𝐂𝐚𝐩 𝟏

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El cielo se tornaba cada vez más oscuro y el frió se empezaba a sentir, debía apresurarme

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El cielo se tornaba cada vez más oscuro y el frió se empezaba a sentir, debía apresurarme. Me puse mi abrigo y tome la pequeña maleta que había guardado debajo de mi cama la noche anterior. Con mucho cuidado salí de mi habitación haciendo el mayor esfuerzo por no despertar a nadie. Una vez fuera me apresuré por llegar a la puerta principal, al llegar a esta la abrí con mucho cuidado y salí lo más rápido posible.

El viento golpeó mi piel haciendo que se erizara, saqué de mi bolsillo un póster el cual tenía un titulo en grande que decía "THE UMBRELLA ACADEMY", aquel era el lugar a donde debía ir.

Una hora más tarde, ya había llegado, estaba justo delante de la puerta, levante mi puño y golpee suavemente tres veces. Al poco rato una mujer abrió.

- Buenas noches, necesitas algo? —dijo dirigiendo su mirada hacia mi—

- Uhm vengo a buscar al señor Reginald Hargreeves —mi voz salió algo temblorosa, me estaba comenzando a arrepentirse haber venido, tal vez no era buena idea—

-De acuerdo, espera aquí le diré que quiere verlo — dicho eso cerró la puerta suavemente-

Pasaron unos minutos y empezaba a creer que la mujer no volvería, levante mi maleta del suelo pues suponía que lo mejor era irme de aquí. Cuando está apunto de darme la vuelta la puerta volvió a abrirse, pero esta vez Reginald era el que la había abierto.

- Buenas noches —dije rápidamente—

- Qué es lo que necesitas hablar? —dijo seco, mirándome directo a los ojos—

-Yo...vine porque escuché que aquí habían niños como yo el hombre me miró con el seño fruncido como si estuviera diciendo cosas incoherentes—

-Los niños de esta academia son especiales, no son como tu, ahora le pido que se retireReginald abrió la puerta y antes de que esté entre se cerró de un golpe-

Reginald volvió a abrir la puerta y la volví a cerrar, se dio vuelta al darse cuenta que lo que había cerrado la puerta no era el viento. Cuando sus ojos estaban puestos en mi, con un movimiento ligero de manos puse a mi maleta a flotar, dicha acción provocó que abra la puerta otra vez, pero ahora me invitaba a pasar.

El asombro no tardó en llegar al entrar, el lugar era enorme, no se veía a nadie, ningún niño. Aún no estaba segura si estar aquí era una buena idea, pensamientos empezaron a invadir mi mente hasta que una voz los detuvo.

-¿Cómo te llamas? Y ¿de donde vienes?

- Soy ___, vengo del orfanato que se encuentra a unas cuadras de acá.

-¿escapaste? su mirada me incomodaba, no estaba segura si debería decirle la verdad—

-Escapé, pero realmente nadie lo notará hay muchos niños ahí, solo soy una del montón

-Puedes quedarte aquí, mañana hablaré con el orfanato —dicho eso, pronunció el nombre de una mujer y  se alejó—

La mujer se acercó a mi y se presentó como Grace, me explicó que la habitación en la que me quedaría estaba arriba, así que ahora nos encontrábamos subiendo las escaleras. Mis ojos estaban en todos lados, habían muchas puertas las cuales supuse que serían de otros niños.
-Aquí hay niños como yo verdad? --le pregunté —

-Así es cariño, de seguro mañana los conocerás, aquí esdijo al llegar a una puerta

Entramos y coloque mi maleta encima de una cama pequeña, Grace se despidió y me aviso que cualquier cosa podía llamarla.
Me recosté sobre la cama y me tapé con la cobija, ya era tarde y estaba demasiado cansada, pero sin embargo se me hacía difícil conciliar el sueño, cerré mis ojos y comencé a pensar si debería marcharme de acá, hasta que el sueño se apoderó de mi.

Un rayo de luz salía de la ventana, pero eso no fue lo que me despertó, sino el sonido repetitivo de una campana. Me levante rápidamente acomode un tanto mi cabello y salí de mi cuarto, al llegar abajo una fila de niños me miraba. No sabía a donde ir pero para mi suerte Reginald apareció.

-Niños ella será su nueva hermana a partir del día de hoy, preséntense y alguien explíquele las reglas, debo irme tengo asientos importantes por resolver.

Reginald se fue, y un silencio un tanto incómodo se creó entre nosotros, hasta que uno de ellos decidió romperlo.

-Soy Número uno, Luther dijo un chico alto de cabello rubio, seguido de el habló uno un poco más bajo — Número dos, Diego

-Número tres, Allison —dijo dejando un suspiro—

-Número cuatro, Klaus

-Soy cinco

-Número siete —esté fue el último nombre, me extraño un poco que del cinco haya saltado al siete, pero sin embargo no dije nada—

-Soy ___ —luego de decir mi nombre cada uno se fue por su camino—

No sabía que hacer ni a donde tenía que ir o cuales eran las reglas de las que había hablado Reginald. Tomé aire y decidí preguntarle a uno de ellos que todavía no se había ido.

-Cinco... al pronunciar el nombre, este se dio vuelta mirando hacia mi—






Espero que les haya gustado este primer capítulo, les prometo que los siguientes les encantarán. Trataré de publicar uno todos los días. Me ayudarían mucho si dejan su voto. Los quiero. Adiós 🫶

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