Cantan las ondinas hoy, tristes sonetos de amor,
gimen en amargos gritos de pura desolación,
silentes testigos, han sido de mi dolor,
más hoy, sus voces claman, exigiendo retribución.Canta una sirena, tristes sonetos de amor, gimiendo en amargos gritos, de pura desolación, vacío en su dulce llanto, amante de su prisión. Canta al saber perdido, caminando junto a otra en la tierra, el querer, las futuras alegrías, del único hombre al que una vez amó. Canta súplicas a su cárcel, hechura de las aguas del mar, y ante sus compañeros, de mil colores una vez, hoy grises y entristecidos peces, clama por su Libertad.
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Las llamadas Ondinas, son espíritus elementales que habitan en el agua, es posible que la cultura popular las haya convertido en el mito de las sirenas, tal y cómo las concebimos en éste siglo.En negrita y cursiva, está el poema original, escrito el día en que dí todo por perdido con él...
Bajo el original, una modificación, escrito para un concurso de redacción... Ligeramente más oscuro, y algo más profundo. A cuántos me han preguntado, les digo que se trata de Ariel, la sirenita, en una versión alterna de su historia en que, nunca pudo salir del mar para construir una vida con su amado; en lenguaje metafórico, describo la inconformidad del ser humano con su propia realidad y naturaleza, sobre todo cuándo ésta frustra un amor.
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Delirios de un Difunto Corazón
Poesía¿Y qué queda para nosotros, tristes héroes sin epopeya, que aún en éste siglo maldito, tenemos la osadía, de elegir amar sin medida? Corazones rotos, lágrimas muertas, vacío, soledad... ¿pero, no es de difuntos corazones que manan las más hermosas l...