Beethoven (au // h.s)

No. 7

"Solo se vive una vez. En realidad, es tu deber que sea una vida plena" -Jojo Moyes. Me Before You

"Quién no espera lo inesperado no lo descubrirá" Una de las tantas citas de Federico Moccia, que he anotado en mi cuaderno que tengo con citas de libros. Lo que hago en mis tiempos libres: bailar, cantar -aunque lo haga mal-, leer libros y tal vez mi nuevo pasatiempo favorito -desde que conocí a Harry- escuchar sonatas y tomar té con sabor a almendra. Aunque estas últimas semana no lo he hecho porque el té de almendra se me ha acabado. Si fuera otra, tal vez mi Grace anterior, de mi pasado, sacaría personalidad y atrevimiento para pedirle a ese chico de ojos verdosos, un puñado más de té. Pero mi yo actual, es orgullosa y no iría a su departamento a pedirle té de almendra, no solo porque me vería ridícula sino también porque Harry me ha estado evitando e ignorando por los pasillos de Juilliard. Para mi mala suerte, no sé donde conseguirlo, tampoco sé donde lo compra pero hoy estoy muy perezosa como para ir a pasearme al supermercado con un canasto en mi antebrazo solo para comprar nutella y té de almendra. Por más que el té de almendra me relajase y se convirtiera en mi rutina favorita, podía esperar.

—¿Qué estás leyendo?

Cuando levanto la vista una sonrisa se extiende en mi rostro. La voz de Louis que derrocha felicidad y alegría, me hace mejor los días. Desde que fuimos a comer al resto-bar donde estaba 'su amiga' Gabbi nos hemos estado escribiendo mensajes y llamando por teléfono, quedando en diferentes sitios para conversar y pasar el rato juntos. Como dije, la primera salida que tuvimos no había sido nada más que el principio de una buena amistad pero aún no tenía los cojones para decirle sobre mi relación pasada con Carter. Él podía contarme sus cosas, como que tenía veinticinco años y aún no encontraba trabajo —asegurándome que no se iría a Inglaterra solo porque no ha conseguido— o su 'relación' que tuvo con Gabbi, aunque no alcanzaron a ser novios por motivos que no me quiso contar.

—¿Federico Moccia? —asiento—No entiendo que tienen ustedes las mujeres con esos libros que pintan perfectos a los hombres. ¿Sabes que la vida real no es un cuento de hadas?

—Lo sé, perfectamente. —no me resisto y entorno los ojos. Cada vez que me ve leyendo un libro, ya sea Orgullo y Prejuicio, Perdona si te llamo amor, Anna y el beso francés; Louis se encargaba de aterrizarme. Pero no hace falta porque el recuerdo de Carter y Virginia teniendo un affaire es suficiente

Louis se recuesta a mi lado y mira lo que estoy leyendo. Comienza a jugar con mi celular, escuchando música. Frunce el ceño cuando escucha una sonata de Beethoven. Me pongo en alerta, mis músculos tensándose a la defensiva y le quito de inmediato el celular.

—Deja ya de jurar con ese aparato. Me desconcentras.

—¿Por qué tienes esa música?

—Porque me gusta.

—No pensé que te gustaba.

—No solía escucharla pero mi padre me la ha pasado —no sé porque tengo el descaro de mentirle tal vez porque Louis conoce a Harry y si se lo menciono me llenaría de preguntas sobre cómo lo conozco; y lo poco que conozco a Harry dudo que su entorno sepa que está en Juilliard, y yo no seré quien se lo diga a la demás personas menos a Louis que es el enemigo de Harry. Hace unos días atrás después de la carrera -donde Louis recibió una golpiza por parte de Harry-; me pregunté si es que acaso había una chica entremedio de ellos dos. No se lo he podido preguntar a Louis porque ninguno ha sacado el tema de la carrera y con lo inteligente y suspicaz que es Louis, me preguntaría por qué pregunto por Harry. Pero me atrevería a decir que no hay una chica, entremedio y dudo que Gabbi sea la culpable de su rivalidad.