Capítulo 13

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Léa

Alejarse de alguien con quien sientes una conexión tan fuerte no es plato de buen gusto, sientes como si cuando lo ves te inyectasen oxitocina en vena y de pronto, cuando os alejáis, desparece de golpe. Así justo me siento yo en estos momentos, perdida, con añoro y sobretodo, con ganas de volver a verlo.

A la mañana siguiente decido salir a correr un rato, dado que desde que había terminado la universidad no había tenido tiempo de ir. Por la tarde había quedado con Sam para ponernos al día de todo puesto que hacía bastante que no lo veía, había escrito a Joyce para vernos pero me dijo que le era imposible porque tenía que ayudar a su padre con unas cosas del coche. Comí en casa con mis padres, Melyssa se marchó a su casa la noche anterior después de cenar, habíamos prometido vernos durante estos días. Al terminar de comer paso a buscar a Sam por su casa y decidimos ir a un centro comercial a tomar algo.

- Bueno, bueno, me tienes que contar que tal por París - dice dando un sorbo a su latte macchiato

- Sí, la verdad que fue una locura de viaje -

- ¿Ah si?, ¿Por qué? - pregunta mirándome de forma curiosa

- Salimos de fiesta cada noche y conocimos a unos chicos -

- ¿A unos chicos? - pregunta sorprendido - cuéntame cotilleos, ¿no le habrás puesto los cuernos a Joyce verdad? - dice lanzándome una mirada de advertencia

Tardo unos segundos de mas en responder porque al final es mi mejor amigo y no quiero ocultarle nada, pero el miedo a su reacción me puede.

-  Que va - digo mintiendo - digamos que Sél  sí que se lo pasó bien -

- Mírala - dice son una sonrisa traviesa - ya te dije yo que los Parisinos son muy abiertos -

- Y tan abiertos - pensé para mis adentros 

-  A la mínima que pueden te ofrecen irte a su casa -

- Pues sí - digo acordándome del primer encuentro con Nathan

- Pero cuéntame, ¿no hubo ningún contratiempo ni nada? -

- Sí, Julie no tuvo mucha suerte, uno de lo chicos con los que estuvimos se volvió loco una noche y quiso besarla sin su consentimiento y otra noche conoció a un camarero y se fue a su casa y la intentó drogar y aprovecharse de ella -

- ¡Ostia!, ¿Cómo se le ocurre ir a casa de un tío que no conoce?, ¿esta loca o qué? y vosotras más aún por consentirlo - automáticamente me acuerdo de que yo también fui a casa de Nathan y allí pasó lo que pasó

- Bueno, al final es mayorcita y el chico parecía que era normal -

- Nunca te puedes fiar, el más bueno luego termina siendo el más malo -

- Pues sí, ¿Tú qué tal por aquí?, ¿Qué has hecho? -

- Yo ya sabes, de fiesta en fiesta con los de la universidad -

- Lo raro sería que me hubieses contado algo diferente - digo riendo - ¿Y Jade?, ¿ya te ha superado? -

Jade es su exnovia, cuando la dejó Sam no se lo tomó demasiado bien y desde ahí están en un vaivén constante.

- Buf, es una pesada, aún no ha asumido que lo dejamos hace un mes -

- Dale tiempo pobre -

- ¿Pobre? - dice mirándome incrédulo - me puso los cuernos en mi cara literalmente, el único pobre aquí soy yo -

- Ya, tiene muy pocas luces -

- Sí, aún nosé como aguanté seis meses con ella, era muy celosa y tóxica y al final mira, el que tenía motivos para tener celos acabé siendo yo -

Besos prohibidos en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora