Lápidas

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Caminó a paso lento hacia la oficina de Erwin, por alguna razón tenía la necesidad de preguntar cuando volvería Eleonor.

Pero frenó en seco cuando escuchó el grito de alguien que lo llamaba con insistencia, maldita sea su suerte.

-¡¡LEVI!! -. La mujer de lentes corrió con todas sus fuerzas hacia él, frenando en cuanto llegó a su dirección, queriendo regular su respiración -. Te... estuve... buscando...

-¿Para qué? -. Preguntó, viéndola con el ceño levemente fruncido.

-Es que hubo... algo muy importante que Eleonor me pidió que te dijera, pero se me olvidó -. Se rascó la nuca con nerviosismo -. Y sé que me golpearas cuando te des cuenta de lo que es.

-No le des tantas vueltas y dime que pasa -. La chicá lo ignoró y le agarró el brazo.

-Es mejor que lo veas por tu cuenta -. Sin darle tiempo a responder lo empezó a arrastrar por toda la Legión.

No importaba cuanto se quejara, ella solo seguía su camino como si no le importase que le pudiera romper el brazo.

Así que sabiendo que no lo soltaría, y también que esa cosa "importante" tenía que ver con Eleonor, se dejó llevar por la cuatro ojos.

Se fijó en el lugar por donde caminaban, notando que llegaban a una parte de la Legión que jamás se enteró que existía. Ante sus ojos se veía un portón grande de color negro, el cual daba paso a un pequeño cementerio instalado ahí.

-¿Qué hacemos aquí? -. Preguntó confundido.

-Hay dos tumbas que tienes que ver -. Tras decir esas palabras volvió a arrastrarlo, pero esta vez hacia adentro de ese lugar tan deprimente.

No lo entendía, ¿Por qué él justamente tenía que verlas? ¿Tal vez er-?... ... ... ¿Las tumbas de Farlan e Isabel?.

Eleonor... ¿Pediste que les dieran sepulturas dignas? ¿Realmente te tomaste la molestia de hacer semejante acto de empatía?.

Su corazón se aceleró al pensar en que tal vez lo hizo por él, y un nudo se comenzó a formar en su garganta porqué tal vez ya tendría un lugar en el cual llorarle a sus amigos.

Luego de caminar unos 3 minutos mas pararon frente a dos lápidas que tenían gravadas los nombres de sus camaradas. Isabel magnolia y Farlan Church.

Se arrodilló frente a donde ellos ahora descanzaban, pidiendo perdón silenciosamente por no haber sido más fuerte para poder protegerlos, por haberse ido dejándolos atrás.

Se mordió el labio para intentar evitar que sus sollozos se escucharan, tragándose con dificultad el horrible nudo en su garganta.

-¿Por qué Eleonor hizo algo como esto? -. Preguntó, recuperando la compostura.

-¿Sabes? Todos necesitamos un lugar en el cual llorarles a nuestros seres queridos -. Sonrió con nostalgia -. Y eso ella lo sabe muy bien -. Dirigió su mirada hacia unas lápidas cerca de ahí, estas decían Albert Galard y Tsukasa Laurent.

-¿De qué hablas? -. Preguntó, volteando a verla.

-¿Nunca te has preguntado la razón de por qué Eleonor es tan fría y recervada? -. Preguntó, sin depegar la mirada de aquel lugar.

-Pues si, pero ella siempre dice que es por el ambiente en donde creció -. Comentó, mirando el piso.

-En parte es por eso, pero también fue por las pérdidas que sufrió -. Sonrió triste -. Eleonor solía sonreír muy seguido, era alegre y extróvertida. Pero cuando sus dos personas más importantes fallecieron, ella cambió mucho.

CompliCaCion es  || Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora