Contacto

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Transcurre unos pocos días antes de lo del capítulo anterior.

Ese día obligué a Daryl a dejarme ir con él a cazar, eran las primeras veces que salía con él y estaba aprendiendo bien. Siempre había sido buena con los cuchillos así que a veces lograba darle a alguna ardilla con ellos y Daryl me miraba sorprendido cada vez que lo lograba.

Solía hablarle a pesar de que él me repetía una y otra vez que ahuyentaba a los animales, es que no me gustaba estar en silencio y quería aprovechar el tiempo que pasaba con él. Estaba tranquila contándole una estupidez cuando me interrumpió y dejó de caminar.

—¿Por qué sigues hablando conmigo? ¿Y tratando de acercarte cada vez más? —lo miré sorprendida pero respondí rápido.

—Porque me agradas. Eres mi amigo, así se supone que sea una amistad ¿No crees?

—No lo sé, —dijo él.
—es la primera vez que alguien me trata tan bien. No estoy acostumbrado.

—Bueno, tendrás que acostumbrarte, —contesté.
—porque no te librarás de mí fácilmente.

Él pareció quedarse en su cabeza un momento, era adorable y quería abrazarlo pero no estaba segura de cómo reaccionaría a eso y no quería incomodarlo. No parecía estar acostumbrado al contacto físico en lo absoluto pero diablos, yo amaba abrazar a la gente.

El contacto físico era uno de mis más fuertes lenguajes del amor hacia todos, pero él parecía no haber recibido ni una sola muestra verdadera de cariño en toda su vida, eso hacia que fuera mucho más triste para mí el no poder abrazarlo.

—Daryl, tenemos que seguir, ey Daryl, tierra llamando a Daryl. —dije cuando no respondió.
—¿Estás bien? Estabas como ido ¿En qué pensabas?

Me miró un segundo y parecía algo aturdido.

—Nada, yo... —en ese momento su cara cambió.
—¡Cuidado! —me empujó y pude ver al caminante que estaba detrás de mí.

Él intentó dispararle pero estaba demasiado cerca, se le tiró encima y lo único que pude pensar fue en que tenía que hacer algo. Lo empujé con todas mis fuerzas pero cuando intenté alejarme me atrapó y caí al suelo. Daryl lo empujó varios metros lejos de nosotros y al fin pudo dispararle. Después de eso se giró en mi dirección y me extendió su mano para ayudarme a pararme.

—¿Estás bien? —preguntó.
—¿Te mordió?

Mi cuerpo se movió solo y para cuando quise darme cuenta ya lo estaba abrazando. Se quedó completamente inmóvil como si tratara de entender lo que estaba pasando y a pesar de que no quería soltarlo simplemente lo hice.

—Lo siento. —dije soltandolo.
—Es que me asusté bastante. Estoy bien ¿Y tú?

—Estoy bien. —contestó.

En ese mismo momento volvimos al campamento, pero en lo único que podía pensar era en ese abrazo. ¿Le había molestado? ¿Me dejaría volver a abrazarlo en algún otro momento? Él se veía confundido respecto al tema pero yo solo quería volver a abrazarlo y que él devolviera el abrazo, solo para poder mostrarle que él también merecía recibir amor.

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Pasó un buen tiempo desde que todo comenzó, un mes entero y yo ya me llevaba mucho mejor con Daryl. La verdad era que jamás pensé llevarme tan bien con él por lo diferentes que éramos, pero en realidad nos parecíamos bastante. Salimos a cazar y en algún momento salió el tema de "Cosas que pasamos con nuestros hermanos" y diablos, Daryl tenía las mejores historias.

—Y entonces el tipo golpea a Merle y cuando me metí para defenderlo me dice "No soy ningún marica para que me defiendas" así que me empujó, caí sobre mi trasero y el otro tipo empezó a reír a carcajadas. —explicó.

—Pfff, —empecé a reír y Daryl me miró con media sonrisa.
—¿Cómo es posible que Merle y tú lleven la misma sangre? En serio no lo entiendo.

—¿Por qué lo dices? —preguntó.

—Daryl, sin ofender, pero tu hermano es un estúpido. —me miró un segundo.
—Tú eres como mil veces más inteligente que él. Estoy segura de que tú sacaste los genes buenos.

—Si son buenos serán los de mi mamá. —dijo él.

—¿Cómo era ella? —pregunté.

—Se enojaba fácil cuando no le hacían caso, —explicó.
—pero jamás se atrevió a darnos un solo golpe a Merle y a mí. Era amorosa la mayor parte del tiempo pero cuando se molestaba hasta mi padre se mantenía alejado. Aún tengo un recuerdo de cuando tenía como cinco años de ella peinandome y diciendo que iba a ser un galán cuando creciera.

—Bueno, probablemente sabía que te ibas a parecer a ella. —dije yo.

—¿Eso crees? —preguntó.

—Creo que ella tenía razón. —dije sin pensar.

Él me miró sorprendido.

—¿Qué? ¿Por qué esa cara? —pregunté.

—Bueno, nunca me... —paró un segundo, al parecer pensando en qué decir exactamente.

—¿Nunca te dijeron que eres guapo?

—No realmente.

—¿En serio?, —pregunté sorprendida.
—bueno, aquí todos sabemos que eres realmente atractivo, las mujeres suelen hablar de ti, de todos en realidad.

—Nunca creí que fuera atractivo. —dijo él levantando los hombros.

—Creelo, —le dije yo.
—muchos desearían ser iguales a ti.

—¿Cómo quién? —preguntó.

—Cómo Shane probablemente, —empecé a reír por lo bajo.
—ese si es un hombre poco atractivo.

—Si, Lori no parece pensar lo mismo que tú. —reí un poco.

—Créeme, si Lori tuviera otra opción, probablemente no estaría con él. —dije yo.

—¿Y tú como sabes eso? —preguntó.

—Intuición femenina, —expliqué.
—pero el punto no es ese, el punto es que al menos a mi parecer eres muy atractivo. Aunque tienes mucha pinta de mujeriego, al menos sin antes conocerte.

Daryl empezó a reír.

—Mujeriego, claro. —dijo después.
—Yo soy mujeriego y tú desconfías de la gente.

Rode mis ojos mientras negaba.

Sabía que lo ponía nervioso que le dijera guapo, se notaba en su tono de voz y en sus orejas ligeramente enrojecidas, por eso me gustaba tanto decírselo. Y claro, además no le estaba diciendo ninguna mentira.

Amor real (Nina Rhee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora