Al salir intenté pedir un taxi, pero no lo logré así que tuve que darle la dirección a Cinco para que nos teletransporte.
Al llegar a nuestro destino Cinco estaba con los ojos cerrados como le había pedido.
-Ya puedes abrirlos! —dije emocionada—
Abrió los ojos lentamente y al mirar donde se encontraban mostró una sonrisa llena de felicidad.
-¿Entramos? —pregunté señalando al parque de diversiones—
-Vamos —dijo aun con una gran sonrisa—
El parque estaba lleno de atracciones, decidimos empezar por una montaña rusa, al subir empecé a arrepentirme, era demasiado alta.
-¿Estás bien? —preguntó al ver mi rostro— si quieres podemos bajar
-No...está bien, será rápido —tenía muchas ganas de bajarme de esto, pero a ver la emoción de Cinco decidí quedarme—
La montaña estaba por empezar así que cerré fuertemente mis ojos, a los segundos sentí como Cinco tomaba mi mano. De pronto, la montaña cayó a toda velocidad, no paraba de gritar iba demasiado rápido. El chico de ojos verdes reía sin parar.
-¡Abre los ojos! —negué rápidamente, pero después de varias insistencias decidí abrirlos—¡Ves, es mejor con los ojos abiertos!
—Volví a gritar cuando dimos una vuelta provocando aún más risas en Cinco las cuales me hicieron reír— ¿Terminó? —pregunté cuando se detuvo—
-Terminó —afirmó aún riendo—
-Deja de reír, iba demasiado rápido! —parecía que era un payaso contando chistes ya que no podía detener su risa—
-Esta bien, está bien —dijo dejando de reír, pero manteniendo la sonrisa— ¿A que juego quieres ir? Es tu turno de elegir
Estuvimos durante horas subiéndonos a diferentes juegos, ya estaba por anochecer así que decidimos subir a un último juego y volver a casa.
-¡Subamos a ese! —señalé a la vuelta al mundo-
Cinco tomó mi mano y nos acercamos a la atracción, hicimos la fila y por fin era nuestro turno de subir.
La rueda giraba lentamente y se detenía durante pequeños ratos para poder observar la vista, al fin habíamos llegado a la cima donde se detuvo.
El sol ya estaba cayendo, ambos mirábamos como poco a poco el cielo se tornaba oscuro.
-Gracias...—pronunció Cinco volteando a verme— gracias por esto, no debías porque hacerlo
-No hay de que...—sonreí viéndolo a los ojos—
Nos quedamos mirándonos a los ojos durante unos minutos.
-Voy a extrañar pasar tiempo contigo —dijo de repente, haciéndome sentir un dolor en el pecho, no esperaba que dijera eso y no quería que dijese eso—
-No digas eso, estarás bien —dije en un susurro doloroso, parecía que él quería decir algo pero no lo hizo—
Tomó mi mano y volvió a poner su mirada sobre el cielo oscuro, la rueda volvió a ponerse en marcha y unos minutos más tarde ya habíamos dado la vuelta completa.
Nos teletransportamos a la academia, justo para la hora de la cena. Al llegar Grace hizo una pregunta que llamó la atención de todos.
-Cinco cariño, no te he visto en toda la mañana, tomaste tus medicamentos?
-Mjh...—asintió rápidamente tomando asiento en la mesa—
—al sentarme, Klaus me miró con curiosidad— ¿Dónde estaban? y...¿a que se refería mamá?
-Solo salimos a pasear...—dije rápidamente tomando un bocado de mi comida—
-¿Y lo que dijo mamá? —susurró impaciente—
-Creo que es mejor que Cinco te lo cuente...—pronuncie mirándolo y el solo asintió levemente—
Realmente creia que lo mejor era que Cinco se lo dijese, sabía que si el no se los había dicho era porque tenía sus razones. Debía respetar su decisión.
La cena terminó y estaba por ir a la habitación de Cinco, pero me detuve cuando vi que Klaus iba a entrar en esta.
Por otro lado, el chico de ojos verdes se encontraba recostado sobre su cama mirando hacia el techo, pero cuando su puerta se abrió de golpe su cuerpo se levantó, sentándose.
Su hermano Klaus cerró la puerta y se paró delante de él. Antes de que Cinco pudiese hablar, Klaus le lanzó una pregunta.
-¿De que hablaba mamá? ¿Por qué deberías de tomar medicamentos? —cuestionó sin quitar su mirada sobre el chico que estaba en la cama-—
-Uhm...—el chicho rascó su nuca y luego de un pequeño silencio comenzó a explicarle todo—
[...]
Klaus aún no había salido de la habitación de Cinco, así que decidí tomar un libro que estaba en mi mesita de luz y me acomodé en mi cama para leer.
El libro era el que había tomado en la biblioteca, el que hablaba sobre la enfermedad de Cinco.
Tenía muchísimas dudas y aunque sabía que probablemente Cinco sabría las respuestas, no quería preguntarle. Así que abrí el libro y comencé a leer.
Se me hacía imposible no derramar lágrimas a medida que leía, saber que todo esto le pasaría a Cinco me generaba un nudo en la garganta. Tiré el libro debajo de mi cama cuando alguien tocó la puerta.
-¡Pase! —dije limpiando rápidamente mis ojos-
—Cinco entró y sin decir nada se recostó a mi lado— Le conté a Klaus...
—Sabía a que se refería— ¿Y como te fue?
-Bueno...al principio no se lo tomó bien ya que se lo oculté, pero luego se le pasó... —elevó su mirada encontrándose con mis ojos— ¿puedo quedarme acá?
-Sabes que si, no tienes que preguntar —sonreí sin despegar mis labios—
No pasó mucho tiempo hasta que Cinco se durmió, yo cerré mis ojos y empecé a pensar en que cosa de la lista haría ahora. Sabía que volar no sería lo siguiente, no tenía idea de cómo haría eso. Después de unos minutos acabé decidiendo que sería lo siguiente que haríamos, pero para hacerlo necesitaría ayuda.
LISTA DE DESEOS
• Ver una estrella fugaz
• Ir a un parque de diversiones
• Ver un amanecer
• Colarse en una fiesta
• Dormir fuera de la academia
• Volar
• EnamorarmeGracias por su apoyo!!! Recuerden dejar su voto! Pronto haré un maratón <33
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Aquí te esperaré
FanfictionEl la tenía a ella y eso era lo único que bastaba, nada es capaz de sepárate cuando amas a alguien, o si? A veces lo único que tu corazón necesita es amor... Esta historia es originalmente mía, no se aceptan copias ni adaptaciones.