No. 18

4.3K 269 56
                                    

"Tengo la teoría de que cuando uno llora, nunca llora por lo que llora, si no por todas las cosas por las que no lloró en su debido momento" —Mario Benedetti

Han pasado cuatro días desde que vi a Carter y a Virginia. Virginia se veía feliz como si estuviese viviendo el sueño de su vida y ahora mientras estoy tomando una ducha me doy cuenta que siempre le gustó Carter... Siempre me preguntaba por él y siempre se reía de sus chistes los cuales yo encontraba aburridos y sin sentido. Son estos hechos que me hacen preguntarme si acaso yo tuve la culpa de todo... Siempre me he preguntado si yo fui la culpable de que me dejara por mi mejor amiga. Yo aún recuerdo que jamás sospeché salvo aquel día en que le mandé un mensaje a Virginia preguntándole si nos podíamos juntar. Como mi amiga no estaba disponible llamé a Carter, quien dijo que estaba ocupado y que iba a casa de uno de nuestros amigos en común que teníamos. Como no le creí fui a su casa y me encontré con la escenita que cada vez que me acuerdo trae angustia a mi alma.

Harry me ha estado mandando mensajes estos días. No es que anduviese evitándolo en el conservatorio estos días, es solo que no coincidimos y cada vez que recibo un mensaje de él estoy muy ocupada o se me olvida contestarle. Luego de haberme marchado de su departamento, sentí que había cometido un error. Le estaba dando la espalda al único chico que se preocupaba por mí y que ha estado para mí todo este tiempo.

Cuando salgo de la ducha tomo el celular y veo que tengo un mensaje de un número desconocido.

«Hola, quería saber cómo estabas :) »

«Quién habla? Lo siento creo que tienes el número equivocado.»

Dejo el celular en la cama al ver que no recibo mensaje de respuesta. Que raro, pienso. Luego me dirijo hacia mi cómoda para elegir mi ropa para esta noche. En una hora ya estoy vestida, peinada y maquillada esperando en el primer piso a Nancy y Phillipe

Cuando escucho el timbre les grito a mis padres que yo abriré. Me congelo en el lugar que estoy al ver a Harry con ojos rojos, una botella de vodka en su mano derecha y una sonrisa lobuna en el rostro. De inmediato sé que está borracho. Lo arrastro hacia la escalera antes de que mis padres vean que he dejado pasar a un hombre borracho a casa.

Le arrebato la botella de su mano y gracias al cielo que no rechista. Es un borracho tranquilo y eso facilita la situación tensa que estamos pasando.

—Que linda te ves. —su voz grave resuena en las paredes de mi pieza y lo siento en el borde de mi cama.

Me sonríe y el corazón se me hincha al ver aquella sonrisa tan bonita.

—Quédate aquí Harry... Iré a hacerte café.

—¿Qué?

Me arrodillo frente a él y le tomo el mentón con mis dedos. Me mira la boca mientras hablo.

—Que iré a hacerte café.

—No me gusta el café. —frunce el ceño.

—Eso es mentira. Amas el café.

—Pues he decidido que no me gusta el café.

Doy una carcajada y enseguida me incorporo para ir al piso de abajo.

—¿Te puedo acompañar?

Harry es como un grano en el culo en este preciso momento.

—No. Debes quedarte aquí.

Escucha en silencio y luego asiente.

Cuando estoy segura que no saldrá de la pieza para seguirme, bajo los escalones dos en dos hasta llegar al primer piso. Mi madre está en la sala de estar y mi padre se está preparando una taza de té. Hago una pequeña nota mental para comprar té de almendra.

Beethoven (au // h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora