Capítulo 11

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Sé con toda seguridad que en el futuro cuando piense en esta situación podré intuir el momento exacto en el que cambió todo.

Lo sentí en el aire o quizás en el fondo de mí ya sabía identificar el peligro. Era como una señal luminosa en medio de la oscuridad.

......

He dormido más horas de las que recuerdo haber dormido nunca. El hecho de que Sasori no estuviera cerca, ayudó con eso. Soñar con unos ojos negros también puede que influyera ¿A quién vamos a engañar? Y es que aún podía sentir sus dedos en mi piel y el cosquilleo del orgasmo no había desaparecido de mi sistema.

Si no estuviera pasando por todo esto, me preocuparía por la intensidad de mis emociones. Me digo nuevamente que es mi corazón que está ansioso por ser querida y que se aferra a cualquier tipo de afecto.

De cualquier forma, el día transcurre con normalidad. Sasuke no está por ningún lado por lo que debe ser su día libre.

Anoche, con dedos temblorosos, empaqué ropa esencial en una pequeña mochila negra junto con algunos objetos personales, la idea es salir sin ser detectada. Al fin y al cabo, las cosas que tengo en esta casa las he obtenido al lado del pelirrojo por lo que no me apetece llevarme nada.

Los nervios me hacen doler el estómago. Mis manos están frías y sudorosas y por más que miro el reloj, las horas no pasan tan de prisa como me gustaría.

Por enésima vez veo el reloj y marca las 15:26. Me pregunto a partir de qué hora considera Sasuke que es por la noche cuando el ruido de la puerta me avisa de un visitante.

Frunzo el ceño ya que los guardias nunca están dentro de casa y Shizune salió a hacer algunas compras. Se me acelera el corazón al pensar que Sasuke pudo burlar la seguridad y decidió venir más temprano.

Mis emociones caen en picado al ver a Sasori apoyado en la puerta de la entrada.

Bloqueando la única salida visible

Sus ojos están furiosos e inyectados en sangre. Nunca lo había visto de esta forma y es aquí cuando mi mente susurra que todo se ha ido a la mierda. Mi instinto de supervivencia se activa y busco una salida posible.

No soy lo suficientemente rápida por lo que él puede leer mis movimientos y sale corriendo para bloquearme la puerta de atrás.

Suelto un sollozo porque sé con seguridad que si pone sus manos en mí, estoy muerta y no es un eufemismo.

- ¿Creías que me podías engañar? - su voz es mortalmente calmada.

El silencio le responde, no puedo confiar en mi boca. La lengua la siento pesada y la saliva espesa, aunque intente formar palabras, el terror me lo impide.

- Te dije que no te olvidaras con quién estabas casada - hizo una pausa mortal. Lo siguiente que dijo casi me hace desmayar - Cometiste un grave error al follarte al policía.

- N-no sé de q-que estás hab-blando - mi voz entrecortada era una muestra que reflejaba el miedo en mi interior.

- ¿Cómo puedes ser tan puta?- sus manos se estrellaron contra el mármol de la encimera. La isla en la cocina era lo único que nos separaba.

Di dos pasos hacia atrás y el dio dos más para rodear la isla. Me detuve y él también, necesitaba tiempo para pensar. Tenía que procesar la información y buscar una salida.

Obligué a trabajar a mis cuerdas vocales, debía entretenerlo con la charla y buscar la forma de llamar a la policía.

- ¿De dónde sacas eso? - logro conectar toda la frase para camuflar el temblor de mi cuerpo.

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