𝐂𝐚𝐩 𝟏𝟏

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De repente Cinco quita su mano de mi espalda para colocarla en su pecho

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De repente Cinco quita su mano de mi espalda para colocarla en su pecho.

-¿Estás bien? —pregunté con preocupación—

-Si...solo sentí una presión en el pecho, estoy bien no es nada

No estaba del todo convencida con su respuesta, así que decidí llevarlo a la terraza para que se siente y tome un poco de aire.

Nos sentamos en un sillón de madera, Cinco observaba el cielo mientras que yo no quitaba mi mirada sobre él.

-Podemos volver a casa si quieres...—ofrecí, pero el negó—

-Quiero quedarme un rato más aquí contigo —dijo sonriendo a las estrellas—

—sonreí para mi misma— Cinco ya casi es octubre...

me miró confundido— Faltan 4 meses...

-Lo sé, pero eso significa que falta poco para nuestros cumpleaños—pronuncié con emoción—

-Nunca festejamos nuestros cumpleaños...—comentó moviendo la cabeza de lado—

-Podríamos festejarlo... —sonreí—

-Podríamos —junto sus labios formando una pequeña sonrisa—

Al fin los encuentro! —dijo Klaus entrado de repente a la terraza— ¿Qué hacen acá?

-Solo estábamos tomando un poco de aire —dije mirándolo—

-Ya veo... creo que deberíamos volver a casa —dijo un tanto nervioso—

-¿Por que lo dices? —cuestionó Cinco levantando una ceja—

-Uhm —puso su mirada en sus manos— puede que haya roto algo de mucho valor... y puede que un hombre gigantesco me esté buscando ahora mismo...

-Eres un idiota...—susurró Cinco mientras se ponía de pie—

Me levanté y Cinco nos ofreció sus manos, las cuales tomamos y en un segundo ya estábamos de nuevo en mi habitación.

-Agh creo que voy a vomitar —dijo Klaus tapando su boca—

-Acá no por favor —dije rápidamente—

-Creo iré a mi habitación, fue muy divertido hay que repetirlo hermanitos —dijo saliendo de mi cuarto con una gran sonrisa—

—Cinco y yo nos quedamos viéndonos— ¿Quieres quedarte? —pregunté con una sonrisa—

-Sabes que si —sonrió — ire a a cambiarme, ya vuelvo

Unos minutos después ya estábamos acostados, Cinco parecía dormido, estaba apunto de hacer lo mismo cuando siente que su respiración empieza a ser más rápida. Me levantó un poco preocupada, pero luego de un tiempo vuelve a la normalidad. Había leído de este síntoma en el libro, pero no sabía que llegaría tan pronto.

[...]

Estuve planeando que iba a ser lo siguiente de la lista que íbamos a hacer, pero Cinco no estuvo sintiéndose muy bien, lo cual hizo que ponga la lista en una pausa. Pasaron tres meses desde la fiesta, Cinco se encontraba bien, o eso era lo que él decía.

Cinco estaba un poco más delgado, su comida es un tanto estricta. La mayoría de las cosas que comemos no puede ingerirlas. No puede comer ni grasas, ni lácteos, ni embutidos, ni alimentos procesados entre otras cosas.

Estuvo tomando los medicamentos que Grace le dio, pero estos no podían evitar que los síntomas se presenten, como la agitación a acostarse o hacer ejercicio.

Me estaba empezando a preocupar cada vez más por él, no solo por su enfermedad sino por la manera en la que se lo tomaba. No demostraba tristeza alguna desde el día que me contó sobre lo que tenía. Siempre que podia mostraba una pequeña sonrisa.

Desde hace una semana Cinco no presenta ningún tipo de molestia, así que decidí que era la hora de cumplir lo siguiente en la lista.

Iba a cumplir el deseo de volar, lo cual era muy difícil ya que no sabía cómo hacerlo. No tenía el dinero suficiente como para comprar un pasaje de avión.

Luego de mucho tiempo pensando como lo haría, una idea atravesó mi mente. Creí que esto sería lo más cercano a volar y que no implique ningún tipo de esfuerzo.

No sabía cual era el precio de esto, realmente no tenía tanto dinero, pero estaba segura que era lo suficiente para poder pagarlo. Debía decirle a Cinco que se prepare para mañana.

Fui a su habitación y estaba sentado en su cama, me recosté a su lado mirando al techo.

-Adivina que —giró su cabeza mirándome—

-¿Qué? —preguntó con su típica sonrisa—

-Mañana saldremos —estaba por decir algo pero lo interrumpí— no te dire a donde, será una sorpresa

-Oh vamos, dame una pista —insistió—

-Mhm solo dire que volaremos —sonreí y antes de que siga sacándome información, me levanté y me acerqué a la puerta— saldremos luego del almuerzo —salí de la habitación—

Al volver a mi habitación tomé la hoja doblada y subrayé lo siguiente que haríamos.

LISTA DE DESEOS
• Ver una estrella fugaz
Ir a un parque de diversiones
• Ver un amanecer
Colarse en una fiesta
• Dormir fuera de la academia
Volar
• Enamorarme

En la mañana siguiente tomé el dinero y lo guardé en mi bolsillo, desayunamos y almorzamos. Ya era hora de irnos. Cuando creí papá fue a su oficina salimos de la academia.

Tomamos un taxi aunque Cinco insistió en llevarnos, ya que era más rápido y no había que pagar, pero termine ganando y ahora estábamos de camino a cumplir un deseo más.

El chico de ojos verdes no paraba de insistir en que le de pistas, continuó preguntando cosas hasta que al ver por la ventanilla su boca inmediatamente se cerró.

Me miró sorprendido, el taxi frenó y le pagué. Al bajar Cinco aún no había dicho absolutamente nada. Al llegar a un puesto compré los boletos para el viaje que fueron más caros de lo que pensaba.

-Es demasiado caro, no debiste pagarlo —dijo mirándome—

-Valdrá la pena —sonreí—

-Gracias —me miró a los ojos sonriendo suavemente— no tienes porque hacer todo esto

Sonreí y antes de que pueda contestarle nos llamaron para subirnos.

El globo aerostático era gigantesco y muy colorido, subimos y luego de un tiempo el globo comenzó a elevarse.








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