NO TE ALEJES

-30

Así eran las cosas, era la única manera en la que yami se podía dar cuenta de la verdadera personalidad de Gogo, el era el verdadero malo aquí pero Gogo siempre se daba a la tarea de ocultarle eso de cualquier forma.

-eres un simple cobarde que nunca tuvo padres

Se reía de una forma muy sarcástica, mientras seguía sonriendo y apretandole el estómago, cada vez más su zapato se marcaba en el estómago de yami pero aún así el menor no protestaba nada con palabras solo lo veía desafiando la situación, con sus manos trataba de quitar los zapatos de Gogo con toda su fuerza empezaba a luchar.

Pero parecía una competencia por quien era más fuerte y gogo no soportaba perder.

-tú solo fuiste un cobarde al no mostrar tu verdadera cara, tenias miedo verdad maldito idiota?!

Yami cada vez era más necio, y de la misma forma sonreía aunque le doliera eso siempre le había enseñado Gogo no? Entonces por que ahora su cara de Gogo se veía tan furiosa?

Gogo dejo de aplastarlo y solo se quedo viéndolo a la cara, con mueca de asco, ya no podía controlarlo de algún modo.

Yami solo veía como el peli rubio lo miraba con odio, las cosas se le salían de control y las mentiras siempre salen a luz, yami quería salir de esa casa por eso empezó la discusión.

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-quiero vivir en otra casa

Se encontraban los dos cenando en casa, Gogo cortaba la carne de su plato algo normal prestándole atención a yami.

-claro que si miku, pero solo tienes que esperarte a que termine unas cosas de oficina y podremos mudarnos.

Le dirigió la mirada y sonreía Feliz, comió el trozo de carne qué tenía en su tenedor.

-no me entendiste hermano... Quiero vivir solo.

Gogo tenía la mirada abajo, tratando de asimilar las palabras, estaba escuchando bien?, volvió la mirada a yami desconcertado pero con una sonrisa a medias, podría decir que hasta la carne no le podía pasar por la garganta al escuchar eso.

-sabes que te tengo que cuidar verdad?, no digas tontadas...

Gogo dejo su tenedor en la mesa y llevo su mano al cabello de yami pero este se hizo un poco hacia atrás para no ser tocado por su hermano, Gogo era muy observador pero podía notar que yami no temblaba ni tenía movimientos nerviosos eso le hervía la sangre, acaso no podía ser tan intimidante para hacerse saber que yami tenía que ser siendo sumiso?, claramente se le borro la sonrisa hipócrita qué tenia.

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-sabes que tienes que estar en mi vida.

Yami aun no se podía mover, en el fondo tenía miedo pero no tenía que enseñarlo ya que eso podía ser malo para el y era una oportunidad más para Gogo.

El semblante de Gogo cambió, pero esta vez yami podía verlo fijamente sin sentirse tan dominado.

-me dejaras como mis padres lo hicieron? ¿Me abandonarás?

Yami se mordió el labio, odiaba qué Gogo utilizará el tema de sus padres como un intento de manipulación pero nunca pudo decir lo que pensaba por que si no Gogo lo castigaba severamente.

-tú nunca los quisiste, realmente te sentiste abandonado cuando me tenias a mi?

Gogo no dijo nada más que empezó a agarrar el cabello de yami obligandolo a estar de pie.

-así que esto es serio?

Solo vio una sonrisa en Gogo, esa fue la última imagen que va a poder recordar por un largo tiempo.

Sintió un golpe en la cabeza, y solo sintió como su cuerpo caía lentamente y su mente daba vueltas, podía ver un poco con los ojos entre abiertos pero ya no podía sentir dolor más que un piquete en su pierna,
Sus ojos se cerraron.

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Ya estaba frente a la puerta, parecía un lugar muy costoso y rico nunca pensó que su amigo viviría en un lugar como esto, se armo de valor y toco la puerta estaba algo nerviosa era evidente y no sabía si la podían correr ya que se veía muy sospechosa con una gorra y una sudadera muy grande.

Toco la puerta, todo estaba en silencio después de eso veía el viento soplar tan fuerte que los árboles se movieron como si fuera un terremoto, si que daba miedo ese lugar.

De repente se escuchaba como abrían la puerta, el sudor bajaba por su frente pero ya estaba ahí y tenía que seguir con su plan.

Trago saliva por que sabía que tenía que hablar, cuando la puerta se abrió ahí estaban esos ojos que tanto extrañaba ver.

Y ahí estaba...

-shoto...

-cuanto tiempo.

Los dos se miraron, los dos con sus propias miradas ya sabían lo que tenían que hacer.