- Un niño de 10 años, 1.53 de estatura, delgado, piel blanca y ojos café - Así describían al niño que tenían secuestrado en el sótano de la vieja mansión abandonada.El pequeño, que estaba recuperando la consciencia antes de lo previsto, escuchaba vagamente la conversación; pero no podía ver casi nada y el cuerpo no le respondía, tampoco podía hablar. Su mente comenzó a revivir el momento de su desgracia: era una tarde normal, con la única diferencia de que aprovechando que su madre estaba un poco enferma, se escapó al parque para jugar ¡Cuanto se arrepentía de haberlo hecho!
Sally y Matt ya estaban adaptados a traficar niños. Llevaban mucho tiempo en el negocio, años de hecho. Secuestraban niños inmigrantes, suponiendo que así la desaparición no sería denunciada, pues estas personas tenían bajos recursos y además se cohibían por el temor a ser deportados.
Esto no les causaba ni una pizca de remordimiento: el dinero era lo que necesitaban para limpiar su conciencia. Por otro lado, el peligro de ser descubiertos los excitaba en gran medida. Sally bajo al sotano: el silencio era sepulcral. El chico no hizo ningún ruido, sabía que eso le traería problemas y, aunque se había dado cuenta de que ya tenía fuerzas para hablar o gritar, estaba seguro de que esto no lo ayudaría en nada.
- ¡Sigue durmiendo! - dijo, mientras subía las escaleras quitándose la blusa con una sonrisa pícara en los labios.
Al llegar a la parte superior de la casa ya traía la blusa en las manos y Matt estaba sentado en un viejo sillón con una botella de licor en las manos. Sally se le acercó y se puso de rodillas frente a él, que le acarició los labios. Ella sonreía y le intentaba chupar los dedos. El se abrió la portañuela y le pasó el pene por los labios, ella saco la lengua y la comenzó a pasar lentamente por la punta. En un ataque de extasis Matt la agarró por el cabello y tiró de ella hasta que todo su miembro quedó dentro de su boca. La chica tosió levemente y él la apretó más contra su erección, dejando que su cara comenzara a ponerse roja por la falta de oxígeno. Entonces la soltó y ella se puso de pié delante de él.
Sally levantó una pierna y la puso en el hombro de Matt, este se enderezó un poco, sosteniéndola por las nalgas y acercando la cara a su entrepierna para morderle el clitoris mientras le metía cuatro dedos en la vagina. Ella, gritó, le sostuvo la cabeza y él, levantó la mano con la que le sostenía las nalgas y le pellizcó con fuerza el pezón. Los gritos de la chica resonaban por toda la casa y mientras más fuertes eran más duro y más profundo él le metía la mano. De repente, paró de morderle el clitoris y comenzó a chuparlo y a dar lengüetazos largos mientras le masajeaba delicadamente los pechos, sin embargo seguía penetrando con fuerza. Pronto los gritos se transformaron en gemidos y ella se corrió en su boca.
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Muchas gracias por leerme, espero que les vaya gustado. De ser así déjenmelo saber en sus comentarios.
Soy una escritora aficionada, se agradecerían las sugerencias, recomendaciones y críticas 👌
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Desesperada
Kısa HikayeDesesperación: Desesperación era todo lo que sentía aquella mujer mientras como loca conducía por la oscura carretera. Su hijo seguía desaparecido y ella sabía que no se había escapado. Los policías solo le decían que debía haber escapado y que has...