𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝘁𝗵𝗶𝗿𝘁𝗲𝗲𝗻. 𝗽𝘂𝗿𝗲 𝗹𝗼𝘃𝗲

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El sol arribo a las costas de pandora la mañana siguiente, era un día caluroso. El marui de Britney era un desastre, y como no serlo cuando la pasión y el deseo manipularon la noche. Sus prendas tiradas por todas partes, las sabanas y almohadas esparcidas por el lugar, ellos mismos convertidos en un total desastre, acurrucados uno sobre el otro descansando aunque sea un rato, casi no habían dormido, por obvias razones.

Sus cuerpos pegados, piel con piel, sintiendo al otro. Britney abrió los ojos lentamente, y la luz se coló por ellos, cerrándolos abruptamente. Cuando sus pupilas se adaptaron a la luz observo al hombre a su lado, mirándolo con amor, ambos sonrieron. La iluminación golpeaba la piel del mayor haciéndola ver radiante, se veía muy apuesto, pero sobre todo sus ojos brillantes, expresando millones se sentimientos.

— ¿Qué tanto miras?...— Interrogó con una expresión picara. Aonung con su dedo índice deslizó un mechón del cabello de la mujer detrás de su oreja, acariciando su piel.— 

Aonung tardo unos segundos en contestar ya que se encontraba perdido en los ojos de la menor, contemplando las pequeñas pecas dibujadas en su rostro.

— Miró a la mujer mas hermosa de todas, ¿Es un delito? — Cuestionó observándola divertido, tenía un particular buen humor esa mañana.—

 Ella sonrió visualizando sus ojos celestes, empezando a trazar los tatuajes de su mejilla. 

— Claro que lo es...no te e dado el permiso. — Dijo en forma de juego, acercándose mas a el tocando su pecho. El macho puso su mano en su cintura apegándola a su abdomen. — 

— Anoche no recuerdo haber pedido permiso para mirarte, y la verdad te vi bastante de bien. — Murmuro con gracia, ya no era necesario hablar, simplemente se entendían.—

Britney sonrió y lo beso, el chico acepto, toqueteando su cuerpo. La mujer puso ambas manos en la cara del mayor, dándole profundidad al beso, era tan adictivo. Sus labio bailando al compas de sus sentimientos, expresando todo el amor que sentían por el otro, todo lo que en ellos generaba aquella química que tenían, que solamente entre ellos había. 

Luego de su declaración de amor aquella noche nada sería igual, y lo aceptaron por mas que no lo hablaron directamente, simplemente lo sabían. Su conexión se fortaleció de una forma tan duradera, todo se sentía tan intimó, tan solo ellos. Empezaron a notar que el mundo dejo de comprenderlos, en él exacto momento que Tsireya entro al marui de la mujer esa mañana. 

— Hola, ¿Britney?— Preguntó al entrar, para luego soltar un grito eufórico que probablemente despertó a toda la aldea.— ¿U-ustedes?

Hablo entre tartamudeos visualizando a la mujer sobre el hombre besándolo salvajemente, claramente se separaron por el grito de la hermana de Aonung, tratando de tapar su desnudez, o por lo menos Britney. 

𝐥𝐚 𝐪𝐮í𝐦𝐢𝐜𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 - Ao'nungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora