Capítulo 3

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No suelo dejarme impresionar fácilmente. De hecho podría decir que no soy nada superficial, aún así, aquí estoy. Poniéndome nerviosa por un chico bastante joven.

Tomo mi bebida que está sobre la barra dispuesta a alejarme.

- Te espero en el reservado, Itachi. Encantada de conocerte, Sasuke. 

Él levanta su copa y me mira fijamente. No espero más y salgo en busca de Ino. Cuanto odio que me haya hecho venir aquí, me siento fuera de lugar porque observo a mi alrededor y hay gente bailando, bebiendo o incluso hablando y se les ve felices y relajados. Todo lo contrario a cómo me siento.

Llego a nuestra mesa y no hay nadie. Genial, no quiero pensar donde estarán esos dos. Me quedo de pie y me niego a mirar en la dirección donde sé que estarán los hermanos.

A dos mesas, hay un grupo de amigos. Se ve que la están pasando bien. Hay un rubio muy hiperactivo que está repartiendo alcohol acompañado de tres chicas y un chico con un extraño color de pelo.

La pelirroja se levanta y veo que es muy guapa. Por un momento me siento tentada de dirigirme a esa mesa. De sólo verlos ya estoy sonriendo,  en vez de eso, decido sentarme un poco a esperar que alguno de mis acompañantes llegue.

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Unos minutos después y ya me había acabado la bebida. Busco a Itachi con la mirada y lo encuentro hablando con su hermano, la pelirroja que vi antes está al lado de Sasuke, tocando su brazo. Parecen pareja pero obviamente, no debería importarme. Los hermanos son baste guapos pero de lejos gritan peligro, sobretodo el menor. Se ve más duro y más arrogante.

Itachi voltea a verme, dice unas cuantas palabras y ya lo veo caminando hacia mí mientras que ellos se quedan en la barra.

Un tipo de la nada se sienta a mi lado y veo que tiene los ojos brillantes.

- Te he estado observando, llevas sola un rato. ¿Quieres ir a bailar? O quizás ir a un sitio más privado.

Me alejo rápidamente evitando hacer una mueca de asco ante el olor del alcohol. Ino, estás en graves problemas.

- Gracias pero  no me interesa. Estoy casada - levanto mi mano y le enseño el anillo. No iba a dejar pasar esta oportunidad. No es que me enorgullezca pero es efectivo en estas ocasiones.

- Vaya desperdicio - bufa y se larga de mi sitio.

- ¿Qué quería ese tipo?- Itachi llega de la nada y me siento más tranquila.

- Solo buscaba compañía está noche.

- No debería haberte dejado sola. Perdón por eso.

- No te preocupes, sé defenderme sola - y sonrío. Una sonrisa de verdad, no necesito a un hombre para ser feliz.

- ¿Bailamos? Odio que te vayas con una impresión equivocada. Suelo ser divertido, créeme.

- La verdad es que necesito otra copa y después  podemos bailar.

No sé cuánto he bebido, supongo que fueron 4 copas pero parecen mil. No estoy acostumbrada a ello por lo que decido que no puedo tener más. No quiero perder la conciencia.

He bailado y he reído mucho. Ino y Sai aparecieron por fin mientras bailaba con Itachi. Ha sido una noche interesante, una en la que descubrí que podría enamorarme de Itachi si no estuviera casada. Por mucho que odie a Sasori, no pienso rebajarme a ser infiel.

La idea del divorcio cada vez es más clara.

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Volvemos a casa después de las cuatro de la madrugada. Agotada física y mentalmente. Al parecer, cuando enfrentas tus miedos toda esa carga se siente de golpe.

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