Capítulo 13

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Un ruido sordo se hizo eco en la pequeña habitación.

Al principio mi cerebro lo ignoraba pero después de unos minutos, seguía escuchando lo mismo.

El sonido variaba, algo parecido a gruñidos, golpe seco, maldiciones ininteligibles...

Obligo a mis ojos a abrirse y la luz me siega por un momento. Vislumbro una cabellera azabache forcejeando con un tipo. Parpadeo incesantemente para aclarar mi visión y así decidir si estoy soñando o esto de verdad está pasando.

La imagen me llega más clara y con ello me doy cuenta del estado del intruso. Lleva una camisa manchada de sangre, sus brazos están llenos de tatuajes y el ruido metálico que se escucha de un objeto al chocar con el suelo me muestra un arma de fuego.

Otro puñetazo conecta con el estómago del tipo y un rodillazo en su cara lo pone fuera de juego.

Sasuke está de espaldas a mi y veo como sus hombros suben y bajan por el jadeo de su respiración. Aprieta y relaja sus puños para después llevarse sus manos ensangrentadas a su pelo. Su postura sigue tensa e intuyo que está intentando controlarse. ¿Qué ha pasado? ¿Quién era ese?

Se gira de pronto y me mira con ojos grandes. Al parecer hice esas preguntas en voz alta y veo como intenta formular las respuestas.

- ¿Cómo te sientes? - suelta por fin después de unos minutos. Su tono es extrañamente calmado pero sigue en guardia. No pierdo detalle de cómo mira de reojo al herido.

- Es grosero responder con otra pregunta - mi voz suena un poco ronca y noto mi garganta seca.

- No es necesario hablar de eso ahora ¿Quieres que llame al médico?

- ¿No es necesario? - ahora sueno un poco histérica pero creo que tengo derecho a estarlo - hay un hombre desangrándose en el suelo de mi habitación de hospital. No sé tú pero yo no estoy acostumbrada a estas situaciones.

Quiero evitar el sarcasmo, juro que lo intento pero he pasado mucho las últimas 24 horas por lo que me lo puedo permitir.

- Te lo explicaré luego, acabas de despertar y no quiero que te alteres - sus manos hacen un ademán de calma, como si fuera un animalillo perdido. Daría resultado si no hubiera sangre en ellas, la verdad.

- Qué bonito detalle - resoplo por lo bajo y me hundo más en el colchón. Sasuke suspira y saca su móvil del bolsillo. Habla con unos colegas para que vengan a custodiar al nuevo detenido.

Un escalofrío me recorre al pensar en lo vulnerable que estaba hace unas horas y lo que hubiera podido pasar si Sasuke no aparece por aquí.

Las náuseas me invaden de repente y el pánico crece. Como puedo le digo a Sasuke que voy a vomitar y el busca como loco algo que darme.
Abre la puerta y grita a una enfermera mientras siento que sube algo ácido por mi esófago.

Me aguanto intentando respirar por la nariz  hasta que trae un recipiente y vuelco todo en el. Odio la vergüenza que siento en este momento y en el desastre que estoy hecha.

El me acaricia la espalda y lleva un mechón de pelo detrás de mi oreja. Es lo más romántico de mi vida (nótese el sarcasmo).

- Tranquila, son los efectos de la anestesia. Tuvieron que llevarte a quirófano para extraer las esquirlas de la bala. Tuviste suerte porque no se alojó en tu brazo pero algunos trozos quedaron.

Aún no siento dolor lo cual es una bendición. La cabeza sigue un poco revuelta y bloqueo los recuerdos que quieren volver.

- ¿Quieres algo? Tu padre salió unos minutos para tomar un cafe. No tardará en llegar.

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