Vegas.
—Khun Vegas. — saludó Lim después de abrir la puerta para mí. —No sabía que llegaría temprano a casa. Todos están en el comedor.
—Gracias, Lim.
Caminé despacio hasta donde mi familia se encontraba. Mi padre definitivamente hará preguntas por mi hora de llegada. Era muy estricto sobre no faltar a ninguna clase.
—Creo que sería mejor si piensas bien lo que quieres estudiar, Macao. — lo escucho decir.
—Tu padre tiene razón, cariño. No te sientas obligado a estudiar Derecho solo porque es la tradición en la familia. Khun se decidió por Artes y no fue el fin del mundo. — dijo mi madre, sonriendole a mi hermano con dulzura. Su cabello negro estaba atado en una cola de caballo alta, sus pómulos altos y sus ojos pequeños la hacen lucir más joven de lo que es.
Mi padre iba con su habitual traje a medida negro, camisa blanca y corbata roja, esa es una nueva combinación. Seguramente de mi madre.
La larga mesa se extiende ante mí. Mi padre, Kan, a la cabeza, a su izquierda mi madre Anong, junto a ella el duende llamado Venecia y frente a él, Macao, quien tiene poco tiempo para decidir una carrera pues su graduación es en solo unos meses más.
Me senté lentamente a la derecha de papá sintiendo como las miradas se posaban en mí. Venecia arrugó la nariz, me saludó con su manita llena de puré de papas y una sonrisa juguetona.
—Hola, enano.
—¿Qué haces aquí a esta hora, Vegas? ¿No los lunes sales a las cuatro? — asentí mirando a mi padre, él entrecerro los ojos como si sospechara de mí.
No podía mentirle. La mayoría de mis profesores eran amigos suyos, se enteraría de todos modos.
—Tuve un problema. — respondí. Mamá me miró interesada. —¿Recuerdan al chico del que les hablé?
Mamá asintió sin más.
Papá en cambio pregunta:—¿Pete?
—Sí.
—¿El de bonita sonrisa y mejillas suaves? — murmuró Venecia.
—¿Tú como sabes que tiene mejillas suaves? — pregunté con una ceja alzada y algo de celos en mi interior.
—Quise tocar sus hoyuelos y me dejó. —juro que hay una sonrisa de satisfacción en sus labios. Ese niño apenas si tiene cuatro años, pero fastidia como si tuviera diez. —Cuando sea grande me casaré con Pete y viviremos aquí. Tendremos muchos hijos, gatos y perros.
Era el puto colmo.
Me levanté de la silla para tomarlo y darle su merecido, alguien se quedaría sin golosinas esta tarde.
—¡Mamá, sálvame! — gritó cuando dedujo mis intenciones. Se removió en su silla viéndome acercar. Antes de poder llegar a él, mi madre lo tomó en brazos. —Tú quédate con Tawanan.
—Se llama Tawan.
—No me importa. Me cae mal. —tuvo el atrevimiento de sacarme la lengua.
—Venecia, ya. —advirtió mi padre. Venecia hace pucheros antes de acomodarse en el cuello de mamá.
—Pero, papá...
—Ya. Basta.
Sin embargo, mi hermano pequeño siguió:—Pete será mío, Veg.
—¡Venecia! —regaña papá, esta vez Vennie solo asiente en silencio.
Oh, pequeño mocoso.
—Iré a limpiar a Venecia, ya es hora de su siesta. —Mamá se puso de pie con mi hermano aun en brazos y salió del comedor.
Regreso a mi lugar, no tengo apetito así que solo miro a Macao y mi padre comer.
—¿Cuál fue el problema que involucra a Pete? — pregunta mi hermano.
—Olvidé borrar unos Tweets que hablan de él, hoy los vio y me preguntó por mensaje. Salí huyendo antes de encontrarme con él.
Ambos se rieron de mí.
—¿Es el chico del que habla Venecia?
Asentí.
—Últimamente hemos hablado mucho, incluso ha estado al teléfono con el enano. Creí que estaba progresando, me aterra lo que pueda estar pensando de mí justo ahora. No me seguía, no sé por qué lo hizo justo hoy. — quería golpearme la cabeza contra la pared. Era un imbécil y un puto cobarde. —No tengo idea de como arreglar este desastre.
—Hijo, siempre es bueno hablar con la verdad. Dile tus intenciones, expresa tus sentimientos, habla con la verdad. No mientas solo por temor, nada bueno se saca de eso. Sé valiente, lo peor que puede pasar es que te rechace. Un corazón roto no duele para siempre.
¿Podría tener razón?
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Mini AU Como en los Libros |VegasPete.
AcakDonde Vegas no sabe como conquistar al chico que le gusta, Pete; entonces comienza a leer todos los libros que le gustan para tener un tema de conversación con él. Pete Phongsankorn siempre ha soñado con vivir un amor como en los libros que lee. Don...