- ¿Cómo rayos no vas a saber quién es el papá? - exclamó molesto su amigo caminando de un lado a otro - Felix, ¿qué pasó esa noche? - preguntó preocupado.
Se sentía culpable del embarazo de su mejor amigo, se arrepentía de haber dejado esa noche a F...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Felix se sentía exhausto por trabajar sin descanso todo el día, pero así eran todos los viernes en el bar donde trabajaba. El día más concurrido por personas importantes y adineradas de la cuidad y sus alrededores.
Felix era un precioso omega que había quedado huérfano a los quince años, desde entonces tuvo que arreglárselas para sobrevivir, hasta que encontró su actual empleo hace un año.
No era un mal trabajo, trabajaba como mesero, pero no le gustaba mucho la idea de tener que hacerle compañía a algunos clientes que lo solicitarán a cambio de algunos billetes, era una regla obligatoria del bar y quedarse solo la mitad de "propina", la otra mitad iba directo a los bolsillos del dueño.
Y si algún omega compañero(a) quería, sería atento con el cliente y se dejaría tocar por más billetes, teniendo la misma regla, mitad para el omega, mitad para el jefe.
Fuera de eso, la paga era relativamente buena, el ambiente con sus compañeros era normal, incluso algunos clientes eran bastante educados, lo único que realmente amaba de su trabajo, era usar un antifaz bastante extravagante y llamativo para proteger su identidad, dejando expuesto solo sus labios, así ningún cliente(a) que lo llegara a acosar dentro del bar, no lo podía reconocer fue del lugar, además se ahorraba los comentarios maliciosos de la gente, si sabían en qué lugar trabajaba, aunque no fuera malo, a la gente solo le gusta hablar y juzgar sin conocer. Mucho menos debía preocuparse por su olor, escondía su olor a algodón de azúcar con los supresores, pero si tenía que usar perfume con olor dulce y empalagoso para los clientes.
En realidad, todos los empleados, la mayoría omegas con un bonito cuerpo, debían usar máscara y perfume. El único que conocía sus identidades era el dueño, sin embargo, tampoco debía fiarse, su jefe no era el mejor de los jefes, mientras le ofrecieran mucho dinero para algún negocio, aceptaría importándole poco si era legal o no.
Afortunadamente en el tiempo que llevaba trabajando en el bar no le había pasado nada grave, si tuvo alguna falta de respeto por algún pervertido y mal educado, pero todo fue por culpa del uniforme, que constaba de una camisa blanca de manga larga con corbata o moño negro, un short con medias de red de color negro que cubría la mitad de su trasero y unos zapatos de botín, y por muy loco que sonará, a Felix le encantaba su uniforme, así que su forma de vestir no tenía que ser excusa de alguna falta de respeto hacia su persona y sus compañeros, por ese motivo el señor Choi tenía muchos guardaespaldas dentro y fuera de bar para "cuidarlos".
El beta tenía un plan para todo lo que se presentará en su bar, alguna pelea, un omega o alfa en celo, que muchas veces terminaba en prostitución, policías, venta de drogas o prostitución, estos últimos eran "negocios" que tenía el dueño muy bien escondidos en su local, y siendo sinceros era algo que a Felix no le importaba ni quería saber.
— Angel — lo llamo por su apodo su compañero. Nadie debía llamarse por su verdadero nombre en horas de trabajo. — Jung quiere que vayas a hacerle compañía a la mesa — habló molesto Yeosang, un omega mejor conocido por el sobrenombre de "Moonlight".