20. Primer paso

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—Ariel, él dijo algo sobre conocer el mundo —mi voz se estaba ahogando ante información desconocida—, él no sería capaz de mentirme

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—Ariel, él dijo algo sobre conocer el mundo —mi voz se estaba ahogando ante información desconocida—, él no sería capaz de mentirme...

Bajé la cabeza, mis pies no tocaban los pétalos que hacían una esfera alrededor de nosotros. Admito que esa sensación me encanta.

—El guardia no te engañó, los luisones son astutos como guerreros y leales a sus compañeros —aquello me hizo mirarla con esperanza—, existe la posibilidad de que los países vecinos hayan tomado a un Paraguay devastado hace tiempo, la reconstrucción o bien, repoblación. La diosa exterminó solo a los humanos, sin tocar las estructuras. Vidas.

—Increíble —susurro sintiendo un hormigueo en mi pecho—, entonces sí hay personas afuera, nos lo quieren ocultar.

—Los quiere para él solo, así que es una posibilidad —contesta llevando sus manos tras su espalda.

—¿No lo sabes? —ella niega—, ¿por qué?

—Estoy maldita, las brujas me contuvieron en esa marca —apunta mis manos—, veo, escucho y conozco lo que mi portador deja atrás.

—Conociste a Kerana Ambay —Asiente y toma mi rostro entre sus manos—, ella, ¿tuvo descendencia?

—No, murió antes de concebir —Tajy suaviza su mirada al acariciar mi mejilla con su pulgar—, los Ambay tenían sólo un clan descendido de ellos, eran una Dinastía pequeña y poderosa, conectados con el bosque más que los Lumif. Con la vida.

—Mi compañero nos dijo que Kerana aún pudo asistir en la academia, que su madre fue amiga de ella... —No sé lo que estoy tratando de decir.

—Ellos estarían felices de saber que siguen permaneciendo en las memorias de los Lion —vuelve a alejarse y reaparece la flor tricolor.

—Los extrañas, Tajy Pytãngy

—Sí, a ellos y mis hermanas... mis hermanitas están sufriendo la extracción de chispas lunares constantemente, actúan como si nada les pasara, pero les quitan su esencia de vida...

Recuerdo a Tajy morotî y todos esos brotes que creaba para manejar el santuario.

—No dejé que Tajy morotî te dé su invocación porque está conectada a Celeste, la bruja que la capturó —explica y acerca la flor a mi pecho—, si ellas se enteran que tengo un nuevo portador, vendrán por ti como hicieron con Karéna, Kerandy y Kerana Ambay. Conserva esta flor dentro de ti, te avisará cuando mis hermanas o las brujas estén cerca.

La flor fue desapareciendo a medida que sus manos la empujaban contra mí, no dolía como sus marcas.

—¿Qué debo hacer ahora? —pregunto observando sus ojos rosados.

—Busca al luisón llamado Aibek y confía en él como confías en tu guardia —responde y los pétalos rojos vuelven a aparecer—, el Lion sabe más de lo que creen, aunque eso lo habrán notado, el Kuarahy los ayudará a descifrar el libro de Mboi Tu'i.

—Eso, el libro me lo dio la princesa Atalli —Ella se detiene—, ¿puedo confiar en ella, Tajy pytãngy?

—Es otra generación, el príncipe al que conocí traicionó a Kerana —menciona cruzando sus brazos—, la princesa ya sabe que tú eres el portador de una guardiana, pero aún no se lo ha dicho a nadie, te habló de las brujas y sintió miedo, algo que para los Atalli no debería permitirse, después de todo, Jasy Jatere tiene puesta toda su confianza en ellos.

—Entonces, por favor, dime —suplique por una respuesta.

—El líder de los Burdon te dijo que no te acerques a ella, que te lo diga un clan descendido de ellos debe ser una alerta y —ella me da la espalda—, no volveré a poner en riesgo a un portador, menos a alguien que no tiene la protección de una marca de la diosa Luna.

Me tragué las palabras, es cierto que no podría defenderme de brujas o Marcados, de luisones o criaturas.

—¿Cómo se supone que ayudaré? No soy nada aquí, no tengo una invocación ni algo con lo cual luchar, verdad.

—Haz lo que te digo. —sentencia y todos los pétalos desaparecen— Sabrás que hacer una vez tengas lo que necesitas.

Al no tener la esfera alrededor mi cuerpo empezó a caer al vacío, pude escuchar una última cosa antes de que mi espalda impacte con el suelo y abro los ojos, mi respiración comienza a agitarse, noto la sudoración de mi piel y mis manos aferradas a la sábana, la luz que está sobre mi hace que cierre los ojos nuevamente.

—Sabes llamar la atención —Diferencio la voz de Tarres—, con esto van dos veces que terminas desmayado.

—Cuánto.

—Tres horas —abro los ojos viendo a Edén cerca—, tu energía era tricolor, amarillo, blanco y rosa.

—Debiste ver la cara de la profesora Alison, estaba tan encantada hasta que notó que estabas expulsando energía estando inconsciente —informa mi compañero.

—Dónde.

—Enfermería, la señorita Anaia dice que a este paso te vas a mudar aquí.

—Ahg —llevo una mano al pecho—, esto es.

Aparto el cuello de mi remera para poder ver mi pecho.

—Esto es nuevo —susurro al levantar la vista, mis compañeros están atentos a cualquier cosa—, no lo van a creer.

—De ti, créeme que no me sorprende nada —suspira Edén con ese tono molesto.

—Les muestro en el cuarto —me levanto de la camilla—, ya falté lo suficiente como para seguir aquí.

—Además solo las habitaciones son seguras —menciona Tarres y no sabemos que decirle exactamente—, es lo que dijo el Garden, no me miren así.

Salimos del lugar en camino a otra clase, defensa de armas. Cruzando el pasillo un grupo de guardias pasó a la par de nosotros, estando alejados y por llegar al edificio central volteé buscando el bloque uno, la entrada para ser exactos.

—Ah, una cosa más —Sonrío al ver que también me mira—, creo saber quién es luisón de la otra vez, o más bien, quién lo conoce.

Marcados: Los secretos de la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora