Capítulo 4:Inesperado

3.5K 155 3
                                    

Alexander

—Hola. —Me saluda Phoebe

—Hola. —Respondo sin mirarla.

—Alex —me llama, obligándome a mirarla. Lleva la camiseta que cubre un poco más abajo de sus muslos y ahora me pregunto de donde la ha sacado.

—¿Qué haces vestida así? Hace frío Phoebe —le digo preocupado.

—Te puedo preguntar lo mismo —responde a la defensiva. Verla ahora, así vestida, me recuerda que he salido sin camisa. La fría brisa recorre mi espalda y de inmediato rodeo a Phoebe con ambos brazos, abrazándola.

—Esta bien, entremos. —le ordenó.

—¿Ahora tienes frío? —pregunta riendo. Finjo un temblor en todo el cuerpo y ella ríe más cuando niego tener frío.

Vamos de vuelta a la cabaña, tomo los jeans de Phoebe y mi camiseta.

—Deberias vestirte.—Digo, acercandole su ropa.

—Si, debería.—Susurra, negándose a aceptar la ropa.

—Vamos a la cama —respondo cediendo.

Entramos a la habitación y dejo los pantalones y mi camiseta doblados en su buró. Debajo de su celular. La miro, Phoebe esta sentada en la cama a un lado de mi.

—¿Quieres dormir? —le pregunto.

—No tengo sueño. Acuestate junto a mi. —Sus ojos grises están en los míos, atentos a mi respuesta.

—No creo que deba —susurro, desviando la mirada.

—Por favor—me pide.

—Esta bien. —Un resplandor aparece en sus ojos.

Recuesta su cabeza en la almohada y me acuesto a su lado. Nos miramos directamente a los ojos, inmersos él uno en el otro. Cierra los ojos y recarga su cabeza en mi pecho, le paso la mano por detrás, rodeando sus brazos, y le acarició su suave piel. Aspiro su aroma y dejo que me inunde, cierro los ojos, huele fresco y otoñal. Simplemente sensacional.

—Alex —dice Phoebe, asustada. Devolviéndome a la realidad.

—¿Qué pasa? —abro los ojos.

—Creo que hay alguien fuera.

—Puede ser tu padre —le aseguro.

—No, no esta vez.—Afirma, asustada.

—¿Estás segura? —Ella asiente. No sé lo que ha escuchado pero sé que no está mintiendo. —Toma tu celular y la ropa. No te vistas, debemos salir de aquí. Ahora. —Le digo levantándome de la cama —¿hay alguna puerta trasera?

—Sí. En la cocina.

—Bien. Vamos a ir en silencio y no te alejes de mi, por favor.

Phoebe asiente, abro la puerta y reviso si hay alguien. Escucho pasos fuera de la cabaña pero no veo a nadie.

—Ven —le digo a Phoebe, tomándola de la mano.

Avanzamos al comedor que esta a pocos metros de la habitación. Llegamos a la barra y le pido a Phoebe que se oculte. La puerta esta cerca.

—Ve a la puerta y sal, yo revisaré que nadie te vea. Después iré contigo. Apresurate.

Phoebe va hacia la puerta y la abre. Sale de aquí, y sé que no puedo dejarla sola mucho tiempo, no tardaran en revisar si hay una puerta trasera. La puerta principal empieza a moverse. Están intentando entrar. Salgo por la otra puerta y sé que ya están dentro.

—Detras de mi, rápido —Phoebe obedece.

Un chico aparece frente a nosotros, sin arma en mano, pero hay una navaja en su bolsillo. Sin pensarlo encesto un golpe en su cabeza, tambalea un poco y luego cae al suelo, desmayado. Llego al final de la cabaña y reviso si alguien nos puede ver. Tengo a la vista el Corvette, miro a Phoebe.

—Iremos al auto. —Le aviso, ella asiente y tomo su mano.

Avanzamos hasta dejar la parte trasera de la cabaña. Nos detenemos en el frente. Un hombre esta en la entrada, vigilando, con una pistola en  mano. Acercó a Phoebe y la coloco delante de mí.

—Tenemos que correr ¿Esta bien? Iré detrás de ti. Te protegeré, lo prometo. —Espero unos segundos y el hombre se da la vuelta. Ignorando la dirección a la que vamos. —Ahora.

Comienza a correr y voy detrás de ella, abre la puerta del copiloto y yo me quedo ahí parada, cubriéndola. Un disparo. Phoebe ya ha entrado y le doy la vuelta al auto.

—¡Están en el auto! —grita el hombre y vuelve a disparar.

Entró al auto y lo enciendo. Los hombres empiezan a disparar. Arranco y conduzco hacia la carretera.

—Tranquila, agáchate.—Le digo a Phoebe que obedece al instante.

Entramos a la autopista. Nadie nos sigue y el auto no esta dañado. Suspiró relajado, me abrochó el cinturón. Y le pido a Phoebe que haga lo mismo.

—¿Estás bien?

Ella asiente aún asustada. Toco su hombro y le doy un suave apretón para tranquilizarla, sin embargo no siquiera yo puedo tranqulizarme. La adrenalina aun esta en mi cuerpo. Veo una gasolinera y me salgo de la autopista. La miro, sus grises ojos están divagando. Su pecho se eleva con rapidez.

—Phoebe ¿estás bien? —Repito alarmado. Ella no responde.

Nos leemos.
::Yessi::

La hija de Grey© [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora