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El mercado de las drogas estaba funcionando bastante bien, teníamos las perdidas esperadas y las ganancias eran mucho mayores a las que se habían planeado en un principio.

Kokonoi estaba más que feliz con la situación porque sus bolsillos no paraban de engordar con cantidades asquerosas de dinero.

En cambio mi hermano y Rindou seguían teniendo sus reservas respecto a mi mujer, estoy seguro que el cuatro ojos no le hace nada a Tara porque su hermano se lo debe de tener prohibido. Pero se nota que no confía en ella porque casi escupe cada vez que escucha que alguien la menciona.

Hasta ahora hemos mantenido nuestra relación en secreto, nadie sabe de la existencia de las niñas, no hasta saber quienes son nuestros verdaderos enemigos. Pero tarde o temprano tenemos que decir que Semele y Sanzu combinaron ADN.

Hoy habría una junta en la torre de Bonten respecto a la expansión que íbamos a tener por Europa, Tara tenía que estar presente porque es ella quien tiene los contactos de ese lado del charco.

Ya estábamos los miembros importantes de la organización, solo faltaba el jefe y mi mujer, pasaron alrededor de 15 minutos cuando ambos llegaron, Mikey tenía la mano en su cintura y la llevó hasta su lugar. Yo sentí una corriente eléctrica recorrer toda mi columna al ver como la tocaba con tanta confianza.

Apretaba la mandíbula tratando de aguantar los celos que me provocaba verla con otro hombre que no sea yo.

Desde que nacieron las niñas es como si Tara hubiera rejuvenecido un par de años, ya no tenía el cabello atado, ahora siempre lo llevaba suelto y con su forma natural. Además de que se pintaba los labios de color vino.

Sus ojos de color almendra se cruzaron con los míos y parecía que se burlaba de mis celos.

La billetera abrió la junta, hablando con tecnicismos y alabandose a si mismo por el estupendo trabajo administrativo que estaba haciendo. También vimos puntos a trabajar y nuevas área de oportunidad para expandirnos en otras partes del mundo.

Todo iba con regular normalidad, pero durante la junta pude ver como Takeomi se tragaba con la mirada a Semele y no era porque le pareciera atractiva, era más bien asesina.

-Ya que Semele está tan metida en Bonten debería formalizar con alguno de nosotros.

Dijo sin más, todos lo volteamos a ver porque su comentario no venía al caso, pero la que estaba más desconcertada era Tara. Ella jamás se volvería a casar por compromiso o ventaja, odia la idea del matrimonio arreglado porque eso mismo fue lo que le arrebato toda su infancia, sabiendo que llegaría el día donde se casaría con un completo extraño.

-¿Me estas proponiendo un matrimonio arreglado? Lo siento Takeomi pero no eres mi tipo.

-La razón porque lo propongo es porque nadie confía en ti Semele.

-Tu confianza es lo último que necesito Takeomi al igual de todos los que están aquí... pero si tanto te preocupa que pueda traicionarlos quédate tranquilo, jamás pondría en riesgo el futuro de mis hijas.

-¿Hijas?

-Me emborraché y tuve sexo con Sanzu hace como un año y medio, quedé embarazada y de ahí me fui a Italia a tenerlas... no necesitan más detalles, así que ellas algún día tomaran el lugar de su progenitor.

A veces me preocupa la frialdad con la que se dirige a mi en público.

-¿Así que tú y Sanzu tuvieron hijos? Me pregunto porque mi más fiel socio no me dijo nada.

Mikey hablaba con una tranquilidad que me daba miedo, nada bueno puede salir cuando le ocultamos esa información al jefe.

-hice firmar un contrato a Sanzu donde no diría nada de las niñas, ya saben por protección, por eso no tenía permitido decir nada sobre su existencia.

Blood In The WineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora