01-El gran Martini │EN PAPEL

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Este libro está dedicado a los tragos amargos

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Este libro está dedicado a los tragos amargos.


Amanda M.

Nada rompe más el corazón de una persona que sus propias expectativas.

El mío tardó 13 meses en quebrarse. Suelen ser menos, el problema es que no tenía uno antes de conocerlo, él le dio propósito solo para romperlo incluso sin antes de marcharse.

Para mí el amor es como el alcohol, tengo una buena resistencia al alcohol. Por lo cual aún en un coma etílico puedo mantenerme de pie.

El vacío de acabar lo que nunca comenzó me golpea. El potencial de arruinar mi vida estaba en sus manos y eso fue exactamente lo que hizo cuando me enteré de su compromiso con ella.

Es frustrante, pero el mundo —lastimosamente— no se detiene por mí, tengo una reunión importante sobre la película a primera hora. Tirada en el sofá del hotel que alquiló mi padre, sostengo una copa a centímetros del suelo contemplando si romperla me hará sentir mejor.

El espejo a metros mío me recuerda que el desastre se ve tanto por fuera como por dentro, mis ojeras se rellenan de maquillaje negro corrido. Repito en mi cabeza: No puede terminar lo que no ha comenzado.

Mi teléfono se enciende, es una notificación de Margarita, la actriz estrella del rodaje que no debería estar despierta a las 3 de la mañana y mucho menos tener mi número.

Margi 🌼: Hola, sé que es tarde, pero me quedé encerrada en mi baño.

Sí, suena estúpido, estaba probando unos juguetes que compré. ¿Vale? Porque soy tonta y porque estoy aburrida.

El punto es que no puedo mover las manos ni levantarme, estoy enviando esto por el dictado de voz.

Por favor, voy a intentar levanta... ¡Amanda! ¡Socorro!

Suelto un largo quejido, mi cuerpo pasa factura de haberme quedado en una mala pose durante cuatro horas, sin encender las luces busco mis pantuflas arrastrando los pies por el piso fresco. Mis párpados son pesados, intento enfocar la vista. El rastro de las lágrimas no me deja ver nada

Debo ir a ayudarla a regañadientes, no porque seamos amigas, no nos conocemos hace tanto, sino porque si una de las estrellas principales se hace daño a días del inicio del rodaje vamos a tener problemas. No puedo tener un solo día de paz para tener baños de lavanda, necesitan hacerte trabajar hasta los fines de semana.

Soñolienta recorro el pasillo esperando no toparme con nadie relevante que juzgue el pijama que traigo puesto que consiste en mi ropa interior y una larga camiseta pirata de Ikigai que me queda como vestido. Podría haber comprado la original, aunque tardaría demasiado en llegar.

—¿Dónde se supone que está mi maldito final feliz? —murmullo con los ojos cerrados pensando en mi anterior relación.

El pequeño espacio entre el marco de la puerta hasta la habitación de Margarita lo uso como escena, interpreto el lamentable papel de mí misma. Hay una señora que hace el aseo viéndome, lo que digo es en voz baja.

No apto para estrellas │YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora