Donde Vegas no sabe como conquistar al chico que le gusta, Pete; entonces comienza a leer todos los libros que le gustan para tener un tema de conversación con él.
Pete Phongsankorn siempre ha soñado con vivir un amor como en los libros que lee. Don...
Sacudí mi cabeza para alejar esos pensamientos, me concentré en seguir levantando mis libros del piso.
—L-lo lamento, no vi por donde iba caminando. — se disculpa, hay algo en su tono de voz que no logro reconocer. Cuando levanto la cabeza, mis ojos se encuentran con los suyos, me doy cuenta que esto es tan cliché. ¿Cuántas posibilidades hay de que tus libros caigan gracias a alguien? ¿Una en un millón, tal vez? —. Es que estaba enviando un mensaje a mi madre...
—Tranquilo. — le interrumpí, por un instante mis ojos fueron a sus labios entreabiertos, me perdí en la forma en que pasó su lengua por su labio inferior. Tan sensual. Magnífico. ¿Qué demonios está pasando conmigo? —Es mi culpa también, no te vi.
Vegas asintió.
Me extendió dos de mis libros, los demás ya se hallaban en mis manos, cuando los tomé mis dedos rozaron los suyos, nunca antes habíamos intercambiado más de tres palabras, pero ahora estamos hasta rozando nuestros dedos. Creo que él también se percata de ello porque frunce el ceño.
—¿Venías de la dirección?
—Sí. — admití, me levanté despacio hasta estar completamente parado, Vegas hizo lo propio. Con ambos de pie, me puse más nervioso. —Hablé con el director para que cambien al profesor de Sociología Jurídica, después de todos sus insultos no puede seguir dándonos clase.
Pegué los libros a mi pecho, me atreví a mirarlo detalladamente. Su cabello estaba ligeramente alborotado, e iba vestido con su habitual camiseta negra, vaqueros y chaqueta de cuero. El típico atuendo de un bad boy de libro, la diferencia es que Vegas no era así por lo que sé. Es de los mejores de la clase, es amable, le gusta leer, casi no asiste a las fiestas de la facultad—como yo — y nunca lo he visto completamente ebrio.
Alzó una ceja.
—Eres demasiado amable, no creí que hicieras algo como eso.
Me sentí ligeramente ofendido por su comentario. Fruncí los labios.
—El hombre se lo merecía. — me encogí de hombros. —No es mi culpa.
—Debo irme, de nuevo, perdón por lo de tus libros.
—¿Cómo que te vas? —le pregunté, totalmente interesado.
Tardó un segundo en responder:—Mi madre me pidió que vaya por mi hermano, parece que se enfermo en la escuela.
—¿Macao?
Asintió:—¿Lo conoces?
—Sí. —dije. —Es novio de Chay, el hermano de Porsche. También lo he visto un par te veces en casa de Khun. Faltan dos clases, Vegas.
—Lo sé, pero esto es realmente importante. — Me alegro saber que se preocupaba por su hermano. — Nos vemos después.
—Si necesitas algo no dudes en decirme. — enganché mi mano en su brazo cuando pasaba cerca de mí. —Te enviaré los apuntes más tarde, les diré a los profesores que tuviste una emergencia.
Vegas parpadeó un par de veces.
—Gracias, Pete.
Había algo en la forma en que dijo mi nombre, algo diferente al resto y esa mirada... Tal vez no me odiaba como yo creía. Asentí dejándolo marcharse.
Todavía tengo que ir a la cafetería a encontrarme con mis amigos.
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