Capítulo 10

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Sigo sentada.

Esperando que pasen los minutos pero cada vez se hace eterno.

Nunca he anhelado algo tanto como esto.

Quiero hablar con él, estar cerca y sentir esa fuerza que irradia. Posee una confianza que ahora mismo me falta.

Se ha cumplido el tiempo por lo que me dirijo a la cabaña. Miro constantemente por encima de mi hombro para asegurarme que nadie me ve o me sigue. Me detengo en la puerta y dudo un segundo en si entrar o no. Ésta se abre rápidamente y una mano sale disparada y me coge del brazo y me lleva al interior.

Me estrello contra un pecho duro y tengo que levantar la cabeza para mirarlo a los ojos.  Me sostengo de sus bíceps y siento el resultado del esfuerzo que está poniendo en el jardín.

- Creí que ya no vendrías - su voz es baja, íntima y el tono grave revuelve mis entrañas. Esa sensación es extraña, parecida a lo que solía sentir por Sasori pero esta es más intensa.

- Lo siento, no sabía si venir - mi voz en contraste suena dubitativa. La fuerza que llevo dentro se está desvaneciendo y temo romperme. Al parecer ve mi fragilidad por lo que me abraza y yo me abandono en sus brazos.

Todos estos días he esperado desesperadamente un consuelo. El que sea. Que venga de él es increíble, casi como un ángel caído y aunque no me salen lágrimas vuelco en él todas mis emociones. Irá, tristeza, miedo, desesperanza...

- Tranquila, no estás sola. Te sacaré pronto de aquí, créeme - sus suaves manos suben y bajan por mi espalda y su consuelo es bien recibido. Me toma del mentón y eleva mi rostro. Nos miramos a los ojos unos segundos y sin pensarlo más me está besando.

A mi cerebro le toma unos segundos en procesar lo que está sucediendo hasta que empiezo a corresponder. Nuestras lenguas se encuentran y recorremos cada centímetro que podemos.

Parece como si ya lo hubiéramos hecho alguna vez. Nos complementamos de una manera que me sorprende. Sus manos bajan a mi cintura y me apega a él por lo que puedo sentir su erección chocando con mi vientre. Nunca creí que pudiera hacer esto, en la práctica él y yo no nos conocemos mucho pero me estoy abandonando de tal forma que las razones del por qué está mal han desaparecido de mi mente.

Sin pensarlo hemos ido avanzando por lo que cuando sentimos una superficie dura, Sasuke me carga y me sienta en lo que parece ser una mesa.

- No sabes lo que he esperado por esto - no sé si creerle. Es guapo, obviamente puede tener a cualquier mujer. ¿Por qué querría involucrase con una casada y con problemas? - ¿Estás bien?

Sin darme cuenta me he quedado quieta. Con una mano acaricia mi mejilla y se asegura de que lo mire a los ojos.

- No creo que esto sea buena idea - le digo y me muerdo el labio. Estoy librando una batalla en mi interior porque lo deseo.

- Puedo detenerme si es lo que quieres pero hace unos minutos tu cuerpo me pedía más - incómoda por la cruda realidad, me suelto de su agarre y pretendo bajarme de la mesa pero no lo permite.

- No soy una niñata Sasuke y esto definitivamente no es un juego.

- ¿Crees que no lo sé? Te lo dije, llevo meses con la investigación. Sé perfectamente en lo que me estoy metiendo pero llámame egoísta o masoquista si quieres pero me gustas. Me gustas mucho y vales la pena el riesgo.

Sus palabras me dejan sin habla. Llevo tanto tiempo sin escuchar unas palabras amables que nadie me puede acusar de ser desconfiada. Hace muchos años elegí confiar en la persona equivocada y ahora lo estoy pagando.

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