No. 6

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"El amor es invisible y entra y sale por donde quiere sin que nadie le pida cuenta de sus hechos" Miguel de Cervantes.


Abro los ojos de manera mecánica al escuchar la voz enronquecida por lo bajito de su voz. Evidentemente asustada de que Harry, el chico de ojos verdes, me haya encontrado desprevenida y sin previo aviso. Al levantar la vista me encuentro con el rostro de Harry a solos unos centímetros del mío. Su mano derecha está apoyada en la pared junto a mi cabeza. Puedo sentir el perfume que desprende su cuerpo. Miro su boca la cual mastica un chicle. Me imagino que es de ahí de donde viene ese olor a menta. Y por alguna extraña razón no aparto mi mirada de sus labios color fresa, que se mueven de forma hipnotizante para mis ojos. No me había dado cuenta hasta ese instante de los rosados y carnosos que son sus labios. Aparto de inmediato aquel pensamiento de mi cabeza.

—¿Grace? —aparto a regañadientes mi mirada de su boca y lo miro a los ojos— ¿Me estabas evitando?

Me río un poco nerviosa y lo empujo por el pecho. Camino hacia los baños de mujeres unos centímetros más adelante que él.

—¿De verdad crees que todo el mundo gira a tu alrededor? —vuelvo la cabeza para mirarle. Mastica el chicle con una sonrisa en sus labios, se le forma un hoyuelo en su mejilla izquierda. Es una sonrisa de suficiencia. Le encanta este juego.

—Pues te he hecho lo mismo hace unas horas atrás. Es obvio que me estás pagando de la misma forma.

—No soy tan infantil. —me defiendo haciendo un mohín con los labios.

—¿Entonces? ¿Por qué cuando me has visto te has ido por otro pasillo?

"¿Me estaba siguiendo?" Trato de apartar aquel pensamiento que puede ilusionarme.

—Estaba hablando con alguien. —me defiendo rápidamente, olvidando las ideas que surgen de pronto en mi mente.

Muerdo mi labio, recordando que en menos de una hora Louis me iría a pasar a buscar a mi casa.

 —¿Si? ¿Con quién?

—Con Louis.

Me detengo y lo enfrento. Tengo que estirar mi cuello y levantar el rostro para mirarle bien. Su rostro se ha puesto serio y de pronto está tenso.

—¿Louis Tomlinson? ¿Con ese marica?

—No es marica.

Bufa y pasa su mano izquierda por su cabello. Mastica el chicle de forma seria y parece irritado. ¿Por qué le molesta tanto que salga con él?

—¿Estás celoso? —no sé por qué aquella pregunta sale de mis labios, y ya es bastante tarde para arrepentirme de haberla hecha. Obviamente no está celoso.

El chico frente a mí se ríe, se le forman hoyuelos cuando lo hace y se vería agradable ante mis ojos si no fuera porque es una sonrisa sarcástica y no una sonrisa por diversión o entretención.

—Ya quisieras, Grace. ¿No te han contado, que Louis y yo somos enemigos? ¿No has visto lo que sucedió en la carrera?

Pongo los ojos en blanco.

—¿Y es mi problema?

—Oh sí que es tu problema, preciosa. ¿Quieres ser mi amiga o mi enemiga?

Me largo a reír. Estruendosamente, como si fuese el chiste más gracioso del mundo. No puedo creer que me esté proponiendo esto. ¿Cree que haré una elección entre él y Louis? Harry me irritaba y agobiaba a la misma vez. Era de esperarse que me dijera eso, es más, ya lo tenía previsto en mi cabeza que algún día me amenazaría. Nadie es bueno en este mundo, como lo he pensado ayer, incluso su increíble preocupación que sintió de pronto hacia mí el día de ayer solo había sido una pequeña faceta de Harry.  Harry era todo menos empático y eso me lo había demostrado... ahora mismo.

Beethoven (au // h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora