Léa¡Madre mía!, tenía al hijo de uno de los diseñadores más prestigiosos de París delante de mí, lo había visto en la prensa alguna vez pero en persona ganaba mucho más, al ver que me había mirado directamente me puse nerviosa y aparté la vista hacia otra parte, ya que no quería que malpensase.
Cuando Sél me dio el codazo y captó la atención de él, me sentí incómoda al instante y la miré dándole a entender que no me había gustado ese comentario, ya que no era necesario, pero ella no se percató y siguió hablando como si nada, < ¿Qué narices le importaba a él lo que estudiase?>. Cuando vi que me miraba fijamente después de responderle donde estudiaba, decidí mantenerle la mirada para demostrarle que no me intimidaba, pero a quien quería engañar, pasaron unos segundos hasta que esos ojos azul verdosos pudieron conmigo y la terminé apartando.
La cena transcurrió sin más percances, él no sé si me miró pero yo me puse a hablar con Julie y lo evité. Cuando llegamos a la discoteca vi que se iba en dirección a la barra, nosotros nos quedamos en el reservado.
- Menudo ambientazo ¿no? - dijo Simon observando la pista de baile
- Y que lo digas - respondió Mark
- ¿Qué os ha parecido Nathan? - preguntó éste
- Bastante callado, la verdad - comentó Sél
- Es que hoy ha tenido un día muy pesado, ha vuelto de viaje y durante el trayecto ha sufrido turbulencias, no quería salir por lo cansado que estaba pero lo hemos obligado - explica Mark sonriendo victorioso
<pues menudos amigos > pienso yo para mis adentros.
- Pobre - dice Julie, las demás asentimos dándole la razón
- ¿Vamos a bailar? - pregunta Cloé
- Sí - decimos todas
- ¿Venís chicos? - pregunta Sél mirando a Simon y Mark que ya se habían apalancado en los sofás
- No, nos quedamos aquí de momento - responde Simon
Nos pusimos las cuatro a bailar entre la multitud, de vez en cuando echaba una ojeada hacia el reservado y vi que los chicos nos señalaban, lo primero que se me pasó por la cabeza es que debían estar haciendo un ranking de cuál estaba más buena, ya que por desgracia, todos son así. Decidí deshacerme de todas esas ideas y seguí bailando, al rato Sél propuso ir a buscar a los chicos, el hecho de que quisiera volverse a liarse con Mark influyó en esa idea, pero aceptamos y al cogerlos para que viniesen el único que dijo que no fue Nathan, no me sorprendió mucho porque se le veía bastante serio.
Mientras bailábamos y cantábamos al ritmo de la música noté como el alcohol empezaba a hacer sus efectos en mí dado que cada vez me desataba más y más, a lo lejos, en las mesas del reservado vip, vi que Nathan no me quitaba los ojos de encima, lo miré yo también para ver si se decidía a apartar la mirada de una vez porque me estaba poniendo muy nerviosa, odiaba que la gente me mirase fijamente.
Estaba bailando tranquilamente con Sélénne cuando vi que un chico se me acercaba más de la cuenta, como parecía que sus intenciones de primeras eran solo bailar, me dejé llevar, pero cuando me dio la vuelta y pegó su torso a mi espalda me empezó a incomodar la situación, me alejé un poco con intención de apartarme pero me cogió del brazo girándome para que estuviésemos cara a cara, se acercó y de sopetón me dio un beso, le pegue una bofetada y lo aparté inmediatamente.
- ¿¡Qué haces tío?! , tengo novio - dije gritándole
- Ostras perdón - respondió juntando ambas manos a modo de disculpa
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Besos prohibidos en París
RomanceAmistad, amor y familia, tres palabras aparentemente inofensivas, pero se nos olvidan otras como traición, infidelidad y decepción. Estos seis términos pueden tener muchas cosas en común, más de las que pensamos y Léa Roux y Nathan Miller están a pu...