-28

448 39 41
                                    


Al menos 68 personas han muerto este domingo al estrellarse un avión cuando intentaba aterrizar.

La noticia cayó de golpe, fue inesperado sólo recuerda ese momento.

Yami descansaba en el sofá mientras veía la foto de él junto a sus padres, tal vez tenía que llorar pero ya lo hizo bastante que solo estaba cansado deseando dormir para volver a despertar en otro mundo donde sus padres todavía estuvieran a su lado.

A su lado estaba su hermano, tratando de darle ánimo mientras abrazaba su frágil cuerpo, el cuarto donde estaban era frío y no había algo para calentarse más que el abrazo que su hermano le daba, pero era aún más frío más frío que cualquier otra cosa.

-los abuelos hablaron conmigo yami-. La voz de gogo lo hizo salir de sus pensamientos, apartándose del abrazo lo Miró escuchando Atentamente-ellos quieren llevarte a vivir con ellos, ¿pero no me dejarías solo, verdad yami? -todo caía en sus manos, y la mirada de gogo no ayudaba en nada en esta situación
Apartó la mirada, tenía miedo al decir que si pero le daba miedo alejarse de su propio hermano-verdad que te quedaras? -
sin mirarlo a los ojos
De nuevo sintió como lo abrazaba fuertemente como si se fuera a ir lejos de el.

-tal vez solo un tiempo... -

-pero estaras mejor conmigo yami, no vas a correr ningún riesgo-
Hablaba tan delicadamente en su oído, endulzando su oido del inocente chico, quien aún tenía miedo al decir "No"

-lo quiero pensar, por favor hermano... -

-toma tu tiempo Yami, pero se que me vas a elegir a mi. -el mayor se alejó del chico dejándolo solo, abrió la puerta de la habitación y se marchó.

Yami aún apesar de estar triste, nunca sintió ese mismo sentimiento de parte de su hermano era como si no hubiera estado triste por la muerte de sus propios padres, cómo si no le importara tanto.

Deseaba nunca haber estado en esa familia, no se sentía así
Solo sentía que era alguien que ocasionaba todas las peleas donde gogo era el que primero hacia daño pero de repente su actitud cambiaba y ahora volvía a pedir perdón.
Pero aún así siempre tenía que estar de acuerdo con su hermano, era lo único que le queda.
Oh el único que siempre a estado ahí con el.

Después de que Gogo se alejara, Yami se sentó solo en la habitación. Estaba triste y enojado, y la verdad es que no sabía qué hacer. ¿Qué podía hacer? ¿Habría otra opción? ¿Cómo podría dejar a su hermano solo? Era muy difícil decidir qué tan pronto debe irse con sus abuelos. Sabía que la decisión que tomara afectaría a su hermano. Estaba preocupado por eso, pero también quería hacer lo correcto. Lo pensó con mucho cuidado.

Unos días después de su plática, Yami fue a encontrar a su hermano, la verdad ya se había decidido. Quería decirle que ya había tomado su decisión, pero quería hacerlo de la manera correcta.
-Gogo... Suspiró. ¿Te puedo hablar sobre eso?
Alrededor de ellos todo estaba en silencio. Estaban en su dormitorio.

-Claro, Yami. _Gogo le sonrió y lo miró. Sus ojos brillaban, en realidad le hacía sentir bien ver a su hermano. Y aunque era difícil,_ ¿Qué querías decirme? _Preguntó Gogo, y su voz sonó suave y tranquilizadora._

-Quería decir... _Yami respiró hondo... - que me iré, es mejor que viva con mis abuelos. _Explicó yami nervioso

Gogo tardó en hablar, y cuando lo hizo, su voz era tan baja y grave que había que intentar mucho para escuchar. - ¿Seguro, Yami?_ Preguntó Gogo,_ -No hace falta que te vayas, puedes quedarte conmigo.

-quiero estar bien_ exclamó yami, y para Gogo empezaba a molesto que yami pensara eso.

-¿Cómo puedes decir eso, Yami?_Su voz se levantó un poco, y aunque estaba enojado, estaba tratando de guardar la calma, pues estaba consciente de que este era un momento demasiado importante como para estropearlo. Gogo quería que Yami se quedara, lo quería mucho y no creía que sus abuelos fueran un lugar mejor que el mismo para su hermano.
-¿Sabes si los abuelos te tratarán bien? No lo sabes, ni siquiera tienen que preocuparse por ti. _Gogo bajó la voz para intentar sonarse amable, pero la verdad es que se sentía ansioso. - ¿Te tratarán con el mismo cuidado que yo te trato? ¿Y si te hacen daño? ¡No puedo permitir que te vayas así! _Exclamó.

