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Unos eclipses pasaron después del beso que se dieron Britney y Aonung, habían tratado de no hablar de eso y dejarlo en el pasado. Ninguno de los dos sabia como sentirse al respecto. Sin embargo, no se sé dejaron de juntar, de hecho, pasaban más tiempo juntos del que era necesario. La científica se la mantenía constantemente trabajando, y el morocho la acompañaba. Ahora mismo se encontraba junto al mayor, aprendiendo a atar redes de pesca. El macho lo hacía bastante rápido, a diferencia de la mujer que sus dedos se enredaban en la soga.
— No, no, Demonio. Lo haces mal — Agarro las manos de la fémina, explicándole donde poner su mano.— Átalo de forma doblada, y luego lo pasas por aquí. Finalizando con un nudo en la punta. — Hablo paciente.—
La chica suspiro repetidas veces tratando de seguirlo, pero siempre terminaba perdida.
— No Aonung, no sirvo para esto. Mierda. — Volvió a hacer el mismo nudo erróneo.—
El varón rodó los ojos, negando con la cabeza.
— Pareces un bebé. — Dijo enojado.—
Britney cerro los ojos tratando de calmarse, era tan insoportable.
— ¿Ahora tratas de vengarte de mi, desde el día que no pudiste abrir mi mochila? — Miro a Aonung entre risas.—
El mayor gruño al recordar eso.
— Era imposible de abrir, créeme. Estoy seguro que usaste tu magia demoníaca conmigo. — Terminó de atar una de las redes y la dejo en una pila de ellas.—
La mujer tiro la red al piso ya frustrada, parándose llamando la atención del Olo'eyktan.
— Oye ven aquí — La tomo del ante brazo sentándola a su lado.— No es tan complicado como parece. — Le tendió una soga y le volvió a enseñar.—
La chica sin esperanza ató la soga exactamente como el hombre le dijo, provocando un subidón de energía en la chica haciéndola saltar.
— Lo hice! no lo puedo creer! lo hice! — Saltó unos segundos mas, para luego abalanzarse sobre Aonung dándole un brazo. —
Britney se tiro con tanta fuerza que ambos cayeron a la arena, mas no les importo. Aonung verdaderamente estaba disfrutando eso, tener a la chica sobre el.
— Los Tulkun han regresado! Nuestros hermanos y hermanas, volvieron! — Grito Tsireya desde la orilla montada sobre su Ilu.—
Los ojos de la rubia brillaron mientras se levantaba del hombre, acercándose a la orilla. Nunca había visto a un Tulkun en la vida real, por esos animales místicos comenzó a estudiar pandora. Le apasionaba que sean tan emocionales, sus formas de ver la vida eran encantadoras, ellos eran más inteligentes que los humanos, al tener mas neuronas. Pero lo que mas le gustaba de esas bestias era que componían canciones, las cuáles nunca tuvo oportunidad de escuchar.
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𝐥𝐚 𝐪𝐮í𝐦𝐢𝐜𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 - Ao'nung
أدب الهواةDonde una prestigiosa científica, va al arrecife para investigar la vida marina. o Donde Ao'nung, se queda interesado por una humana que viene a investigar sus tierras. ❝ Britney Mitchell es una científica interesada por la vida que habita en Pan...