CAPÍTULO 15. Memorias de un Triste Pasado

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Región de Gusu. Receso de las Nubes.

"Eres mi Alma Gemela"

Esas palabras le dejaron sin aliento y Lan Zhan besándolo nuevamente no le ayudó tampoco, por lo que terminó separándose más pronto de lo que hubiera deseado al sentir la necesidad de aire.

Se quedó ahí con los ojos cerrados porque no se atrevía a mirarlo a los ojos, su cara estaba ardiendo por lo que seguramente estaba tan rojo como una manzana. Las manos del menor de los Jade le tomaron por la cintura y lo acercó a su cuerpo para fundirse en un abrazo.

La calidez y el sutil aroma a sándalo le hicieron suspirar, su corazón lentamente volvió a un ritmo normal. El silencio reinó en la habitación, solamente cortado por el cantar de algunos pájaros a través de la ventana abierta.

Lan Zhan: Wei Ying - El susurro tan cerca de su oído le provocó un leve escalofrío, pero se quedó callado - ¿No vas a decir nada?

No pudo evitarlo y se rió, siempre había sido un parlanchín y la mayoría del tiempo lo mandaban a callar. Que Lan Zhan le animara a hablar era gracioso porque por lo que había visto de él era muy callado.

Lan Zhan: ¿Dije algo gracioso?

Se alejó del abrazo y al mirarlo tenía una expresión que jamás pensó en ver en el menor de los Jade, tenía la cabeza algo ladeada y un gesto de confusión tan lindo que le hizo sonreír como pensó que nunca volvería a hacerlo.

Levantó su mano y con un suave movimiento perfiló con la punta de sus dedos una de las cejas de Lan Zhan. No había ningún motivo para hacerlo aparte del simple hecho de desearlo, como si necesitara el contacto físico con él de forma constante.

Lan Zhan cerró los ojos por unos momentos, dejándose hacer como si entendiera que eso era lo que necesitaba en ese momento. Sus ojos se nublaron y apartando la mano se secó el par de lágrimas que se asomaron, se negaba a seguir llorando, ya había sido suficiente.

Una vez calmadas esas ganas de llorar tomó de la mano a Lan Zhan y buscó sentarse en la cama. Había estado mucho tiempo de pie y no estaba seguro si era por el cúmulo de emociones o porque su cuerpo no había recuperado del todo la energía, pero podía sentir su cuerpo pesado y cansado.

Ya cómodamente sentado en la cama pudo continuar la conversación con su Jade, riendo internamente al darse cuenta que ya lo llamaba como suyo. Su mente seguía confusa por todas las cosas que estaban sucediendo en tan poco tiempo, pero su corazón parecía estar muy seguro de lo que quería.

Siempre había seguido más a su sexto sentido que a su cabeza, muchas cosas podían alterar tu mente pero pocas pueden alterar tu corazón. Y dejarse llevar por una corazonada parecía ser lo más sabio, a pesar de haber sido traicionado por alguien a quien amaba como un hermano quería seguir confiando en su instinto.

Lan Zhan: Wei Ying... te vez cansado... duerme un poco... podemos hablar más tarde.

Intentó ponerse de pie pero le sujetó del brazo con ambas manos para evitar que se fuera, no quería dormir y no estaba tan cansado.

Wei Ying: No te vayas... solo - Se aclaró la garganta, la sentía algo seca - Lo siento... estaba perdido en mis pensamientos.

Lan Zhan: Hn - Asintió y sin decir nada más esperó a que continuara.

Wei Ying: Se supone que tú eres el callado y yo el que habla hasta por los codos - Apoya las manos en la cama y se queda mirando hacia la ventana - Las cosas sí que han cambiado.

No agregó más porque su garganta se cerró, no era bueno para estar callado y pensativo, su mente inevitablemente viajaba hacia donde no debía. Como ahora, recordando todo lo sucedido y preguntándose inevitablemente si algo de lo sucedido había sido de alguna manera su culpa.

LA JOYA DEL JADEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora