Sálvala

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Abrió los ojos y se encontró en aquel lugar, su antigua habitación, el lugar que de niño le daba tanto miedo y que de adulto lo tiene traumado.

Ahí su madre solía encerrarlo sin comida ni agua por horas. Bueno, aveces le daba un pan duro.

Ella decía que era su castigo por no nacer Alfa.

Siempre le decía que era tan inútil que ni siquiera pudo ser Beta. Hasta llegaba a golpearlo horriblemente cuando cometía un minimo error.

El único consuelo que tenía para seguir con vida eran las veces en las que su amada madre parecía ser otra persona, abrazándolo, amándolo y cuidándolo como siempre deseó.

Pero eso cambiaba rápidamente, incluso le daba el doble de torturas cuando volvía a ser la misma de siempre.

Con todos aquellos recuerdos volviendo a su mente, entró en desesperación, tomó sus cabellos rojizos y los estiró con fuerza, mientras lloraba mucho más que antes.

¿Por qué siempre era tan cobarde? No hiba a ser un buen Omega si todo el tiempo se la pasaba chillando.

Seguro Eleonor se cansaría de él y de sus lloriqueos en cuanto conociera su verdadero ser. Se dovorciaría de inmediato y su madre lo encerraría ahí, en esa oscura habitación de nuevo.

En medio de la abrumación del momento escuchó el lejano llanto de un bebé, ¿Qué hacía un niño encerrado en ese lugar? ¿Acaso era obra de su madre?.

Se paró con dificultad y se limpió las lágrimas que seguían rodando por sus pecosas mejillas. A paso lento se acercó al lugar del sonido, pero como todo estaba tan oscuro y su vista todavía no se acostumbraba cayó al piso de cara.

El dolor duró tan solo unos segundos y debe admitir que quedó algo aturdido, pero aún así el lloriqueo no se fue de su oídos.

De repente una luz apareció en medio de toda la oscuridad, esta luz iluminaba un pequeño bulto que estaba en el frío suelo. De ahí venía el llanto.

Extrañamente sintió una paz inexplicable, todo lo contrario que debería sentir por los estruendosos gritos de la criatura.

Caminó con tranquilidad hacia él, agachándose y tomando en sus brazos el pequeño cuerpo que temblaba por el llanto. Destapó el rostro del pequeño el cual estaba rojo, fuera de aquello pudo ver una cuantas pecas en las mejillas regordetas, mientras algo de cabello rojizo se asomaba por la manta.

Se sintió tan extraño al darse cuenta de que el bebe -qué descubrió era una niña- era bastante parecido a él. Su corazón se aceleró cuando la niña abrió sus ojos inundados en lágrimas, sus ojos azules eran exactamente iguales a los de Eleonor.

-Lett...

Volteó rápidamente ante aquel llamado a sus espaldas. Eleonor estaba ahí, dándole una suave sonrisa mientras su mano se estiraba hacia él, como si deseara que se sostuviera de ella.

Sus labios rosados se curvaron en una hermosa sonrisa, sus ojos esmeraldas brillaron junto con las lágrimas que empezaron a caer. Se tiró a ella junto con la bebé sintiéndose tan débil, siendo envuelto en los fuertes brazos de la Alfa.

Un beso en su cabeza la hizo suspirar con amor.

La luz pronto los envolvió a los tres y sus ojos empezaron a abrirse lentamente, las voces de las personas hablando a su alrededor le causaron un punzante dolor de cabeza.

Pronto se acostumbró a la luz y al ambiente. Frente a él estaba Eleonor junto a un hombre que parecía ser un doctor, los leves sollozos de su esposa taladraron dentro de su cabeza.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2023 ⏰

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