[ FINAL ]

188 31 3
                                    

Tara

La última vez que vi a Haruchiyo fue en ese estacionamiento, le había rogado que subiera con nosotros al auto pero no me escuchó, es incluso más terco que yo.

Recuerdo que llegamos al pequeño aeropuerto privado de los Takahashi, mis hijas estaban ahí siendo custodiadas por dos de mis mejores hombres y Ran, él había cumplido su palabra de llevarlas en una pieza, esperé lo más que pude ahí, deseando que Haru llegara y poder salir de Japón los cinco, pero pasada dos horas jamás volvió y los hombres de Mikey ya habían descubierto donde estábamos, por la seguridad de mis hijos tuve que salir sin su padre, el amor de mi vida.

Tara él te está ganando tiempo, tenemos que irnos. Fueron las palabras de su exsocio de trabajo.

En cuanto puse un pie en Italia mandé a mi familia a una pequeña casa de seguridad, lejos de la mansión del viñedo y me puse en contacto con mi gente en Japón, todo se estaba desmoronando y nadie sabía nada de Sanzu, la última persona en verlo fue Takeomi, llegó casi desangrándose a su casa, pero a la mañana siguiente él se había ido y no le dijo a donde.

Pasé meses buscándolo, incluso le puse precio a su cabeza para poder dar con él, pero era como si la tierra se lo hubiera tragado, quise ir yo misma a Tokio y armar un alboroto para llamar su atención, pero en mis condiciones era casi imposible, la última travesura de Haru crecía dentro de mi. Ese bebé era producto del día donde nos reconciliamos. Nuestra última noche juntos.

Pero no solo era el hecho de que no supiera nada él, Sano seguía vivo, reinando desde su trono pero con algunos miembros menos, según mis fuentes los únicos que seguían a su lado eran Kokonoi, Hitto y Mochi. El resto de ellos lo habían abandonado y sabía muy bien que en cuanto pusiera un pie ahí tendría una bala en la cabeza.

Mis hijos ya perdieron a su papá, no me pueden perder a mi también.

Incluso cuando estuvimos separados Haruchiyo era un papá presente, amaba a los niños y ellos a él, les afectó mucho dejar de verlo y yo no podía darles una respuesta clara de si había muerto o no.

El más afectado era Luca, descubrió de la peor manera todo acerca de Dionisio, Haruchiyo y yo. Traté de explicarle de la forma más simple todo, pero había detalles que tenía que guardármelos hasta que fuera mayor.

No importaba que, él debía de ser un Takahashi por su seguridad.

Noches enteras llorando por él, deseando que regresara a mi lado, preocupada por su seguridad. Había ocasiones donde prefería que estuviera muerto en lugar de ser el juguete de Mikey.

Siento que parte de esto fue mi culpa, yo jugué con Manjiro y creía que estaba funcionando, pero no era así. Él quería más y más poder y yo lo tenía, no iba a parar hasta quedarse con todo lo mío. Lamentablemente para mi Haruchiyo pagó nuevamente el precio de la oscuridad de Manjiro.

Hoy hacía un día soleado y el clima era cálido, los niños pidieron ir a la playa apenas se levantaron.

La costa nos quedaba a pocos minutos de la casa de huéspedes, preparé las bolsas y nos fuimos los cinco.

Luca corría de regreso a la orilla cada vez que una ola se les acercaba y las gemelas lo imitaban, no paraban de hacerlo como si fuera la cosa más divertida. Y el pequeño Haru jugaba en la arena con su pala y cubeta, comiéndose la arena cada vez que le dejaba de poner atención.

A comparación de sus hermanos él no era rubio, su cabello es tan oscuro como el mío, sus ojos eran del mismo azul que su papá pero sin los rasgos nipones, no tenía pecas como los otros tres y su piel era igual de lechosa que la de Haruchiyo. Era como ver a su papá pero con otra nacionalidad.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 12 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Blood In The WineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora