Sangre que arde

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-Especial Diego y Matt-

POV Matt:

Después de que los Kramer se fueran me sentía extraño; sentía a mi omega demasaido sensible y cerca de salir, sentía incorrecto y demasiado doloroso separarme más de lo necesario de Diego, agradecí que él lo notara y me entendiera ya que yo no era capaz de pensar coherentemente.

No sabía lo que pasaba a mi alrededor ni de que estaban hablando todos.

Era muy consciente de mi propia piel, de como las grandes manos de mi alfa me acariciaban protectoras. Manos grandes y venosas, con largos y elegantes dedos, piel algo aspera, cálida y en consecuencia hacia que mi sangre corriera más liquida por mis venas y que mis mejillas se sintieran más calidas de lo normal. Giré mi rostro hacia su pecho, los bellos castaños y el olor agradable de mi -pronto- alfa llenaron mis sentidos, mi nariz aleteo captando el denso olor y mi piel se erizó al segundo que él me acerco aun más pasando una mano por mi cintura.

-¿Estás bien angel?- preguntó bajando la mirada y encontrando mis ojos, su lobo al igual que el mío muy cerca de la superficie; Sus ojos esmeraldas tomando un tinte rojizo y su voz ronca y baja captan mi atención. Un jadeo me obliga a desviar la mirada hacia su pecho.

¿Que me ocurre? Contrólate

Le ordeno a mi omega.

-¿Matt?- vuelve a preguntar, subo la mirada y obervo como aprieta la mandíbula, siento como un agradable escalofrío me recorre el cuerpo y quema mi vientre.

-Estoy b-bien, Alfa- Trago saliva.

Quiero que me bese y automáticamente miro sus labios, entreabro los míos y me acerco más si es posible, dándole a entender mis deseos.

Noto su agarre fortalecer-se más sobre mí y acercarme hasta que no hay espacio entre nuestros cuerpos. Sin importar dónde estamos ni con quién.

Mi lado racional despierta durante unos segundos y me aparto un poco al instante al darme cuenta de que sigo en la misma estancia que nuestras familias. Me avergüenzo de lo que estaba haciendo-me hacer mi omega, el gruñido algo enfadado de Diego me indica que a él la estancia y la compañía de los demás le es indiferente.

-Si nos disculpais, mi omega y yo necesitamos un momento a solas- dice Diego solemne y todos asienten. ¿Quién iba a interponerse en el camino de un Alpha que acaba de encontrar a su destinado?

La misma mano que se posaba en mi cintura, se mueve hasta mi hombro y me empuja firmemente hasta las escaleras.

-Vamos a tu habitación- La voz ronca de mi Alfa hace estragos en mi cuerpo, la electricidad que me recorre el cuerpo me provoca un estremecimiento de nuevo, me encojo en mi mismo y ahogo un gemido. Estando en el pasillo y solos mi alfa lo nota al instante y me detiene.

-Tranquilo pequeño, shh... tu omega está sensible cariño, solo necesita de mí y volverás a tener el control, es normal, el enlace está creando estragos en nuestras partes animales- Tiene razón; Siento como me abraza y automáticamente su olor y calidez ahuyentan esa sensación de angustia y picor que recorrían mi sangre y mi piel.

-Vamos- Me dice, me obligo a dirigirnos hasta mi habitación, entramos y cierro con seguro detrás nuestro. Mi omega gruñe, no quiere que nadie me moleste ni entre en mi espacio, con mi alfa.

Diego está serio y en tensión en medio de mi habitación observando y esperando, ni siquiera yo se que es lo que quiero, pero él parece dispuesto a dármelo. La desagradable sensación de hace un rato me embarga de nuevo al tenerle lejos de mi.

-Alfa...- Gimo desesperado, Cuando me acerco a él, me alza con facilidad en sus brazos, nuestros rostros están a la misma altura, siento como mi sangre se licua al jadear gracias a la demostración de fuerza de mi alfa. Nos dirige a mi cama y se sienta, quedo a horcajadas, encima de sus fuertes piernas.

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