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Vacaciones

2 años y 8 meses antes

Esta mañana recibí un mensaje de Tara, citandome en un hotel fuera de la ciudad, terminé mis pendientes del día y me fui con ella. Iba a irme en coche, pero eso significaba que tardaría casi el doble en lugar de si utilizaba la motocicleta.

En la recepción di mi nombre y me entregaron una tarjeta que servía como llave, el lugar era amplio, de techos altos y con piso de mármol, solemos vernos en lugares como estos todo el tiempo, es una manera de escapar de todos los que nos rodean y solo ser ella y yo.

Nuestro cuarto estaba en el quinto piso, caminé a través del largo pasillo y terminé frente a la puerta E13, la última del piso.

Pasé la tarjeta en el pequeño aparato y se abrió, la empujé un poco y Tara estaba ahí parada, en una sexi lencería rosa, con medias transparente y con un labial rojo sangre.

Benvenuto!- me dijo de forma alegre, pero mi instinto fue entrar y cerrar la puerta de golpe, no quería que nadie más la viera así, eso solo lo usa para y por mi.

-¡Tara! ¿Estás loca? Alguien pudo ver a mi mujer.

La agarré por la cintura y me pegué tanto como pude a su cuerpo.

-Estoy loca por ti Sanzu...- parecía muy divertida, como si disfrutara ponerme celoso -Dilo otra vez.

-¿Decir qué?- solo de pensar que alguien más pudo verla me hierve la sangre, siento una obsesión enfermiza a estar con ella, sin que nadie más se interponga entre nosotros.

-Mi mujer, me gusta cuando dices que soy tu mujer- sus delgados dedos recorrían mi pecho, me quitaba la corbata e iba desabotonando mi camisa.

-No puedo permitir que nadie vea a mi mujer- la agarré por el mentón y la obligué a verme a lo ojos mientras de lo decía.

Ella sonrió, tenía una expresión de malicia, con una pequeña mezcla de lujuria.

-¿te gusta?- se separó de mi y dio una vuelta teatral para mostrarme lo poco que llevaba puesto, más que estar vestida lo que hacía la lencería era adornar su cuerpo.

-Me encanta- no había el tiempo suficiente durante la noche para hacerle todo lo que tenía en mente.

-¡Me alegra! Porque seré toda tuya por una semana.

-¿Tú esposo no te extrañará?

-Para nada, él está en Italia y piensa que me fui con unas amigas, créeme Dionisio ni se dará cuenta.

Es todo lo contrario a lo que yo quiero, Dionisio debe darse cuenta que su esposa me ama, que gime mi nombre mientras yo estoy entre sus piernas, que siempre me llama antes de dormir, que me busca siempre que tiene la oportunidad y que cuando él no está me pertenece.

-Te quiero más que una sola semana Tara, necesito que seas mía las 24 horas del día.

Su sonrisa desaparecía por completo, parecía un poco asustada, pero no sabría decir si era por mi o por su esposo.

-Me divorciaré de Dionisio...

Llevo pidiendoselo meses, pero siempre me da largas o me dice que no puede, que nuestras vidas estarán en peligro si nos vamos juntos.

¿Qué cosa ha cambiado?

-¿Y él te dejará ir tan fácil Tara? Porque sinceramente tiene fama de tirano y dudo que le agrade que su esposa lo deje por otro.

Ella me tomó de la mano y me hizo que me acostara en la cama, Tara se recargó sobre mi pecho, mientras yo le acariciaba la espalda.

-Mi matrimonio con él es arreglado Sanzu, yo lo conocí dos días antes de mi boda, estaba saliendo de la adolescencia cuando tuve que convertirme en su esposa, pero él no es la clase de hombre malvado, nunca me tocó si yo no quería, intentó que me sintiera bienvenida en una casa que no era mía, no me juzgaba por mi pésimo japonés ó mis costumbre que para él resultaban extrañas, si tendría que decir que lo amo, entonces si lo hago, pero no es la clase de amor que siento por ti... Dionisio nunca me niega nada y si le digo que quiero el divorcio él me lo dará, cada parte de mi ser te pertenece Haruchiyo.

Blood In The WineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora