Dos almas | Fred Weasley

17. Fred Weasley, estoy completamente enamorada de ti

Gracias por el apoyo y perdón por hacerles esperar <3

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—... y el pequeño Potter ya no es tan pequeño, estoy seguro que aguantará unas semanas de vacaciones con sus tíos —comentaba Dumbledore. El comedor esa noche estaba más en silencio que cualquier otro día.

—¿Entonces no vendrá aquí? —Inquirió la señora Weasley, se notaba preocupada.

Fue entonces, para sorpresa de los gemelos, que un gran pelaje ejerció de mi y bajé las escaleras en completo silencio. Pues las almohadillas de mis patas no generaban un sonido audible como el de mis pies y quería intentar reconocer las voces de sus dueños de cerca.

De pronto, casi llegando al último escalón, el claro chillido de la madera advirtió a las personas en el comedor.

Entonces, como un milagro, diviso rápidamente que Tonks intenta disparar puré de patatas a Sirius, pero falla y golpea a mi padre.

Inmediatamente se tapa la boca para evitar un ataque de risa y murmura una disculpa sin mucho entusiasmo. Pero en lugar de aceptar la disculpa como pensó que haría mi padre, él la mira con una sonrisa antes de, con un movimiento rápido de su varita, aterrizar todo el tazón de puré de papas en su cabeza. Todos guardan silencio por un segundo, Tonks está en estado de shock, antes de que Sirius estalle en carcajadas. Casi inmediatamente después, Tonks le lanza una cucharada de guisantes a papá que no solo lo golpea a él, sino a toda la parte derecha de la mesa. Inmediatamente, se ponen de pie y comienzan a lanzar su comida y en poco tiempo el resto de la mesa, todos excepto Molly, se unen.

Esto continúa por unos segundos antes de que Molly les grite a todos que se detengan, lo cual hacen, pero la cocina todavía está cubierta de puré, guisantes, salsa y algún que otro trozo de ternera.

Entonces, justo cuando Molly comienza a regañar a todos los adultos, una zanahoria la golpea de lleno en la frente. Ella alza la mirada, lista para gritarle a quien haya sido, solo para descubrir a McGonogall riendo a carcajadas mirándola fijamente.

—Lo siento, Molly, estaba bastante segura de que lo erraría—, dijo sacando una lágrima de su ojo.

ෂ

—¿Hace cuánto?

—¿Como?

—¿Dónde?

—¿Podrías enseñarnos?

Eso último lo preguntaron ambos pelirrojos al mismo tiempo.

Había charlado con mi padre de la importancia de ser animaga antes, no estaba segura de cómo manejar tanta información con los gemelos.

—No recuerdo hace cuanto, solo sé que fue cuando me alejé de ambos y estuve varias semanas sola. No puedo decir cómo ni dónde —suspiré, pero volví a hablar justo cuando ellos volvieron a abrir sus bocas para preguntar—. Y no, no puedo enseñarles.

George formó un mohín en su cara y Fred me miró, pensativo.

Y, como un viaje en el tiempo, conecté con sus ojos unos segundos, en silencio, y recordé, muy vividamente, la vez que estábamos en el cuarto secreto, en Hogwarts, donde sentí esa llama encenderse, muy en el fondo en mi corazón, llenandola de calidez y esparciendose por mi cuerpo entero, pidiendo más.

George dijo algo que no escuché y salió del cuarto. De pronto solo éramos Fred y yo juntos en una burbuja imposible de explotar.

Recordé cómo me sentí cuando descubrí lo que me pasaba con Fred.