Ya tomé mi decisión... _Yami le dijo a Gogo, quien no le dio la menor atención a lo que le estaba diciendo. Se limitó a hacer lo posible para convencerlo, presionándolo. Hablaba más fuerte que antes, su tono era autoritario y su mirada era fija en el joven._ - Yami, ¿me estás escuchando? _Dijo enojado._ - ¿No estás haciendo caso a nada de lo que te estoy diciendo? ¡Es por tu bien que te quedes conmigo! _yami se alejaba de gogo, le empezaba a tener miedo, se veía diferente a como siempre solía ser con el.

Yami retrocedió un poco al ver la cara enojada de su hermano, su mente aún estaba indecisa. No tenía la intención de dejarlo solo pero también quería ir con sus abuelos. Sintió que la presión era demasiado para el, le temblaban un poco las manos y tenía la voz algo aguda, pero tenía que hacerle frente a su hermano y decir que ya había tomado su decisión. Le respondía a Gogo en voz más baja.

-por favor hermano...

-¡Yami, por el amor de Dios! ¡Escucha lo que digo! _Gogo gritó, y su voz era mucho más fuerte que antes, empezando a lastimarlo se sentía la furia en los ojos del mayor.

Gogo tenía tanto enojo en sus ojos y su voz estaba subiendo a la par de la furia que había en su interior. El dolor en sus manos le dijo que estaba apretando con demasiada fuerza, pero aún así no lo liberó. Su cara mostraba una expresión muy preocupada, tanto miedo, enojo y dolor por lo que estaba haciendo a su hermano. Los ojos de Yami se llenaron de lágrimas al ver a su hermano enojado, con las manos presionándole.

Gogo apretó los dedos con más fuerza, le estaba haciendo daño pero le era difícil dejarlo salir, su mente estaba más preocupada por tenerlo cerca de él que por el dolor que le estaba generando. ¿Qué pasaría si le daba un golpe? ¿Hasta dónde estaba dispuesto a llegar? Le dolía mucho tener que lastimar a su hermano de esa manera, pero no le veía otra opción. Por lo cual, apretó con más fuerza, su voz aún estaba bastante fuerte.

De repente alguien toco la puerta.
Gogo había hecho que Yami gritara por el dolor que le estaba provocando, al escuchar el ruido de la puerta, se voltea a ver. - ¿Quién es? _Dijo enojado, su voz sonaba fría y furiosa, pero aún así estaba atento para ver quién era.
Eran los abuelos de yami y Gogo.

Gogo se calmo al ver que sus abuelos habían llegado, ya que era una clara oportunidad para persuadir a Yami de que se encontrara bien y no fuera a vivir con ellos. Dejo de apretarle los hombros, y haría que Yami se tranquilizara. Su voz se calmó y su rostro pareció volver a la normalidad cuando se volteó hacia su hermano.
- Sí... ¿En qué puedo ayudarlos? _Dijo con una gran sonrisa en su cara, tratando de actuar de manera natural, yami se agarraba su manita y tenía la mirada hacia abajo tratando de no llamar tanto la atención.

Estuvieron hablando de algunas cosas por poco tiempo y ahora estaban abajo esperando a que ellos bajaran para la cena, apenas los abuelos quedaron fuera del dormitorio, Gogo empezó a hablarle a Yami en voz baja de nuevo, haciendo un gesto de que lo escuchara.
No digas nada, _dijo, ya que si los abuelos se enteraban de lo que realmente estaba ocurriendo, ellos se llevarían a Yami si o si. Y por eso tenía que hacerlo parecer de otra manera. Gogo respiró hondo y su tono de voz se volvió más amable, como lo había hecho con los abuelos antes.

Vamos, Yami, no te preocupes por una pequeña pelea, ¿no es así? ¿Verdad que no es nada? _Gogo apretó las manos con menos fuerza y le acarció el cabello. - Conmigo estás a salvo, ¿no es cierto? _Aunque era todo lo contrario a lo que le estaba hablando, la realidad era que el mayor no quería que Yami se fueran con los abuelos.

Yami estaba confundido por todo lo que estaba ocurriendo, pero tenía que hacerle caso a su hermano si no quería ser golpeado de nuevo, o que lo obligara.
-No te preocupes por nada, ¿de acuerdo? _Preguntó, su voz era tranquilizadora. Como si todo estuviera normal, como si la discusión anterior no hubiera ocurrido para nada.

Yami sonría amable a su hermano, que no dejaba de manipularlo y tratar de persuadirlo.
-No te preocupes, solo tenemos una pequeña discusión, solo eso. ¿No es así, Yami? _Algo en su tono de voz y su mirada hizo que Yami estuviera inseguro, aunque le quería decir que no era así, sintió que tenía que mentir para que no le pasara nada. No le quedó de otra que decir: Sí.

NO TE ALEJESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora