Capítulo 12

10 0 0
                                    


Nathan

Roma siempre ha sido una de mis ciudades favoritas, no solo por su atractiva arquitectura y su comida, sinó también por su gente, puesto que los italianos son muy amables y educados.
Justo me encontraba ahora delante de la fontana di Trevi, había decidido hacer un poco de turismo ya que hasta el día siguiente no tenía la reunión, como siempre, iba camuflado con mi gorra y mis gafas de sol y con ropa muy casual para pasar como un turista más.

A la hora de comer voy a uno de mis restaurantes favoritos, Soramànego, donde como ya conozco al dueño me reciben con un trato excepcional, me pido la carbonara auténtica, como me gusta a mí y de postre un tisamisú, allí lo hacen espectacular.

Cuando termino me dirijo hacia el coliseo y al cruzar por un paso de peatones tengo que poner la mano en el capó de un taxi porque sinó me hubiese atropellado, el taxista sale corriendo para ver si estoy bien, junto con la mujer a la que llevaba. Al fijarme en la chica me quedo de piedra por unos instantes dado que hacía por lo menos tres años que no la veía y al mirarla reviví internamente todos los momentos como si de una película se tratase, ella también se me quedó mirando y por un momento volvimos al pasado, a ese instante en el que todo terminó.

Tres años antes

Por fin había llegado el día de mi graduación, era un día muy caluroso, justo en ese instante me encontraba delante de la entrada de mi facultad, donde mis padres ya estaban dentro junto a los demás, Anne y yo habíamos decidido escabullirnos puesto que la ceremonia era muy aburrida, ella se estaba fumando un cigarro mientras yo la miraba atentamente.

- Nathan tenemos que hablar sobre nosotros -

- ¿Qué nosotros Anne? -

- Llevamos casi un año quedando y todavía no me has pedido que sea tu novia -

- Es que no eres mi novia - digo sin más

- ¿Y porque me tratas como si lo fuese?, hacemos planes de pareja constantemente -

- Eso no es así, ni siquiera te he presentado a mi familia -

- Ya, pero te has ido de viaje conmigo -

- Eso fue por negocios y lo sabes -

- Tenia la esperanza de que me los presentases hoy, puesto que es la graduación - dice cabizbaja

- No entraba en mis planes -

- ¿¡Y qué entraba en tus planes, seguir usándome como un juguete sexual como has hecho hasta ahora!? - dice gritándome con lágrimas en los ojos

Me quedo callado porque no sé que decir, me pensaba que las cosas estaban más que claras, si no lo entendía era su problema, a mí que no me rayase la cabeza.

- ¿No piensas decirme nada? - replica mirándome enfadada

- ¿Qué coño quieres que te diga? - digo con tono cansado

- Vamos, que eso es lo único que he sido para ti, ¿no? -

- Lo sabias de sobra, al principio estabas de acuerdo, ¿Por qué tienes que complicarlo todo? -

- Yo no complico nada, me pensaba que sí seguíamos así al final te enamorarías de mí y querrías salir conmigo -

- Pues ya ves que no ha pasado nada de eso -

- Ya veo - dice levantándose y observándome con desprecio - espero que algún día te pase lo mismo que me ha pasado a mí contigo, entonces lo entenderás -

Besos prohibidos en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora