09. Bellini espumoso

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«You steal the air out of my lungs, you make me feel it
I pray for everything we lost, buy back the secrets»

Bleachers - Don't take the money

AMANDA.

Es aterrador que tu corazón vuelva a latir.

Es increíble la naturalidad con la que logro leer a Ron, como si lo conociera de toda la vida, sé que es porque no se esconde de mí, pero tengo la leve sensación de que, aunque lo intentara no podría. También tengo la terrible sensación de que le pasa lo mismo conmigo, he notado que trata de animarme desde que se percata de que me pierdo en mi cabeza.

Me quedo viendo la calle por donde se fue, me sorprendo cuestionándome "¿Por qué no lo besé yo?"

Convivir con él es como cualquier otro extraño en la calle que miras sin poder evitar pensar que es atractivo, es esa amistad con una persona electrizante, nada más. Este tipo de jugueteo en broma es peligroso y contraproducente que tengo que parar, está mal que haga chistes así con alguien que debe ser una especie de jefe.

Salgo de la librería a un vivero, planeo comprarle plantas a Malibú por su cumpleaños incluso si no podemos celebrarlo, hay que atravesar el parque central para llegar. Hay un pequeño sector en esta gran ciudad que aún conserva su color verde como los senderos de la manzana que ocupa este parte.

En el cruce hay un grupo de niños aprendiendo a pintar, tienen lienzos en el suelo y las manos llenas de pintura, sin darme cuenta me aproximo a averiguar qué hacen, se notan tan felices me contagian su energía. Este día me tiene en pura subida de serotonina.

Su maestra esta de espaldas, su cabello es rosa y le llega hasta la cintura, lo primero que se me cruza en la mente es preguntar como inscribir a Daiquiri porque ser una niña sin posibilidad de jugar con otros, sin hermanos, con un padre ocupado es una historia que he vivido en carne propia. Quizá le guste el arte o pueda descubrir si le llama la atención o no.

Le toco el hombro y la mujer se da vuelta, palidezco en segundos. Un escalofrío recorre mi cuerpo.

Es ella.

Es la chica de la foto con Axel.

—Buenas tardes, ¿Está interesada en el curso de pintura? Soy Emillie Vega, profesora de pintura creativa —da un paso para mostrar su lienzo—. Hay clases para los niños, son en las tardes de lunes a viernes, la de adultos los fines de semana.

Respiro hondo, es lo opuesto a mí. Tiene ojos claros, pese a su cabello fantasía el resto de ella transmite simpleza, viste de blanco y trae joyería de plata con diferentes decoraciones, es como ver un hada en la vida real. No logro disimular.

—Señorita, ¿De siente bien? —toma mi brazo con una suavidad relajante—. Le puedo servir un vaso de agua, ¿O prefieres un jugo? Siempre traigo porque nunca sé cómo funciona el clima —pone un vaso entre mis manos, estoy muy conmocionada para responder—. Si lo deseas te puedes quedar a vernos, ¿Cuál es tu nombre?

Su voz. Inclusive su voz es preciosa, no la recordaba de esta manera cuando éramos niñas.

—Aman... Am, lo siento. Tengo que irme, iba a preguntar para un amigo.

—Pues te doy el folleto —me entrega uno—. Espero lo averigües, se nos llenan los cupos rápido —alienta—.Disculpa que te haya mirado así, es que tu maquillaje me encanta —suspira—. Es bonito ver personas que aun cargan amor en los ojos. —finaliza en broma.

No me genera gracia, ni siquiera sé qué decir.

—Gracias. —farfullo antes de huir.

Como era de esperarse no fui a comprar las plantas, no recuerdo el trayecto el de esa carretera hasta el hotel. Hice una llamada a mi padre en la que le pedí que viera un reemplazo si me necesitaban en el set, me disculpé con Bellini quien organizó comprar el regalo en conjunto y puse el teléfono en modo avión.

No apto para estrellas │YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora