperemos que a partir de ahora lo consideren. —guiñé.

Dejamos a Margarita en su hotel. La noche empezaba a mejorar. Me pregunté a dónde llevaría esa película.

Estaba un tanto arrepentida de tomar el trabajo y tener que soportar un montón de celebridades cada mañana. No obstante, pagaron bien, pudimos comprarnos un montón de artículos de pareja juntas en las últimas semanas.

—Somos roomies —le repetí a Bellini—. Te vuelves más creativa día a día.

—Se lo creyeron, te lo aseguro. —dijo al checar su teléfono.

—¿Lo dices en serio?

—"Mi tipo son los que vayan a arruinarme la psiquis" —me remedó en burla—. Sé más general, ya mejor di "con que respire me basta".

—Diré que con que no respire está bien.

Ella contuvo la respiración. Ambas estallamos en una carcajada.

El próximo objetivo sería la pareja que realmente me llama la atención: El enemies to lovers. 

⭐⭐⭐

TOP 1 parejas que mejor saben mantenerse privadas JSHAKDSJ, ¿CÓMO ESTÁN ASTROS? 

🍾 Debimos sospechar cuando Tom confesó todo en el cap anterior EXCEPTO averiar ese elevador. 

🍾 Manifestemos más amistades bonitas como este combo. 

🍾 Nos leemos mañana con el POV de Jim, los quiero! Hidrátense. 

No apto para estrellas │YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora