No. 32

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"Él, con su romanticismo, seguía alimentando mi fantasía y cada nueva pieza de la historia iba construyendo nuestro castillo, pero en el aire".

Hay momentos en los que uno quiere estar sola y no hacer 'nada'.  Y a nada me refiero a mirar el techo de tu habitación, tomar tu té favorito con sabor a mazapán o almendra y escuchar tu canción o album favorito, en este caso escuchar tu CD favorito que te regaló tu ex novio. Solo quieres estar en paz con tu yo interior, quieres sentir por fin algo de serenidad, sentir como el mundo avanza sin que tú lo puedas apreciar. Pero no puedes hacer 'nada' porque algo siempre te lo impide.

Era noche buena y no podía hacer ninguna de esas cosas. Estaba ayudando a mamá en la cocina. La cena era a las nueve y no llevábamos ni la mitad de la comida lista. Al pavo aún le quedaba dos horas más en el horno y tenía que comprar las papas duquesas. Marie y Aaron traerían el postre, los amigos de papá traerían el pan de pascua y galletas de navidad.

Lo único que ya había dejado listo, eran los regalos debajo del árbol. Tenía el regalo de papá que era el álbum nuevo que había sacado el pianista Dirk Maassen, el libro de cocina de mamá, un juego de loza para Marie y Aaron; y aunque no estuviera Harry aquí una copia de un CD con las canciones que me recordaban a nosotros. Lo había hecho antes de nuestra pelea, antes de que comenzara todo el caos.

—Hija, ve a abrir la puerta y ve a comprar las papas duquesas. —reviso el pavo una vez más y luego me quito el delantal. No había escuchado el timbre por lo ocupada que me encontraba.

—Papas duquesas, helado, pimienta y ¿qué más? —le pregunto dejando el delantal sobre el mesón.

—Vino.

—Vale. Y vino.

Tomo mi abrigo negro, las llaves de la camioneta de papá y mi bolso con el dinero. Cuando abro la puerta me encuentro con un hombre canoso y alto. Lo reconozco de inmediato. Lo vi cuando fuimos Harry y yo a la fiesta de su padre. Es Richard Styles, su mujer y su hijo.

—Hemos llegado temprano —dice la mujer— Lo sé. Lo siento.

—M-Mamá está en la cocina. —tartamudeo por los puros nervios— Papá los está esperando en el salón. La cena aún no está lista pero los canapés están servidos.

Siento la mirada fija de Harry sobre mí, mientras mis ojos viajan entre el Richard y la mujer pelirroja.

Me aparto con torpeza de la puerta y dejo pasar a los invitados. Richard y la mujer pelirroja parecen ajenos a lo que pasa entre Harry y yo. Se van sin esperar a su hijo.

—I-Iré a comprar —le informo— ¿Vienes?

Niega con la cabeza y se aleja de la entrada.

Aliviada, boto el aire que contenía y me voy a la cochera. Enciendo la camioneta y pongo en marcha el motor. En un par de minutos estoy en el supermercado y hago las compras y cojo todo lo que mamá me pidió incluida la  botella de vino y de chámpan.

Recibo un mensaje de Marie y lo respondo antes de llegar a la caja.

«Qué hace Harry aquí?»

«Los amigos de papá al parecer eran Richard Styles y su mujer»

«Quieres que mienta por ti? Puedo decir que te sientes enferma y que por eso no podrás cenar»

Yo me río y le respondo que no hace falta.

Cuando vuelvo cuelgo mi abrigo en la habitación de entrada, voy a dejar las compras en la cocina, y luego me dirijo hacia mi habitación para colocar mi vestido negro. Dejo mi cabello como me lo ha dejado la estilista y aplico más lápiz labial antes de bajar.

Beethoven (au // h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora