—Grace hizo una leve sonrisa—Ella está bien
Tres palabras, solo tres palabras hicieron que Cinco esboce una sonrisa de alivio.
-¿Podemos pasar a verla? —preguntó—
-Si, pero pasen de a uno —miró a Cinco y a Klaus—
-Puedes ir primero —dijo Klaus mirando a Cinco ansioso por ver a la chica—
-Gracias —él ya estaba apunto de entrar—
Al entrar se encontró con la imagen de ___ recostada en una camilla. Su pelo cubría su rostro así que lo hizo a un lado delicadamente. Al bajar su mirada observó un poco de venda que se asomaba en la parte del abdomen.
Cinco tomó una silla y la puso al lado de la cama. Apoyó con suavidad su mano por encima de la de ___.
Inevitablemente luego de unas horas los ojos del chico se fueron cerrando.
[...]
Su cabeza estaba recostada sobre su hombro, y su pelo estaba desordenado. Su mano estaba encima de la mía. Lentamente sus ojos se abrieron, al hacerlo me miró.
-Al fin despiertas —dije sonriente—
-¿Estás bien? —fue lo primero que dijo, inspeccionándome—
-Descuida, estoy bien solo un poco adolorada, pronto se me pasará...espera! —dije rápidamente— ¿no te moviste nunca de acá?
—Cinco negó con la cabeza—
-Lo siento... —dije llevando mis manos a mi rostro—
-¿Por qué? ¿De que hablas? —preguntó sin entender lo que pasaba—
-Arruiné nuestro cumpleaños, lo siento mucho
-Es solo un cumpleaños, no tienes porque sentirte mal, papá nunca nos dejó festejarlo —esbozó una pequeña sonrisa—espérame ya vengo
De repente Cinco ya no estaba en la enfermería, pero un segundo después apareció nuevamente pero con algo en sus manos.
Se sentó en la silla y me ofreció una pequeña cajita.
-¿Es para mi? —lo miré y asintió—
Tomé la cajita y lentamente la abrí, Cinco me miraba. Al abrirla me encontré con una cadenita que tenía un pequeña estrella colgando de ella.
Era hermosa, la tomé delicadamente y miré a Cinco sonriendo. Me acerqué lo más que pude a él y lo abracé.
-Gracias, me encantó, no tenías porque hacerlo —sonreí en su hombro—
Al separarnos solo nos mirábamos sonriendo. Me moví un poco con cuidado, moviendo mi pelo a un lado para que Cinco coloque el collar.
-Listo —dijo luego de colocarlo—
-En serio muchas gracias Cinco —dije tocando la estrella del collar— yo no tengo nada para ti...
—tomó mi mano— No tienes que darme nada, tu presencia es más que suficiente
Nos quedamos en silencio sonriendo, Cinco comenzó a trazar círculos en mi mano, pronto se me ocurrió una idea.
-Sabes...—dije llamando su atención— hace mucho no salimos, ya se que es lo siguiente que podemos hacer
-Tendremos que esperar un poco para eso, estás lastimada —dijo se la mando mi venda—
-¿Un poco cuánto? —pregunté elevando mi ceja—
-Mamá dijo que mínimo tendrías que esperar tres semanas... —dijo bajando el tono de voz—
-¡¿tres semanas?! Es demasiado
-___, literalmente una bala entró en tu abdomen, necesitas recuperarte —volvió a mirarme—
-Agh —me quejé reposando mi cabeza en la camilla—
-Te aseguro que el tiempo pasará rápido —dijo intentando levantarme el animo—
Antes que dijese algo la puerta se abrió dejando ver a todos mis hermanos, Klaus entró primero con un cupcake en sus manos.
Se pusieron todos alrededor de la camilla. Miré a Cinco y él me miró sin entender nada.
-Aún no terminó nuestro cumpleaños, todavía hay tiempo para comer pastel —dijo Klaus—
Pronto todos comenzaron a cantar el feliz cumpleaños, les seguí la corriente riendo. Al terminar la canción me acercaron el cupcake.
-Ahora debemos soplar las velas —dijo Klaus mirándonos a todos—
-No hay velas —dijo Luther apuntando al Cupcake—
-Imagina que las hay
Nos acercamos al cupcake y soplamos como si hubiese una vela. Luego de eso Klaus se lo comió.
Si bien terminé teniendo una operación, puedo asegurar que este cumpleaños fue uno de los mejores que he tenido.
Nos quedamos hablando un rato, hasta que Grace vino a echar a todos, ya era hora de dormir. Cinco insistió en quedarse.
-Ven —le di una palmada a la camilla— esa silla es muy incómoda no dejare que duermas ahí
-Estas lastimada —dijo negando con su cabeza-
-Tranquilo estaré bien, la camilla es lo suficientemente grande para los dos—dudó un poco pero luego acabó recostándose con delicadeza a mi lado—
-¿Segura que estás bien? —preguntó mirándome—
-Segura —cerré levemente mis ojos— Descansa Cinco...
-Tu igual ___
Aún con los ojos cerrados sentía lo cerca que estábamos el uno al otro. Estaba empezando a sentir cosas cada vez más fuertes por Cinco y no tengo idea alguna de que se supone que haga.
Abrí mis ojos, el parecía estar dormido, su respiración era más agitada que la mía, su pecho subía y bajaba.
Mama me había contado en los días que estuve en el sótano, que era normal que se sienta con falta de aire, y que podía empezar a tener dolor en el pecho, espalda o en el cuello.
A veces me preguntaba por qué las personas con el mejor corazón, tienen que ser las que más tengan que sufrir.
Apoyé suavemente mi cabeza sobre su hombro, cerrando fuertemente mis ojos, a los cuales les caían lágrimas. Sentí su mano acariciar de forma lenta mi cabello. Sentí como poco a poco caía dormida.
Al día siguiente desperté sola en la habitación. Luego de unos minutos de abrió la puerta dejando ver a Cinco con una bandeja, en la cual traía el desayuno. No solo el mío, el suyo también.
-Buenos días —dijo mirándome con una pequeña sonrisa—
-Buen día —me estire un poco—
-¿Tienes hambre? —preguntó apoyando la bandeja en mi camilla—
ESTÁS LEYENDO
Aquí te esperaré
FanfictionEl la tenía a ella y eso era lo único que bastaba, nada es capaz de sepárate cuando amas a alguien, o si? A veces lo único que tu corazón necesita es amor... Esta historia es originalmente mía, no se aceptan copias ni adaptaciones.