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Tara cumplió lo que me prometió, se fue a Italia en el segundo trimestre del embarazo, hablo a diario con ella y con Luca, aunque no es lo mismo que a tenerlos cerca.

Iré con ellos la semana siguiente, me tomaré unas pequeñas vacaciones para ver a mis hijas nacer, además de que Tara me presentará a su familia.

Aun no hemos formalizado en público, parece que seguimos siendo amantes, el nacimiento de Myrella y Monic será nuestra entrada para decir que ahora estamos juntos, ellas si serán Akashi y por derecho mi puesto en Bonten será de ellas, además de que siempre vivirán bajo la protección de Dyonisus, a esos peces gordos no les importa que no sean hijos de Dionisio mientras su madre siga manteniendo el poder que les da.

Un par de horas antes de irme a terminar con mi trabajo quise hacerle una pequeña llamada a mi mujer.

-¿como están las princesas y mi reina?

Le pregunté a través de la pantalla.

-extrañandote amore, ¿no me dejarás plantada verdad?

-Claro que no bellissima, mi vuelo sale el lunes.

-¿Manjiro te dio permiso?- lo dijo con sarcasmo y algo de saña.

-No necesito su permiso para estar en el nacimiento de mis hijas.

-Como digas... Luca vieni.

Mi hijo apareció en la pantalla, parecía un poco más bronceado y más grande.

-¡Hola! ¿Me traes mochis? Aquí no hay.

Parece que sus genes japoneses pueden más que los italianos.

-Te llevaré de todos los sabores, hijo.

- Grazie Sanzu

¿Llegará el día en que me llame papá? Odio tener que escuchar como se refiere a mi cómo al novio de su mamá.

-¿Qué piensas amore?

-Nada en especial, oye tengo un asunto en Bonten y quiero dejarlo listo antes de irme a Italia ¿hablamos más tarde?

-Claro, cuídate Haruchiyo Ti amo.

-Yo te amo más bellissima.

De mi departamento fui a la torre de Bonten, me reuní con los ejecutivos para arreglar los últimos detalles del transporte de la mercancía y en cómo dividiríamos las ganancias con Dyonisus. Tara ya tenía todo arreglado para recibir la embarcación, el como la distribuiriamos era cosa nuestra.

Los días siguientes fueron de los más largos, fantaseaba en poder estar con ellos y en como iba a hacer para llevar esa vida juntos.

Justo ahora no soy del agrado de Mikey y mis hijas no tardan en llegar, era como escupirle a la cara al jefe. No sé que es lo que pretende con Tara, pero he visto esos ramos de flores que le envía y en cómo la involucra en Bonten. Necesito actuar de forma inteligente y mantener mi posición como segundo al mando y a su vez poder seguir con Tara.

Las aguas se habían apaciguado con lo del compromiso de los infantes, pero puede que esa paz no dure mucho si a Ran se le ocurre hablar.

Cuando llegué al aeropuerto de Italia mi mujer había mandado a sus hombre por mi, el calor era sofocante y el sol me quemaba la piel, me voy a poner como un camarón si no uso bloqueador solar.

El lugar de nacimiento de Tara no era precisamente urbano, pero sí muy bonito y pintoresco y la capital quedaba a treinta minutos en auto.

Este pueblo parecía más bien una colonia para familias adineradas que vienen a pasar sus vacaciones de verano.

Blood In The WineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora