CAPÍTULO 23. Fría Luz de Luna (Parte I)

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Región de Qishan. Ciudad sin Noche.

La puerta se abrió sin previo aviso, Wen Chao entró junto con el demonio Xue Yang el cual traía una sonrisa que no anunciaba nada bueno. La expresión de Wen Chao también era espeluznante, su mirada y sonrisa dejaban claras sus intenciones.

Wen Qing se cruzó de brazos y lo miró seria, tratando de aparentar una tranquilidad que no sentían ninguno de los dos.

Wen Chao: Me alegra ver que finalmente ha despertado.

Wen Qing: Dije que avisaría cuando mi paciente estuviera recuperado... no había necesidad de irrumpir en la habitación de esa manera.

Wen Chao: Eso no importa ahora - Su mirada volvió a centrarse en él lo que le produjo un escalofrío - Fuqin no quiere que sigamos perdiendo el tiempo y yo estoy de acuerdo con él.

¿Esto era una jodida broma?

Era un rehén del Clan Wen, habían atacado el lugar al que consideraba ahora su hogar he hiriendo a Lan Zhan. Sentía un ardor en el pecho y unas enormes ganas de gritar todos los improperios que se le vinieran a la mente, pero sabía que no debía actuar imprudentemente.

Wei Ying: ¿Perder el tiempo? - Dijo lo más sereno que pudo - ¿Tenerme de prisionero es perder el tiempo para usted?

Apreté los puños para tratar de controlarme tratando de mantener una calma que no sentía, sentía que la ira poco a poco crecía y su corazón latía rápidamente. La risa del demonio llenó la habitación con un eco estridente y sentí un frío recorrer mi espalda.

Wei Ying: ¿Qué es tan gracioso?

Xue Yang: Ya lo verás Nüwa... ya lo verás.

Dijo las palabras lenta y suavemente, casi como el siseo de una serpiente. Como deseaba quitarle esa sonrisa de una estocada con Suibian, pero no la tenía consigo y no tenía idea de dónde estaba.

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un suspiro exasperado de Wen Chao, parecía que la poca paciencia que tenía se había acabado.

Wen Chao: Vete Qing... ya no eres necesaria aquí.

Wen Qing: ¿Qué quieres decir?

Pero la respuesta a esa pregunta nunca llegó. Wen Chao hizo un gesto a los soldados que se habían quedado en la entrada de la habitación los cuales se acercaron haciendo una reverencia. Chasqueó los dedos y los soldados tomaron de los brazos a la sanadora para sacarla de la habitación.

Wen Qing: ¡¿Qué hacen?!

Xue Yang: Cómo si no lo supieras sanadora... deja el drama y obedece.

Trató de liberarse de los soldados pero fue inútil y comenzaron a arrastrarla fuera.

Wei Ying: ¡Hey!

No podía quedar se de pie sin hacer nada, trató de acercarse para ayudarla pero Wen Chao le tomó por la muñeca deteniéndolo, lo hizo retroceder un par de pasos al mismo tiempo que tiraba una especie de esfera a sus pies y un humo oscuro comenzó a rodear su cuerpo rápidamente.

Trató de no inhalarlo pero este le rodeó sin poder evitarlo y comenzó a absorberlo por los poros de la piel. Era igual que el veneno paralizante que habían utilizado para capturarlo, pero este comenzó a afectarle de manera distinta.

Sus mejillas se pusieron muy calientes al mismo tiempo que comenzó a respirar agitadamente, su cuerpo comenzó a debilitarse por lo que ya no pudo sostenerse en pie y Wen Chao terminó tomándolo de la cintura para que no cayera al piso.

LA JOYA DEL JADEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora