12. Guía

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Al día siguiente empezamos con el examen, no era de ninguna materia en específico, nos explicaron que era de rutina, cada mes tendríamos esta prueba con diferentes temas

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Al día siguiente empezamos con el examen, no era de ninguna materia en específico, nos explicaron que era de rutina, cada mes tendríamos esta prueba con diferentes temas. Al terminar entregué la hoja, no confío en mis respuestas, debí estudiar más el mapa, ahh maldigo la flojera. Mérida se me acerca al salir de la clase, ahora lleva el cabello suelto, admito que le queda mejor.

—¿Cómo te fue?

—Si tengo suerte tal vez este en el mínimo —respondo y caminamos a donde está Warren.

—Te dije que repases tus anotaciones, para eso existen —me regaña al sentarnos en la banca y encojo mis hombros, solo debo pasar.

—Y eso que estuvo toda la noche en la biblioteca —menciona, ese tono me da una sensación de peligro—, pregúntale al guardia de allá.

Edén apunta al castaño que está cuidando la puerta de nuestro edificio, señor ayúdame a que nadie hable de eso.

—Edén, shh —digo y se saca los lentes para masajear sus ojos—, sí, estuve estudiando, solo eso.

—Estudiando al guardia quizás —bromea y vuelve a colocarse los lentes—, lo estás haciendo bien al ocultar esto a tus hermanos...

Maldito seas, hijo del sol.

—Jee —Ya empezó—, a Bastian le gustan de cabello largo y con buen físico, eh.

—Mérida, no empieces —Miro a Ariel que estaba por sentarse en una banca—, solo es un amigo.

—Tu mente no dice eso —Ya volvió a mi cabeza— te confunde ese Luisón y yo... pero no me conoces, así que no sientes algo fuerte como con Ariel.

¡Sal de mi cabeza, Rous!

—Hey, intenta echarme si puedes.

—No tienes derecho en mi cabeza, vete —digo y todos me miran con la ceja arqueada.

—Hablar del guardia le quitó la cordura —Edén ríe un poco y no puedo dejar de intentar darle un golpe, pero me detiene con una mano—, ya te dejo tranquilo, pequeño Bastian.

Cruzo mis brazos y me apoyo en la pared, no pienso hablar, solo ganaré más chistes de parte de mi grupo. Ellos siguen hablando del examen después de eso, veo a Eleanor salir con otros chicos, ella se acerca a nosotros y se lanza sobre su pariente. Ya quisiera tener esa confianza.

—Estoy segura que no paso —lloriquea y mira a Mérida—, dime tu secreto.

Mérida no sabe que decir, lo noto porque desvía la mirada hacia mí y luego ve a Warren, siempre hace ese gesto cuando se queda en blanco.

—Entregaste tu cuadernillo en media hora, tu hermano también, no son normales —Ella se encoje de hombros— de las dinastías me lo esperaba, pero de un clan secundario...

La rubia se levanta, respira hondo y suspira sacando todo ese aire. Esto va a terminar con alguien golpeado.

—Escucha, puedes decir lo que quieras, la jerarquía no tiene nada que ver con mí esfuerzo —dice al fin—, antorcha.

Marcados: Los secretos de la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora