La hija de Grey© [EDITANDO]

Capítulo 12: Una razón.

Alexander.

—Ven, entra.

Phoebe me suelta y ambos entramos a la habitación. Jason me mira con lo ojos entre cerrados y sus labios forman una fina línea recta "Idiota". Phoebe solo trae puesta una blusa color blanco y un short gris, bastante simple, pero eso quiere decir que ella confía en Jason; eso de ninguna forma puede ser bueno.

—Quiero ver tu maleta —la voz de Jason llama mi atención.

—¿Qué? —pregunta Phoebe desconcertada.

—Es por seguridad —la mira unos segundos y su mandíbula se tensa —señorita Grey, estoy haciendo mi trabajo.

Phoebe me mira, dudosa. Yo asiento, no puede intervenir en eso, es obvio que Grey quiere estar al tanto de su hija en todo momento. Se da la vuelta decidida a no dejar las cosas así.

—Es mi —se detiene, pensando en sus palabras —amigo.

Bueno, solo nos hemos besado un par de veces, es lo que merezco, aunque justo ahora siento que estoy en la orca y Phoebe es mi verdugo. Acaba de colgarme y no hay manera de arreglarlo. Jason no intenta reprimir una enigmática sonrisa "Estúpido".

—Adelante.

No hay nada que hacer, ella en un vano intento por defenderme acaba de arruinarme. Tal vez estoy equivocado, no debería decirle lo de la chica del club, definitivamente terminaría rematando todo y me dejaría.

—Phoebe —ella me mira.

La extrañe todos estos días y ahora que estoy junto a ella no aprovecho nada, si continuo comportándome así terminaré perdiéndola.

—Te extrañe tanto.

La tomo de la cintura y beso sus labios, cierro los ojos y su aroma me inunda. Nos besamos lentamente y todo se detiene, disfruto de sus besos, de la sensación que me provocan y de la manera en que me atrapa entre sus labios.

—He anhelado esto desde tu partida.

Sus brazos envuelven mi cuello y acaricia mi cabello.

—También yo —una gran sonrisa crece en sus labios.

Jason sigue con la maleta, en ese momento me doy cuenta. Maldición. La preocupación empieza a crecer por debajo de mi piel, hay un pequeño compartimento en la maleta, algo que yo no debería de tener esta ahí y Jason lo va a encontrar sino lo detengo.

—¿Qué sucede Alex?

Me aparto de Phoebe y camino hacia la maleta.

—Oye.

Jason me ignora. La ansiedad empieza a crecer.

—Noy hay nada ahí.

Cierro la maleta de un golpe y él logra sacar las manos justo a tiempo. Su mandíbula se tensa y sus manos se cierran.

—Alejate niño mimado. Es mi trabajo y si no te mueves yo lo haré por ti.

—Jason, por favor —Phoebe se da cuenta de la tensión que nos rodea. No quiero pelear, pero lo haré si el no se aparta.

Jason la mira, su mandíbula sigue tensa, pero su mirada ha cambiado, ya no es fría e indiferente, sus hombros se relajan y suspira.

—Acompañame —le pide.

Miro a Phoebe, ella asiente y sigue a Jason por el pasillo. ¿Pero que demonios? Ambos entran a una habitación, no puedo creer lo que sucede. Mi mente empieza a divagar sobre las posibilidades que hay de que a Jason le guste Phoebe. No, por supuesto que no, Grey no lo permitiría. Aún que con esa cara de modelo que tiene no se puede esperar lo contrario. No puedo dejar las cosas así.