Parte 8

533 76 15
                                    

Vegas.

—Venecia, cálmate ya.

Mi hermano me frunció el ceño, lleva media hora tratando de soltarse de mi mano para ir a jugar con la tierra del parque.

—Déjalo un rato, no le pasará nada. — dice Kinn, está sentado junto a mí en una banca mirando a Venecia, quien esta de pie entre mis piernas.

—Po fis, Veg. Un datito— hizo un puchero, y parpadeó un par de veces. Era un manipulador destacado y yo un imbécil que asintió soltando su mano. —No me tardo.

Salió corriendo hasta el área de juegos donde hay un espacio de arena, se inclinó poniendo sus manos en la arena, con su trasero al aire. Su ropa iba a terminar hecha un desastre.

Me pasé las manos por el cabello suspirando.

—¿Hablaste de nuevo con Pete?

—No. — respondí. — Si le decía que no entendí sus apuntes iba a creer que soy estúpido. Ya habrá otra oportunidad.

Kinn asintió.

—¿Cómo va tu lectura? — abrió un paquete de papas fritas, le di una mala mirada, esas eran de Venecia y haría un berrinche si no las encontraba al regresar.

—Le vas a comprar otras, eh. Estoy empezando La Casa de Hades, leer como Percy Jackson y Annabeth están en el tártaro es difícil.

Mi primo se encogió de hombros masticando sus papas:– Creí que eras más valiente. — Le enseño mi dedo medio, él suelta una carcajada. —Mira a Venecia, mi tía nos va a regañar.

Llevo mi vista a mi hermano menor, se ha sentado por completo en la arena, tiene una cuchara y un bote donde deposita la arena y después vacía su contenido sobre sus piernas. Al menos parece feliz.

—Iré por él antes de que se como una tonelada de arena. — Me levanté para caminar directo a Venecia, cuando estuve cerca de él, me di cuenta que hasta su boca esta llena de arena. —Hey, ven aquí.

—No, Veg. Déjame — Intenté tomarlo en mis brazos pero el niño se hizo hacia atrás. —¡Déjame!

—Bien, pero Kinn y yo nos iremos, te quedarás aquí solo.

Hizo un puchero negando con la cabeza:—Le diré a mamá. —amenaza.

—No me importa.

—Bien, pero quiero un algodón de azúcar.

—Levanta tu trasero de ahí. — Se puso de pie sacudiendo la arena de sus piernas y manos. Podía decir que era fastidioso hasta la saciedad, pero sin ese niño no sería feliz. —Te ayudo.

Lo tomé en brazos, Venecia me sonrió, intentó plantar un beso en mi mejilla, me aparte para que no me llenara de arena. Eso lo hizo enfadar.

—Ah, Veg. — se sacude. —Cao me había dejado hacerlo.

—Se dice "habría" — lo corregí.

Cuando llegué con Kinn, este me tendió una de las toallitas que empaque para limpiar a Venecia. Limpie su rostro y sus manos. Supongo que estaba demasiado concentrado en la limpieza de mi hermano pequeño, porque no me percato de que algunas personas se acercan a nosotros.

—Hola.

Reconocería esa voz en cualquier lugar o momento.

—¿Por qué no me dijiste que estarías aquí? — esta vez es Porsche quien habla.

—No sabía. — Kinn le responde a su novio. Di media vuelta encontrándome con Pete y su grupo: Khun, Pol, Porsche y Tay. —Vegas y yo tuvimos que sacar a Venecia de su casa porque estaba volviendo loco a Macao.

—Hola. — salude con una sonrisa nerviosa. Pete me observa con algo de sorpresa visible en su rostro. —Este es mi hermano Venecia. Saluda, enano.

Él sacudió su pequeña mano en dirección a los recién llegados, después sus ojos se detuvieron más tiempo en Pete, el reconocimiento cruzó sus facciones.

—Te he visto antes. — dijo, pensativo. —¿Dónde? ¿Dónde, Veg? — me miró.

—Es mi compañero, tal vez lo viste cuando mamá pasaba a recogerme antes. — me frunció el ceño, de nuevo. Creo que ese era su cosa favorita en la vida. — No puedes conocerlo de otro lugar.

Negó con la cabeza.

—¡Oh, tu teléfono, Veg! Está en tu teléfono.

Mi hermano menor sería mi muerte.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mini AU Como en los Libros |VegasPete. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora