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Promesa

Le hice una cena a Tara en mi casa, había puesto mucho esfuerzo esta vez, ella me dijo que había una noticia importante que me quería decir y la verdad era que yo también.

Quería proponerle matrimonio, no me importaba que estuviera casada, pronto ya sería mujer soltera y que la asegure no tiene nada malo.

Tara llegó igual de puntual que siempre, iba vestida con un sexi vestido blanco y su cabello semirecogido.

En sus delgadas manos traía un sobre amarillo de tamaño folio y uno blanco más pequeño. Parecía distinta, más radiante y mucho más hermosa.

La recibí con un beso, igual que siempre que la veo.

-¿Me prestas una pluma?- estaba muy misteriosa, pero se le miraba feliz.

Le di una que tenía en el bolsillo, ella se sentó en el sofá y sacó la hoja que estaba dentro del folder amarillo, le quitó la tapa al bolígrafo y puso su firma en la parte inferior.

-¡Oficialmente estoy divorciada!...- que buena noticia, ya iba siendo hora de que se divorsiara de ese hijo de perra - Le tengo que mandar esto al abogado para que disuelvan el matrimonio, pero eso es lo de menos.

-Esto es algo digno de celebración- y la mejor parte es que ya puedo porponerle matrimonio -Yo también tengo algo importante que decirte...

-¡Espera! Aún no acabo, tengo otra cosa que decirte- me extendió la carta - Ábrela.

Hice lo que me pidió, era una hoja de hospital donde ponía los resultados de un test de sangre, teniendo como resultado un positivo en embarazo.

El imbécil de Dionisio hizo su última jugada, dejarla preñada para que no se divorciara, maldito hijo de perra, lo voy a ir a buscar para matarlo.

-¿esto que significa?

-¡Que estoy embarazada Haru, vamos a ser papás!

El enojo hizo que agarrara un jarron y lo estrellara contra la pared, ella no se asustó, ni si quiera respingó, parecía más bien decepcionada.

-¡Ese bastardo no es mío, nada me asegura que lo sea Tara, si yo te cojo él cabron de tu esposo también lo hace!

Quiero ir a buscarlo y dispararle entre las cejas por haberse atrevido a tocar a mi mujer.

-¿Me estas diciendo puta?

-Tu que crees.

Los celos y la ira me estaban cegando, no pensaba con claridad y lo único que quería era venganza.

-Bien, creo que no tengo nada que hacer aquí.

-Aún no es tarde, puedes abortarlo, si es de Dionisio nada pierdes.

No puedo dejarla ir, es mi mujer y se suponía que a partir de ahora estaríamos juntos.

-¿Y si es tuyo?

-Eso no lo sabes.

-Si lo sé Sanzu, este bastardo, como lo llamaste, es tuyo, no tengo duda de eso.

-¡Sin una jodida prueba de paternidad no te puedo creer!

Podría arriesgarme a estar con ellos, pero si él mocoso no era mío no podría verlo como mi hijo, solo lo detestaría y eso provocaría que Tara se alejara de mi, podemos empezar desde cero, solo ella y yo.

-Tienes razón, nada te asegura que sea tuyo, es la palabra de una puta contra la del mejor hombre del planeta.

Se levantó del sillón y fue para la salida del departamento, la quise tomar del brazo pero no lo hice por miedo a lastimarla.

Blood In The WineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora