22. Frustración

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Suave, mi cuerpo chocó con algo, pero no el suelo

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Suave, mi cuerpo chocó con algo, pero no el suelo. Jazmín, ya lo había percibido, no es así, entra al sistema y me envuelve. Que frío.

—¿Quién te crees para interrumpir mi clase? —La voz del profesor, que molesto.

—¿Quién es ese? —No reconozco esas voces.

—Tiene brazaletes dorados...

—Es un casta —Ah, ese es Edén.

—Responde —El profe se escucha cerca.

—Soy Aibek, y no voy a tolerar que pongas tus sentimientos en un entrenamiento. Qué clase de profesor eres —su voz, que familiar suena.

—Suelta a Bastian —Abro los ojos al reconocerlo—, Aibek, que lo sueltes ahora.

Empujo al sujeto que me sostenía y doy la vuelta para ver a Ariel que sus manos tomaban la forma de garras, su rostro tiene dos marcas en las mejillas similares a rasguños.

—Solo quería evitar su muerte, hermanito —Miro al emisor de esas palabras y el cómo saca tres dagas de su brazo para tirarlas al suelo—, sabes que no le haría daño a tu luna, después de todo es importante para mí.

—Yo puedo protegerlo —Sus manos volvieron a la normalidad mientras se acercaba—, de ti y de todos.

Toma mi mano y me deja detrás de él. La cabeza me da un martillazo ante lo que acaba de pasar. Las manos de aquel hombre protegían mi espalda, entonces, el profesor apuntaba mi pecho o solo fue un accidente. No lo sé.

—Escucha, lunita —Alzo la cabeza—, nos volveremos a ver pronto.

Lleva su mano a su pecho y luego me apunta. La marca en mi pecho, lo sabe. Aibek, es, él es el luisón que debía buscar. Él se transforma, su pelaje marrón me desconcierta. Su cabello era blanco, ¿por qué tiene su pelaje marrón?, debería ser como Jasy, ¿no?

—¿Estas bien? —Ariel se voltea e impide que analice más la transformación—, Bas, dime algo.

—Estoy bien —mentí, me duele cada centímetro del pecho.

—Lo llevaré a la enfermería, señor Juan —Miro al profesor, este asiente y da media vuelta para quedar frente a la clase.

—Dije que estoy bien —Veo a mis amigos preocupados, incapaces de decirme algo.

Suspiro y solo sigo a Ariel. Esto se está saliendo de control. Miro la mano de mi guía, aún sigue teniendo las uñas afiladas, alzo más la vista para darme cuenta de su cabello suelto.

—Tu hermano, es hijo de Jasy o también es adoptado...

—Es su hijo, un casta —responde directamente, pensé que no lo haría.

—Entonces, su transformación...

—Es igual a su madre, no es albino como su padre. No quiero hablar de él, solo hará que corras peligro —El arrastre de sus pies llamó mi atención.

Marcados: Los secretos de la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora