Mis padres estaban eufóricos al enterarse de que su hijo mayor había encontrado a su predestinado.
Estaban. El encanto pareció esfumarse cuando escucharon "Hijo pequeño de Iván y María Wolf" mi madre, tan fina como ninguna otra, soltó un jadeo de sorpresa, para después soltar una hilera de maldiciones dignas de un pirata experimentado, cosa que hizo que mi padre la reprendiera escandalizado del otro lado del teléfono.
Al parecer soy el único con la cabeza metida en un hoyo, ya que antes de que mi precioso ángel apareciera en mi vida yo no sabía nada de esa poderosa manada.
Suspiro algo cansado, ya es de noche, Taylor y Martín Hace horas que se fueron prometiendo reunirse conmigo y mis padres en la tarde. Los nervios y el miedo de que lleguen a separarme de mi pareja me queman las entrañas y mi lobo quiere salir y enfrentarse al peligro inminente.
Después de prepararme la cena y tomar una ducha me meto en mi cama, llevo casi tres días sin dormir y el cansancio ya me está afectando. Siento mis párpados ir cerrándose y una sensación de confort me arropa al oler el delicioso aroma a lluvia y flores de Matt acompañado del sonido inconfundible de cascabeles.
Un momento, algo aquí no cuadra. El no sabe dónde vivo. ¿No?
Intento levantarme, pero mi cuerpo no reacciona, me siento como si estuviera en un sueño lúcido o bajo un hechizo, puedo sentir mi cuerpo estirado en la cama, la suavidad de mi almohada, el olor del suavizante, de lo que queda del té que hay en mi mesita, la tormenta que se aproxima fuera, oigo las gotas de lluvia impactar contra las superficies, incluso oigo el ladrido del perro del vecino.
No puedo reaccionar. La oscuridad es lo único a mi alrededor.
-No temas- Una voz profunda y con un suave timbre me eriza la piel. No veo nada, me obligo a ignorar la idea de que alguien ha entrado en mi casa y me ha drogado.
¿Quién eres? ¿Dónde estás? Pienso y mi lobo gruñe irritado en mi interior por sentirse tan impotente.
En un segundo imágenes se recrean delante de mis ojos a cámara lenta.
Soy yo, mis padres y Eric, su fiel guardaespaldas, mi hermano junto a Taylor. Todos sonreímos, estamos juntos a personas sin rostro, nadie parece ver que hay una densa nube negra al rededor de mi yo de los sueños, largos hilos de lo que parecen ser tentáculos negros me rodean el cuello y sombras demasiado alargadas se posicionan detrás mío y de otra de las personas de la sala. Mi yo de los sueños mira hacia la otra persona rodeada de sombras y su rostro se hace claro, hasta que puedo distinguir quien es.
Mi dulce ángel, Matt.
El extraño sueño se torna en pesadilla cuando una de esas sombras alarga una extremidad llena de garras para posicionarla en el delicado cuello de Matt.
Mi lobo suelta un estruendoso gruñido, listo para atacar, pero nadie parece darse cuenta de nada de lo que ocurre, todos siguen sonriendo y hablando.En un parpadeo la oscuridad aparece y veo a un enorme lobo blanco devolverme la mirada. Su elegancia y el poder que destila me deja atónito, su aura me deja sin aliento, tan antigua y algo más, algo que me eriza la piel y carga el aire de electricidad, como si se tratase de la magia más pura.
-¿Qué fue esa pesadilla? ¿Esto es porque mañana iré a ver a Matt?- inquiero con algo de duda, el enorme lobo delante mío no parece querer atacarme, pero su enorme y densa aura me obliga a estar al tanto.
-¿Quién dijo que fuera una pesadilla?- un aterrador escalofrío me recorre la espalda y mi lobo se yergue, prestando atención, sintiendo algo oscuro acercarse.
Obligó a mi mente a volver a las pesadillas que acabo de presenciar.
Estábamos felices, todos. Matt también estaba ahí así que supongo que era su casa, su vestimenta blanca con detalles plateados es la tradicional cuando un alpha se presenta formalmente ante la familia de su pareja, así que se trataba de los sucesos de mañana. Y eso me hacía pensar en que eso podría estar por ocurrir, como si fuera...-...Una visión... - digo en voz baja sin querer que me oiga la majestuosa criatura delante mío.
-No eres tan obtuso después de todo-ignoro el tono de burla e inmediatamente me pregunto quien es el lobo que está delante mío y que quiere de mi.
-¿Quién eres y porque me muestras eso?- da dos pasos hacia mi e intento que su gracia felina no me distraiga, podría estar delante de un asesino.
-No vengo a asesinarte- mis ojos se abren en demasía y ahogo un jadeo cuando me doy cuenta de lo que acaba de hacer.
-¿Cómo es que puedes leer mi mente? ¿Quién eres?- mi lobo toma el control poco a poco, dejo que mis garras y colmillos salgan.
-Eso lo sabrás más adelante, si te he mostrado esa visión es porque quiero que tengas cuidado y que sobretodo protejas a tu pareja, él es especial. Y ahora que te ha encontrado mucha gente os intentará separar, no lo permitas- ignoro el hecho que aún es un desconocido y que tiene información privada de mi y le pregunto lo que me atormenta.
-¿Esas sombras son lo que nos quiere dañar?- increíblemente el lobo blanco rueda los ojos, supongo que hastiado de que le haga tantas preguntas.
-Las sombras son seres malignos que obedecen al ser alimentados con magia. Se que eres perspicaz, así que dime, Diego: ¿Quién controla las sombras?- veo al lobo sentarse en sus cuartos trasteros, esperando una respuesta inteligente de mi parte. La respuesta llega rápido al preguntarme quién podría utilizar magia y controlar el flujo oscuro.
-Brujos- la actitud burlona del lobo desparece y su aura se torna pesada, como si no pudiera mantener el enfado, asiente lentamente con la mirada salvaje.
-¿Cómo protejo a Matt de ellos?- el misterioso lobo también parece querer de alguna manera, cosa que no sé cómo tomarme, pero tratándose de una amenaza como la de los brujos no puedo dejar que los celos me controlen, si quiero ser útil debo actuar con la mente fría.
-Myong- dice simplemente, camina hasta mi y da una vuelta a mi alrededor cómo si estuviera estudiándome de cerca. Vuelve enfrente mío y sigue hablando.
-Myong es un mestizo lobo y dragón, y un gran amigo de confianza de los pocos elfos que existen, ve hasta él esta noche, dile que eres un conocido de Dao y que necesita dos collares, el que protegerá tu alma y el que protegerá tu corazón. También coméntale que tú lazo de predestinados y pareja corren peligro.- miles de preguntas estallan en mi mente al instante, pero me obligo a centrarme y a dejarlas para más tarde.
-¿Cómo voy a llegar hasta él? Ni siquiera lo conozco-
-Yo te guiaré- su voz es un eco, un extraño espasmo me sobresalta y despierto, aún no he abierto los ojos del todo para ver cómo mi habitación cambia, se estira y un borrón de colores y luces me devora hasta escupirme delante de un camino en medio de algún bosque.
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Enlazados
Hombres Lobo¡Hola! Soy Diego Andrade, un lobo Alfa de 28 años que dedica sus días a salvar vidas en la sala de urgencias. Aunque mi rutina puede ser un tanto predecible, mi hermano Martín insiste en que necesito sacudirme la monotonía. Así que, siguiendo su co...