19. Quitarme lo humano

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El olor a jazmín se intensificaba, envolviendo el aire con una fragancia embriagadora mientras caminábamos hacia el aula de historia

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El olor a jazmín se intensificaba, envolviendo el aire con una fragancia embriagadora mientras caminábamos hacia el aula de historia. Edén y Tarres llevaban a Itaya inconsciente, y mis pensamientos estaban dispersos por la advertencia que nos había dado antes de desmayarse.

—El libro, Jasy Jatere, las herencias... —murmuré para mí mismo, sintiendo una creciente sensación de inquietud.

—Bastian, debemos mantenernos enfocados —dijo Edén, con un tono firme—. Todo esto debe tener sentido, así que no podemos perder la calma ahora.

Asentí, intentando concentrarme en lo que nos esperaba en la clase de historia. Cuando llegamos al aula, la profesora Flora ya estaba allí, esperándonos con una mirada inquisitiva.

—Veo que han tenido un día agitado, pueden acostarlo en su silla —comentó, observando a Itaya—. Pero es importante que no perdamos el rumbo. Hoy hablaremos de la dinastía Ambay.

Me senté en mi lugar, sintiendo una mezcla de curiosidad y temor. La historia de la dinastía Ambay, no pensé que se hablaría de ella por como Edén la describe ni reacciona, pero, si esto es lo quiere Jasy Jatere, ¿Cuál seria la posibilidad de que así fuera?

—La dinastía Ambay fue una de las más poderosas en su tiempo —comenzó la profesora Rosa—, pero también una de las más enigmáticas. Su primera líder, Karéna, era conocida por su sabiduría y la habilidad que tenia en el manejo de su herencia. No hay

Mientras hablaba, mis pensamientos volvían a la advertencia de Itaya. ¿Qué es lo que no debo decir y cono quién no debo hablar? ¿Debo mantenerme callado para no guiar a la muerte a mis amigos?

—Karéna tenía una hija, Kerandy —continuó escribiendo algo en el pizarrón—. Se decía que era aún más poderosa que su madre, pero también más vulnerable. Fue durante su tiempo que la dinastía comenzó a desmoronarse.

Miré a Edén, quien parecía igualmente absorto en la historia. Ambos sabíamos que había más en esta narrativa de lo que se nos estaba contando, sus manos no dejaban de frotarse entre si. La profesora seguía hablando, pero mis pensamientos estaban en otra parte, tratando de conectar los puntos.

—La caída de la dinastía Ambay es un misterio que aún hoy no se ha resuelto —concluyó dejando ver su mensaje en el pizarrón "La clase concluye, no hagan preguntas"—. Pero lo que es claro es que rompieron leyes, buscaron su ejecución.

Salimos de la clase en silencio, Itaya no despertaba, así que lo llevamos a la enfermería. El olor a jazmín aún flotaba en el aire, pero nadie se quejaba, quizás solo soy yo quien lo nota.

—Necesitamos hablar en privado —dijo Edén, rompiendo el silencio—. Hay demasiadas cosas que no entendemos y necesitamos respuestas.

Asentí, sabiendo que tenía razón. Me detuve de repente, eran las palabras de Jasy Jatere, el frio recorrió mi cuerpo y doy un salto cuando Tarres toca mi hombro.

Marcados: Los secretos de la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora